Un hito monumental en la espeleología ha sido alcanzado en Cantabria por un grupo de expertos espeleólogos, quienes, después de 28 años dedicados al estudio del sistema de cavidades del Alto del Tejuelo, han logrado conectar el sistema de cuevas más extenso de España. Este intrincado laberinto subterráneo se extiende por 206 kilómetros de túneles, posicionándolo como un referente en la espeleología europea.

La odisea de este descubrimiento comenzó en la Torca de Bernallán, la primera entrada que el equipo del club Sejca, dirigido por el renombrado espeleólogo Miguel Ángel González-Gallego, empezó a explorar. "Ahora ya no vamos a dar estos saltos de tantos kilómetros porque ya no existen alrededor tantas cuevas que tengan tanto kilometraje", enfatiza González-Gallego, destacando la magnitud de lo logrado hasta ahora y anticipando un minucioso trabajo futuro de "hormiguitas" para seguir desvelando los misterios de las cavidades restantes.

Este logro no es solo un triunfo del club Sejca, sino también el resultado de la colaboración de equipos como Proteus Explo de Cantabria, Spekul de Lovaina en Bélgica y Acem de Cataluña. Juntos, y con el apoyo de otros colaboradores, han añadido 13 kilómetros al sistema, completando así el recorrido más largo de cuevas de España, y elevando el perfil espeleológico de Cantabria a un nivel internacional.

Rememorando el comienzo de esta aventura en 1996, González-Gallego describe cómo su club empezó la exploración sin saber exactamente a qué se enfrentaban. "Empezamos aquí porque vimos en las topografías que era una cueva de desarrollo vertical, profunda, de 450 metros hacia abajo, y había unas galerías grandes", cuenta, destacando los desafíos y las sorpresas que se encontraron en el camino. Este descubrimiento los llevó a redibujar el mapa del área, revelando una red mucho más extensa de lo imaginado inicialmente.

El mundo subterráneo descubierto es descrito por González-Gallego como un lugar "espectacular", repleto de "maravillas" como ríos subterráneos, pozos, escaladas y salas más grandes que un campo de fútbol. Entre estas maravillas, destaca el depósito conocido como "Moonmilk", una formación mineral única que recubre las paredes de uno de los pasillos y crea un ambiente acústicamente absorbente. "Tienes a una persona a dos metros de ti, te empieza a hablar y no le escuchas (...) en ningún sitio se habla de una cosa tan especial", relata González-Gallego, compartiendo su experiencia en este singular e insonorizado pasaje.

"La gente va a la luna a hacer estas cosas, nosotros lo tenemos aquí en Cantabria, es algo muy especial", concluye González-Gallego, destacando la singularidad y el valor de este sistema de cuevas, y la sensación de ser un "privilegiado" por haberlo explorado.