La Sala de lo Penal del Tribunal Superior de Justicia de Cantabria ha confirmado la condena de cuatro años y medio de prisión para un hombre acusado de intentar agredir sexualmente a una niña de diez años en un portal de Santander. El tribunal desestimó el recurso del condenado, que ya había sido sentenciado anteriormente por delitos de la misma índole.

El suceso se desencadenó en Villacañas, Toledo, cuando el procesado siguió a la niña al interior de un portal con el objetivo declarado de cometer actos de índole sexual. La sentencia relata: “El procesado entró tras ella con la finalidad de realizar a la menor actos de carácter sexual, preguntándola cómo se llamaba y cuántos años tenía, diciéndole que subieran juntos en el ascensor”. Ante la negativa de la menor, el hombre intentó someterla físicamente. La resistencia de la niña, incluyendo golpes con una sartén que llevaba, frustró los intentos del agresor.

El Tribunal Superior ha rechazado las alegaciones del condenado, quien afirmó no estar en Santander durante los hechos, calificando su testimonio como "carece de la más mínima credibilidad ni corroboración". Además, la sentencia aclara la naturaleza sexual del ataque, indicando: “por la forma en la que se dirigió a la menor y lo que le hizo, no existe otra explicación que se estime razonable o coherente con su forma de proceder que no sea la realización de actos de contenido sexual”.

La sentencia también aborda la violencia empleada, destacando: “Es cierto que no hubo un contacto físico de connotación sexual, pero la peligrosidad para la víctima era inminente porque prácticamente la menor estaba a merced de su agresor”.

Respecto a la indemnización, la defensa cuestionó la necesidad de asistencia psicológica para la menor, a lo que el tribunal respondió: “la agresión a una niña de diez años, aunque sea en grado de tentativa y no hubiese recibido tratamiento psicológico, presupone la existencia de daños morales que deben ser reparados: miedo, angustia, ansiedad, temor a acudir sola por la calle sin la supervisión de un adulto o rechazo a entrar sola en el portal de su abuela porque le recuerda el angustioso episodio vivido”.

Este fallo reafirma el compromiso del sistema judicial con la protección de los menores y la seriedad con la que se tratan los delitos de agresión sexual, especialmente en casos de reincidencia.