La Sección Tercera de la Audiencia Provincial de Cantabria juzga este jueves a dos hombres acusados de traficar con drogas, en concreto con heroína y cocaína, respectivamente, para los que la Fiscalía solicita penas de seis y tres años de prisión.

En una de las vistas, señalada a las 10.45 horas, se enjuiciarán un delito contra la salud pública, otro de atentado y dos leves de lesiones, ya que el implicado agredió a los policías nacionales que le sorprendieron vendiendo "heroína a otra persona a cambio de cinco euros".

"Al ser sorprendido en su acción, el investigado acometió contra los agentes policiales, forcejeando con los mismos y propinándoles puñetazos y patadas, con la intención de ingerir la sustancia estupefaciente y menoscabar la integridad física" de los efectivos, describe el fiscal. Finalmente, el acusado logró ingerir la sustancia y espetó a los policías: "Sin droga no hay delito".

Los hechos constituyen, según el Ministerio Fiscal, un delito contra la salud pública de sustancias que causan grave daño, otro de atentado contra la autoridad y dos leves de lesiones, merecedores de una pena de seis años de prisión, multa de 300 euros e indemnización a los agentes de 210 y 120 euros.

CAMINABA POR CASTRO DURANTE EL CONFINAMIENTO CON COCAÍNA PARA VENDER

Por otro lado, este jueves, a las 10.00 horas, será enjuiciado otro hombre acusado de portar 17 gramos de cocaína destinada para terceros cuando caminaba por una calle de Castro Urdiales.

Según el Ministerio Fiscal, el implicado fue interceptado por la Guardia Civil, en abril de 2020, al encontrarse en la vía pública sin respetar las restricciones fijadas durante el confinamiento.

Al realizar "el movimiento sospechoso de esconder algo", fue preguntado por los agentes, tras lo que sacó "de la zona genital 2.166 euros procedentes de la venta de droga" así como una sustancia blanca en diferentes envoltorios que resultó ser cocaína.

La Fiscalía le considera autor de un delito contra la salud pública de sustancias que causan grave daño, merecedor de una pena de tres años de prisión y multa de 1.200 euros.