El concejal de Ciudadanos (Cs) en el Ayuntamiento de Torrelavega, Julio Ricciardiello, ha calificado de “despilfarro mayúsculo” la estrategia del Tomate Herencia que ha promovido el regionalista Jesús Sánchez en la ciudad y que “ha costado a los vecinos”, ha subrayado el edil, “una cantidad escandalosa de dinero”. En concreto, Ricciardiello se ha referido al “despilfarro” de 127.000 euros “en la promoción de una feria del tomate”. “Venimos reclamando en sucesivas comisiones, así como en el último pleno del mes de mayo, una justificación de peso que argumente un gasto monumental como éste”, ha enfatizado.

Un punto en el que el concejal de Cs ha pedido “congruencia”, puesto que “este tipo de gastos, que se multiplican cada año, no tienen fundamento ni en el ámbito comercial ni en el empresarial”. “O bien volvemos a los orígenes de la iniciativa, que ofrecía posibilidades de desarrollo en el ámbito agroempresarial en la ciudad, o lo dejamos estar, puesto que ha quedado reducida a una simple feria del tomate, a merced del lucimiento de los políticos de turno, que solo presenta curiosidades sobre las diferentes especies vegetales”, ha reseñado.

“Somos conscientes de que regalar 15.000 plantas de tomate, no hace gracia a los profesionales del sector y tampoco aporta ninguna novedad a Torrelavega, más allá de mostrar curiosidades sobre especies alóctonas que tienen un rendimiento productivo y gastronómico más que cuestionable”, ha aseverado el edil de la formación liberal. Asimismo, Ricciardiello ha puesto en duda el objetivo del proyecto al estudiar las partidas: 40.000 euros para la entidad Semillas Infinitas; 30.000 euros para la organización de la Feria del Tomate; otros 50.000 para la instalación de un invernadero en Campuzano y 7.000 euros para el acondicionamiento del entorno.

“Desde Cs exigimos un proyecto comercial, empresarial y formativo serio, del que se pueda extraer un beneficio para emprendedores, productores y comerciantes de la ciudad”, ha sostenido Julio Ricciardiello, quien ha defendido que el fin “debe ir más allá de la obtención de un híbrido vegetal con los colores de la bandera de la ciudad, que suena a broma de mal gusto”.