En una solemne ceremonia que tuvo lugar en la Catedral de Santander, Arturo Ros, hasta ahora obispo auxiliar de Valencia, asumió el compromiso como nuevo obispo de la Diócesis de Santander. El evento, que se llevó a cabo el pasado sábado, se caracterizó por la presencia de numerosos fieles, autoridades eclesiásticas y líderes regionales, así como por la emotividad palpable en cada uno de los momentos que marcaron la transición episcopal.

La jornada comenzó a las 10:30 de la mañana cuando Arturo Ros, acompañado por un séquito de clérigos, se dirigió a la Iglesia del Santísimo Cristo. En este primer acto, el obispo electo dedicó un tiempo a la oración ante el Santísimo y las reliquias de los santos mártires Emeterio y Celedonio, patronos de la Diócesis de Santander. Este gesto simbolizó el compromiso espiritual de Ros con la tradición y la historia de la Diócesis que ahora lidera.

Posteriormente, en un gesto lleno de simbolismo, Arturo Ros partió en procesión hacia la Catedral de Santander. Durante este recorrido, que congregó a numerosos fieles y curiosos, el nuevo obispo recibió el abrazo de comunión de los obispos de la provincia eclesiástica, incluyendo representantes de Oviedo, León y Astorga. Este gesto de unidad eclesiástica marcó el inicio de una nueva etapa para la Diócesis de Santander, bajo el liderazgo de Arturo Ros.

La ceremonia principal tuvo lugar en la Catedral, donde el Coro A Capella brindó una eucaristía especial. La homilía de Arturo Ros fue el momento culminante, donde expresó su deseo de que la Diócesis de Santander sea reconocida por su acogida, amabilidad y la construcción conjunta del bien. "Acogemos, somos amables y construimos juntos el bien", fueron las palabras del nuevo obispo, delineando la visión que desea para la comunidad diocesana.

En su discurso, Ros enfatizó la importancia de Jesucristo en la vida, afirmando que sin Él, la existencia carecería de sentido. Animó a la comunidad a contemplar el Evangelio con amor, a detenerse en sus páginas y a leerlo con el corazón. Su mensaje apuntaba a fomentar una experiencia personal y comunitaria arraigada en la misericordia infinita, donde todos puedan sentirse acogidos, amados, perdonados y alentados a vivir según la enseñanza del Evangelio.

Al término de la misa, Arturo Ros, visiblemente emocionado, rindió homenaje a su madre recientemente fallecida. Expresó su gratitud a los asistentes, quienes viajaron desde Valencia y Cantabria para acompañarle en este significativo momento. Este gesto personal resaltó la conexión emocional del nuevo obispo con su comunidad y su familia.

La ceremonia también contó con la participación del obispo saliente, Manuel Sánchez Monge, quien pronunció un saludo y abordó los principales desafíos que enfrenta la Iglesia en la actualidad. Sánchez Monge mencionó la escasez de sacerdotes y el laicismo como problemas relevantes, destacando la necesidad de una "nueva evangelización" para convertir la Diócesis en una entidad misionera. Estos comentarios subrayaron la importancia de la planificación pastoral y la formación continua para abordar los desafíos contemporáneos.

La lectura de la bula papal del nombramiento fue un momento significativo, destacando la "pericia" de Arturo Ros para asumir este importante rol. La bula señaló sus virtudes tanto sacerdotales como humanas, respaldando su capacidad para liderar la Diócesis de Santander en este nuevo capítulo.

En el ámbito de las autoridades regionales, la ceremonia contó con la presencia de destacadas figuras como la presidenta del Parlamento, María José González Revuelta; la consejera de Presidencia, Justicia, Seguridad y Simplificación Administrativa, Isabel Urrutia; la alcaldesa de Santander, Gema Igual; y el presidente del Tribunal Superior de Justicia de Cantabria (TSJC), José Luis López del Moral. La asistencia de estas autoridades resaltó la importancia del evento en la esfera regional.

El nombramiento de Arturo Ros como obispo de Santander fue anunciado por la Nunciatura Apostólica el 31 de octubre, sucediendo a la renuncia por jubilación de José Manuel Sánchez Monge. Este proceso marcó el final de la gestión de Sánchez Monge como obispo de Santander, y ahora asume el papel de administrador apostólico de la Diócesis.

Arturo Ros, nacido el 10 de junio de 1964 en Vinalesa (Valencia), cuenta con una trayectoria que incluye su trabajo en el sector bancario antes de ingresar al seminario. Su ordenación sacerdotal tuvo lugar el 29 de mayo de 1993 en Valencia, y desde entonces ha desempeñado diversos roles en la Iglesia, destacando su nombramiento como obispo auxiliar de Valencia por el Papa Francisco en 2016.

El nuevo obispo es licenciado en Teología por la Facultad de Teología San Vicente Ferrer y ha asumido roles de liderazgo en la Conferencia Episcopal Española (CEE), siendo presidente de la Subcomisión Episcopal para la Juventud y la Infancia. Estas experiencias previas, junto con su formación teológica, lo posicionan como un líder eclesiástico capacitado para enfrentar los desafíos y dirigir la Diócesis de Santander en esta nueva etapa.

En contraste, el obispo saliente, José Manuel Sánchez Monge, nacido el 18 de abril de 1947 en Fuentes de Nava (Palencia), ha tenido una destacada carrera eclesiástica. Ordenado sacerdote el 9 de agosto de 1970, obtuvo su Licenciatura