Cantabria es una pequeña comunidad que aglutina gran cantidad de localidades en las que hay rincones únicos y especiales. La región atesora mar y montaña. La arena y la nieve están separadas por unos 30 minutos en coche. La gastronomía y la cultura propia también es otro plato fuerte de esta tierra, que es acogedora, respetuosa e infinita.

La primera parada del viaje por Cantabria es su capital, Santander. La novia del mar cuenta con grandes y bonitas playas. De esta ciudad destaca la Península de la Magdalena, joya absoluta de esta localidad.

Además de esta península, Santander tiene otras zonas muy interesantes como su paseo marítimo, el centro de la ciudad, la zona de Mataleñas o el Barrio Pesquera, un entorno que emana historia.

El siguiente pueblo a destacar también tiene mar, y en él hay un edificio de Gaudí. Sin duda, el Capricho de Comillas es uno de los sitios más destacados de la comunidad. Este pueblo también integra un precioso casco histórico, que se ve complementado por el Palacio de Sobrellano o el cementerio, en el que se ven esculturas que son verdaderas obras de arte.

Continuando con otra localidad con mar está Suances, un bonito pueblo costero que atesora el Mirador de Quinta del Amo o un centro histórico, en el que están la Casa Consistorial de Suances o la Iglesia de Nuestra Señora de las Lindes.

También, para los más íntimos, está la Punta del Dichoso o alguna de sus playas como la playa de la Tablia, una playa virgen, pequeña, pero preciosa.

Castro Urdiales es otro de los pueblos más bonitos de Cantabria, y la parada en sus playas es una obligación. La localidad está rodeada de espectaculares paisajes repletos de acantilados y arenales maravillosos. 

Aparte de su patrimonio histórico y cultural, está el gastronómico. Aquí Castro se lleva la palma con sus anchoas, besugos, caracoles, junto a otros productos típicos.

El siguiente pueblo, pese a mentirte tres veces, es único en el mundo. Santillana del Mar, que ni es santa, ni es llana, ni tiene mar, cuenta con un gran patrimonio histórico. De él destaca la Colegiata de Santillana del Mar, que data del siglo XII.

En este municipio se encuentran las cuevas de Altamira, que son consideradas como “la capilla sixtina del arte rupestre”. Además, el municipio también tiene un zoológico y un jardín botánico.

Pasando ya a la montaña, Cantabria tiene localidades como Potes, que se encuentra en el centro de la comarca de Liébana, conocida por sus valles, donde se unen los ríos Deva y Quiviesa.

En el alma de la reserva del Saja se ubica Bárcena Mayor, declarada conjunto histórico-artístico en 1979, y según los datos el pueblo más antiguo de la comunidad.

Asimismo, en Cantabria también destaca el municipio de Liérganes, que en 1978, fue declarado de interés histórico-artístico nacional por su valiosa arquitectura en su conjunto.

Para finalizar con los pueblos de montaña, Mogrovejo es el perfecto desenlace de este viaje por la comunidad. Esta pequeña localidad fue elegida Pueblo de Cantabria en 2017, y Pueblo Más Bonito de España en 2020.