El consejero de Educación, Formación Profesional y Universidades de Cantabria, Sergio Silva, ha enfatizado la creciente preocupación en torno al impacto del uso de teléfonos móviles en la convivencia dentro de los centros escolares de la región. Según Silva, esta cuestión representa un problema significativo, contribuyendo en prácticamente el 90% de los conflictos de convivencia que se han registrado en estos entornos educativos.

Esta afirmación, hecha durante una conferencia de prensa, destaca un problema que ha estado en la mira del Gobierno regional desde el 7 de julio, cuando la Consejería de Educación comenzó a abordar activamente la regulación del uso de dispositivos digitales en las escuelas. No se limita únicamente a los teléfonos móviles, sino que abarca una variedad de dispositivos electrónicos que los estudiantes llevan consigo.

La problemática de la convivencia en las escuelas es un asunto que a menudo se pasa por alto, pero que posee implicaciones significativas en el bienestar de los alumnos y el ambiente de aprendizaje. Silva subraya que es crucial abordar esta cuestión y que, en ocasiones, no se le da la debida atención. Desde el inicio del curso escolar, se encargó a los centros educativos de Cantabria la tarea de regular el uso de estos dispositivos, lo que ha llevado a una serie de medidas en las instituciones. El Ministerio de Educación también se unió a la conversación en diciembre, lo que generó un aumento en el interés y la discusión sobre la regulación del uso de los teléfonos móviles en los entornos educativos. Además, se llevó a cabo una encuesta de valoración en los 300 centros educativos de la región, cuyos resultados fueron, en palabras de Silva, «aplastantes». 

Regulaciones en los centros educativos

Prácticamente el 100% de los colegios e institutos han implementado regulaciones en torno al uso de estos dispositivos, y se observa una tendencia clara en estas regulaciones. Según el consejero, aproximadamente el 80% de los colegios ha optado por prohibir el uso de teléfonos móviles, mientras que alrededor del 40% de los institutos ha tomado la misma medida. Esto refleja una tendencia hacia la restricción de estos dispositivos en el entorno escolar. Actualmente, en el segundo trimestre del año escolar, y posiblemente durante el tercero, se encuentra en marcha un período de reflexión con los centros educativos. Se han celebrado reuniones con los directores para discutir a fondo el tema y evaluar las opiniones y perspectivas de los profesionales de la educación.

En estas conversaciones, parece haber una opinión mayoritaria de que en los colegios es preferible que los estudiantes no lleven físicamente sus teléfonos móviles, e incluso se plantea la posibilidad de prohibirlos por completo en las aulas y durante los recreos. En cuanto a los centros de Secundaria, Bachillerato y Formación Profesional, se considera que, si se permiten, su uso debe ser limitado y restringido.

En este punto, Silva reconoció que se está abriendo un debate sobre qué instrumento jurídico sería el más adecuado para regular esta cuestión de cara al próximo año. Sin embargo, independientemente de la vía legal que se elija, lo más importante es que existe una creciente concienciación sobre la necesidad de limitar la presencia de teléfonos móviles en las actividades escolares cotidianas, tanto en las clases como en los recreos de los centros educativos.

Estas declaraciones se produjeron en el contexto de la presentación de la Feria de Enseñanzas Artísticas, lo que destaca la relevancia de este tema en el ámbito educativo y su impacto en el bienestar de los estudiantes.