En el tranquilo municipio de Bezana, un acontecimiento extraordinario ha llenado de alegría y orgullo a sus responsables municipales. Pocas cosas pueden resultar más gratificantes para ellos que celebrar junto a una vecina su centésimo cumpleaños. Este es precisamente el caso de María Castillo Reigadas, quien ha alcanzado el increíble hito de un siglo de vida.

La alcaldesa de Bezana, Carmen Pérez, y el concejal Pedro Izquierdo, se sintieron honrados al poder compartir este momento tan especial con María en su hogar en Sancibrian. Para ellos, fue un orgullo haber sido recibidos por esta respetable centenaria y tener la oportunidad de entregarle unas flores en nombre del Ayuntamiento como un gesto de aprecio y reconocimiento por su longevidad y contribución a la comunidad.

La visita no se limitó a un simple intercambio de regalos; más bien, fue una ocasión para compartir una charla amena y llena de admiración. María, con su sabiduría acumulada a lo largo de los años, cautivó a la alcaldesa y al concejal con historias de tiempos pasados, recordando momentos históricos del municipio y transmitiendo lecciones de vida invaluable.

Durante la conversación, Carmen y Pedro no pudieron evitar sentir una profunda admiración por María y su vitalidad. Su actitud positiva ante la vida y su amor por su comunidad sirvieron como inspiración para todos los presentes. En un mundo cada vez más acelerado y cambiante, la sabiduría y la calma de María son un recordatorio de la importancia de valorar cada momento y de la riqueza que aporta la experiencia acumulada a lo largo de los años.

La celebración del centenario de María no solo es motivo de alegría para ella y su familia, sino también para todo el pueblo de Bezana, que reconoce en ella un símbolo de resiliencia y esperanza. Su historia de vida es un testimonio de que la edad no es un impedimento para seguir siendo una parte activa y valiosa de la comunidad.

Al despedirse, la alcaldesa y el concejal expresaron su gratitud por la cálida acogida de María y reiteraron su compromiso de seguir trabajando para hacer de Bezana un lugar donde todos sus habitantes, independientemente de su edad, se sientan valorados y cuidados.