Al Racing le toca esta tarde jugar en Zamora, donde hace mucho que no lo hace. Lo hace con bajas de jugadores importantes para su entrenador pero recuperando también a piezas clave como Soko, que ya estaba disponible la semana pasada pero que no será titular hasta hoy. Cayó al mismo tiempo que cayó su equipo en Copa y va a volver a la liga prácticamente en el mismo sitio donde dejó al equipo, que es encaramado a la zona noble y dentro de la pelea por lo más grande. Su aspiración es máxima y para conseguirla suele resultar obligatorio ganar en escenarios como el Ruta de la Plata.

Visita el Racing a un equipo en problemas, al que no le están saliendo las cosas, que sólo ha ganado dos partidos y que, por lo tanto, está sumido en posiciones de descenso. Está pilotado por David Movilla, un tipo al que le suele gustar el juego vistoso, alegre y, al menos sobre el papel, ofensivo pero sus hombres sólo han marcado seis goles en doce partidos. Uno cada 180 minutos. Así no se va demasiado lejos y su entrenador lo sabe. Los problemas de su equipo están siendo con las áreas y, como sucede con muchos que se cruzan por su camino, se toma el encuentro de esta tarde contra el Racing como un punto de inflexión hacia su recuperación.

El Zamora sabe que el primer paso para intentar levantar cabeza pasa por reforzarse atrás como única manera de rentabilizar al máximo los pocos goles que marca. Es una tendencia que se ha intuido en las últimas semanas. Con todo, sigue queriendo ser protagonista con balón y manejar los encuentros desde la posesión, por lo que es fácil intuir que el partido, como el de la pasada jornada ante el Bilbao Athletic, comience con un mayor dominio de la pelota por parte zamorana. Y al Racing le parecerá bien. Simplemente, se dedicará a mantenerse solvente atrás con el objetivo de recuperar, correr y encontrar situaciones de gol de sus hombres de arriba. En ese sentido, su contrincante, como el de hace nueve días, puede ser ideal para dibujar el partido que más le gusta.

Para hacer daño e intentar rentabilizar las ocasiones que sea capaz de generar no podrá contar Fernández Romo con Cedric, que tendrá que cumplir su segundo y último partido de sanción por su expulsión en León. Su sitio lo ocupará con total seguridad Manu Justo, que ya transmitió una buena imagen en esa posición contra el Bilbao Athletic haciendo evidente lo que ya se intuía, que es, ante todo, un jugador de área. La duda está en saber quién estará a los lados.

La vuelta de Soko a la titularidad es indiscutible, por lo que, a partir de ahí, sólo queda saber si el entrenador verdiblanco sacrificará a Álvaro Bustos o si devolverá a Marco Camus a un segundo plano. Bendito problema el que tiene. Al contrario que en el duelo contra el filial bilbaíno, hoy podrá contar Fernández Romo con Pablo Torre después de volver de su concentración con la selección española sub 19. La última vez que estuvo con ella jugó apenas noventa minutos en dos partidos y el técnico verdiblanco le dio descanso. Ahora, que ha jugado más de doscientos en tres compromisos, se puede dar por seguro que el de Soto de la Marina comenzará en el banquillo.

De partida, eso permitirá a Fernández Romo garantizarse un cambio capaz de cambiar un partido en el segundo tiempo. Como sucedió en Irún. De inicio, lo más probable es que se vuelva a colocar Borja Domínguez en su sitio para que Íñigo y Fausto Tienza formen el doble pivote. Eso da mucha solidez al grupo pero también le limita con balón. Le valdrá si el rival se queda con la posesión y, sobre todo, siempre que no encaje primero. En ese caso, asomarán todas las costuras. Es algo que, por lo tanto, hay que evitar.

Donde sí habrá dudas es en defensa. No las habría si no hubiera asomado Simón Luca hace nueve días y no hubiera confirmado que está listo y dispuesto para jugar en el primer equipo. Completó un buen partido contra el Bilbao Athletic y su entrenador se puede plantear darle continuidad en el lateral izquierdo para que Satrústegui pueda volver a su posición natural, que es la de central. La pareja que han venido formando Pol Moreno y Bobadilla ha quedado rota por la rotura de fibras que sufrió el jugador riojano en el anterior encuentro y el técnico deberá elegir si pone a Mantilla en su sitio o si apuesta por la primera de las opciones explicadas.

Aseguran desde la plantilla verdiblanca que se han tomado estos últimos cinco partidos del año como el mejor camino para comerse las uvas en una disposición inmejorable y el primero será en Zamora, una plaza donde hay que ganar para estar arriba. Necesita el Racing enlazar victorias para, en la medida de lo posible, poner agua de por medio con más equipos, ya que el vagón de cabeza está tan repleto que despiste y medio te puede dejar en mitad de tabla. Todos saben bien que la línea que separa el bien del mal en el fútbol es especialmente fina.

«El Racing es un equipo muy bien trabajado»

«No voy a hablar de su historia porque os la sabéis tan bien como yo o mejor. Creo que es un equipo muy bien trabajado, y los números dicen y su juego que es el equipo que mejor transita de la categoría». Así habló David Movilla, el entrenador del Zamora, del Racing. El técnico relató también cómo considera que se contrarresta a un equipo como el Racing: «Tratando de neutralizar sus transiciones, y atacando de manera equilibrada». Sobre si el equipo salió tocado de la derrota frente al Sanse, Movilla afirmó que había sido «dolorosa por lo abultado, por todo lo que acontecía, y el domingo el equipo estaba muy tocado, el cuerpo técnico también, y el lunes tremendamente conectados, entusiasmados, y con la energía canalizada para el partido del Racing». El entrenador del Zamora respondía además a si ante el resultado adverso que se dio contra el Sanse, el equipo podría haber dado la sensación de haber bajado los brazos: «No bajamos los brazos. Sí es cierto que no dimos la sensación de poder igualar el partido o acercarnos, fruto de que atacamos peor de lo que defendieron ellos, pero no bajamos los brazos, de eso estoy seguro». Con los problemas que está teniendo el equipo, ya se habla de fichajes invernales, pero Movilla recordó de partida que con los 28 «soldados» que tiene iría «al fin del mundo». Lo que sucede es que hay tres lesionados de larga duración que todavía no tienen ficha. «No sabemos si van a llegar», aseguró. Recordó que, aún así, «están sumando muchísimo sin poder jugar». «Asiel, Coque y Valle están aportando no jugando», resumió.