06.05.2024 |
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TODOS LOS SANTOS

Las flores vuelven a los cementerios por Todos los Santos

Miles de personas acuden a los camposantos de la región con motivo del Día de Todos los Santos para recordar a los que ya no están

Vista del cementerio marinero de Ballena en Castro Urdiales donde decenas de personas acudieron ayer con motivo del Día de Todos los Santos. / Miguel Ramos
Vista del cementerio marinero de Ballena en Castro Urdiales donde decenas de personas acudieron ayer con motivo del Día de Todos los Santos. / Miguel Ramos
Las flores vuelven a los cementerios por Todos los Santos

Miles de cántabros visitaron ayer los cementerios de la región con motivo de la festividad de Todos los Santos y las flores vistieron los camposantos para recordar a familiares y amigos que ya no están. El buen tiempo acompañó durante una jornada en la que los municipios de la región han reforzado la seguridad y han mejorado los accesos y el transporte a los cementerios para que los vecinos pudieran acudir a acordarse de los seres queridos que ya han fallecido.

Así, tras el paréntesis obligado de los dos últimos por la crisis de la coronavirus, la estampa de los cementerios de la región adornados con flores ha sido una realidad este año.

Uno de los camposantos más visitados durante la jornada de ayer fue el cementerio marinero de Ballena en Castro Urdiales, que ha sido recientemente premiado por elaborar guías audiovisuales accesibles, incluido en lengua de signos, que facilitan la inmersión en el valor patrimonial y artístico de sus llamativos monumentos y arquitectura funeraria.

A través de los recursos tecnológicos que se han impulsado herramientas digitales con la idea de «no dejar a nadie atrás» en las visitas al camposanto, no solo a personas con discapacidad, sino también a cualquier usuario con ‘achaques’ sensoriales, aseguró, la concejala de Turismo, Rosa Palacio.

Se trata de una experiencia personalizada que, con la lectura de un código QR anunciado en la entrada, posibilita la descarga gratuita de guías adaptadas a cada necesidad para disfrutar de este «museo a cielo abierto» declarado Bien de Interés Cultural, porque atesora testimonios de arte neoclásico, ecléctico, modernista, gótico o art déco.

«Se había trabajado mucho en la documentación histórica y patrimonial del camposanto, pero faltaba esa accesibilidad universal», ha argumentado la concejala.

Gracias a otras actuaciones culturales, todo ello ha desembocado en la obtención, este año, del reconocimiento a la mejor actividad pública impulsada en un cementerio por parte de la revista funeraria Adiós Cultural.

Y es que, Ballena también es escenario de visitas guiadas y teatralizadas o recitales de música y poesía con la idea de minorar esas «connotaciones negativas de miedo» que presupone acceder a una necrópolis, ha defendido Palacio. Enclavado sobre un acantilado que se asoma al mar Cantábrico, fueron los indianos de la comarca quienes, al regresar de ‘las Américas’ a principios del siglo XX, potenciaron las icónicas construcciones funerarias de este cementerio con la idea de inmortalizar en piedra sus apellidos familiares.

No en vano, engalanan las capillas y panteones con símbolos de ángeles o cruces, alegorías mortuorias de carabelas, crismones o guadañas e, incluso, obeliscos, columnas o símbolos sobre la fugacidad de la vida.

Entre las paredes del cementerio descansan ilustres personajes como los arquitectos Leonardo Rucabado o Eladio Laredo, el músico y compositor Arturo Dúo Vital, la familia Ocharan o la familia Barquín Hermoso, que destacaron por sus donaciones al desarrollo educativo de Castro Urdiales.

En contraste con la zona noble del cementerio, se encuentra el ala de la necrópolis más cercana al mar, en la que se alojan los ‘llanos’.

«Queremos engrandecer nuestro patrimonio y que no se vea solo como un lugar de reposo, porque toda la vida social de Castro se resume en las personas que yacen allí», ha afirmado la concejala.

La construcción del cementerio de Ballena se acordó en 1893 en sintonía con la idea urbanística, cada vez más extendida en la época, de desplazar los enterramientos fuera de los núcleos poblacionales para librar de enfermedades.

El arquitecto Alfredo de la Escalera y Amblard se encarga de elaborar un proyecto de similares características a los cementerios del sur de Europa, con una distribución en manzanas y calles paralelas que descienden hasta el mar.

La revista Adiós Cultural, en su filosofía de normalizar el concepto de la muerte a través de la cultura y el arte, ya otorgó en 2017 a Casto Urdiales el premio, ex aequo, al mejor cementerio de España y, una edición antes, al mejor monumento por la capilla del Sel, que sobresale por sus reminiscencias al antiguo Egipto

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