Finalmente, Cedric sí estaba lesionado. O enfermo. Como cada uno quiera llamarlo. En concreto, al delantero nigeriano le han detectado lo que viene a ser una hernia de disco cervical que a menudo inmoviliza a quien la sufre y de la que tendrá que recuperarse plenamente para volver a disfrutar de su profesión. Eso va a conllevar algunos meses de convalecencia en los que no va a poder disfrutar del ascenso del que él participó el curso pasado y que tanto disfrutó desde el balcón del Ayuntamiento. Se trata de un jugador importante para sus compañeros, para los intereses del equipo y también para los aficionados, que se quedan sin uno de sus favoritos.

Fue a primera hora de la tarde de ayer cuando el club emitió un comunicado en el que detalló el diagnóstico al que habían llegado los profundos reconocimientos médicos a los que habían sometido al futbolista para encontrar el origen de los males que le acechaban desde la pretemporada. En concreto, los galenos detectaron «una mielopatía cervical secundaria a una estenosis de canal medular». Esto, traducido, viene a ser una hernia de disco cervical que ahora toca decidir como tratar.

En el segundo párrafo del comunicado enviado por el club se advirtió de que serán «los servicios médicos del club verdiblanco, junto a un equipo de especialistas en este tipo de patología», quienes «se encargarán de determinar, próximamente, el tratamiento a seguir». Tocará consultar y pedir opiniones para, con toda la información y las diferentes valoraciones sobre la mesa, tomar una decisión. Esto último será cosa del jugador, que tendrá que elegir, probablemente, entre pasar por el quirófano desde ya mismo o apostar por un proceso más conservador. Tocará valorar los pros y los contras de cada alternativa.

El jugador conoció el diagnóstico el pasado martes y él mismo quiso ser quien comunicara la noticia a sus compañeros. Quería que así fuera para que, además, fueran los primeros en conocer la noticia, por lo que les reunió a todos en el vestuario tras el entrenamiento del miércoles para que no se enteraran por otras vías. A los allí presentes les sorprendió su entereza y su disposición a mantenerse dentro del grupo para dejar claro que esa unidad de la que tanto vienen hablando no es palabrería gratuita.

Una hernia es, por encima de todo, muy dolorosa. Aún así, Cedric no se ha perdido ni un solo entrenamiento y ni un solo partido de pretemporada por mucho que las molestias hayan estado ahí desde el primer día. Aguantó todo lo que pudo porque, por encima de todo, podían las ganas de aprovechar la oportunidad de asentarse en Segunda División que se le había presentado. Estaba en un club en el que se siente a gusto y valorado y con un entrenador que cree en él y podía ser su momento. Sin embargo, esos dolores que le limitaban no le dejaron estar a su mejor nivel y, por encima de todo, no le dejaron disfrutar. Más allá de los dolores más habituales en la zona concreta donde se localiza la lesión, también le produjo otros síntomas más esporádicos en articulaciones con zonas que se le dormían o de donde surgían hormigueos.

Cedric no jugó ni un segundo en Granada porque su entrenador, como reconoció aquel día, le quería cuidar. No había sido una buena semana para el delantero pero sí lo fue la segunda, por lo que jugó media hora contra el Oviedo. Sin embargo, no terminó bien el encuentro. Apenas 48 horas después, comunicó al cuerpo técnico que no podía seguir y que prefería parar, someterse a todas las pruebas médicas que fueran necesarias hasta encontrar el origen de sus problemas y, a partir de ahí, tratarlo. Jugar a medio gas sólo servía para perjudicar al grupo y para perjudicarse a sí mismo, ya que no iba a poder mostrar un buen nivel.

Durante estos apenas diez días que han pasado sin el delantero en el campo de trabajo, se ha mantenido la espera hasta conocer qué le dolía y qué consecuencias podía tener. El Racing y el futbolista ya las saben. Es posible que tenga que estarse varios meses en el dique seco aunque nadie se atreve a pronosticar nada. El club, por su parte, tendrá que valorar si se mueve para encontrar un delantero que fichar para sustituir al nigeriano. En ese caso, tendría que ser un equipo médico de la propia Liga la que evaluara al futbolista para acreditar que no va a poder jugar durante un largo periodo de tiempo. Es una ventana que se le abre a Mikel Martija y que ése, junto al entrenador, deberá valorar.

Sin Cedric, Fernández Romo se queda con tres delanteros. Fundamentalmente, los ‘nueve’ puros que tendría son Sekou y Matheus. A estos dos hay que sumar a Peque, que tiene ficha con el filial. No sería ninguna locura que el Racing, si mantiene presupuesto en su bolsillo, pudiera acometer alguna otra operación. La entidad cántabra confiaba plenamente en su máximo goleador del curso pasado porque, de hecho, le renovó el contrato por tres temporadas hace apenas unos meses. Da la sensación de que el ‘nueve’ verdiblanco ya había encontrado un sitio donde estar a gusto pero ahora verá, una vez más, interrumpida su carrera. Y es que, cuando fichó por el Racing ya vino de estar muchos meses sin jugar por unos problemas de rodilla. Eso hizo que le costara encontrar la forma.  A ver si esta vez la historia es otra y, para empezar no debe estar tanto tiempo parado. El equipo le estará esperando.