16.05.2024 |
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COPA DEL REY | LINARES VS RACING | 22 DICIEMBRE 19:00 H.

El Racing quiere una Copa larga

El equipo verdiblanco inicia su andadura esta tarde (19 h.) En el torneo del Ko, en el que no gana un partido desde octubre del 2018 
El Racing de José Alberto intentará enlazar una segunda victoria consecutiva. / REALRACINGC
El Racing de José Alberto intentará enlazar una segunda victoria consecutiva. / REALRACINGC
El Racing quiere una Copa larga

No se puede decir que el Racing haya sido, a lo largo de su historia, un equipo demasiado copero. Tuvo su momento de gloria coincidiendo con algunos de sus mejores años, cuando se clasificó para jugar competición europea y alcanzó dos semifinales en tres temporadas. Poco después, de la mano de Paco Fernández y desde la Segunda B, incluso alcanzó los cuartos de final tras tirar por la cuneta a dos rivales de Primera División como el Almería y el Sevilla. Y no le ganó nadie, sino que decidió sacrificar la posibilidad de alcanzar unas nuevas semifinales para pelear por un fin superior como era la supervivencia del club. Sin aquella tremenda trayectoria copera que llegó a escribir aquel Racing, el plante no habría tenido ni la mitad de repercusión y quizá la historia podría haber sido otra. Por eso el club estará eternamente en deuda con una competición que, en la práctica, ha despreciado en los últimos años.

La edición del curso 22-23 comienza hoy para el Racing. Lo hace tarde. Los únicos que comenzarán aún con más retraso son los cuatro equipos que jugarán la Supercopa: Madrid, Barça, Betis y Valencia. El equipo verdiblanco se sumó a esa lista en la primera eliminatoria, de la que se libró por haberse proclamado campeón de la primera edición de la Primera RFEF. Recibió como premio quedar liberado de esa eliminatoria inicial que, al final, acabó siendo un castigo. La competición liguera paró para que se celebrara y, por lo tanto, los jugadores verdiblancos disfrutaron de un pequeño asueto. Y pasaron de acumular ocho jornadas sin perder a perder cinco encuentros consecutivos al volver a la liga.

Esa mala racha quedó cortada el pasado sábado, cuando el Racing ganó 0-3 en Cartagena. En el vestuario confían en que sea un partido bisagra que sirva para diferenciar el pasado del futuro, para dar inicio a un tiempo nuevo que tendrá continuidad esta tarde a partir de las siete, cuando esta vez no jueguen por sumar otros tres puntos, sino por seguir vivo en la Copa del Rey, esa competición a la que tan mal ha tratado en los últimos años. Jugará contra un equipo de inferior categoría como el Linares pero lo hará a domicilio a partido único. Que nadie piense que va a ser fácil porque se prevé un choque duro y exigente que servirá, en la práctica, para despedir un 2022 que devolvió al equipo verdiblanco al fútbol profesional. Sólo esto último merece un buen punto y final que esté a la altura.

Si el equipo pilotado por José Alberto cortó en Cartagena una racha de cinco derrotas consecutivas hoy pretende poner fin a otra que le ha llevado a pasarse cuatro años sin ganar ni un solo partido de Copa del Rey. Su última victoria data de octubre de 2018. Hace ya más de cuatro años. Fue gracias a un solitario gol de penalti en el descuento anotado por Quique Rivero. Antes, el equipo verdiblanco había superado al Mirandés (0-1) y al UCAM Murcia (0-2) y aquel triunfo, que dio lugar a una fotografía icónica de Iván Ania saltando tras el pitido final que él mismo colgaría de la pared de su salón, permitió enfrentarse después, ya a doble partido, al Betis.

A partir de ahí, comenzó una travesía por el desierto. Al año siguiente cayó el Racing sin pena ni gloria en Murcia y al siguiente en el campo del Mutilvera, lo que terminó costándole la cabeza a Javi Rozada. En aquella penosa temporada ni siquiera fue capaz el conjunto cántabro de clasificarse para la Copa del Rey, sino que tuvo que intentar ganarse el pasaporte al curso siguiente a través de la Copa Federación, pero cayó en casa contra el Leioa en el único manchón que tuvo el conjunto

cántabro en su expediente como local. Ahora la intención es volver a sonreír en el torneo del KO porque, más allá de lo que aporta a la moral de la tropa, también puede significar mucho para el club y para el aficionado. Seguir vivo esta noche permitiría a buen seguro jugar en El Sardinero contra un Primera División en la siguiente eliminatoria y eso ya son palabras mayores. No está el Racing para despreciar la más mínima posibilidad de conseguir un ingreso extra.

Para seguir vivo hay que eliminar al Linares, que es un buen equipo de Primera RFEF. El mismo José Alberto ya recordó el pasado martes que no hay tanta diferencia entre un equipo de la zona baja de Segunda División y otro de la zona alta de la categoría de bronce. Por lo tanto, el Racing haría bien en interpretar el partido como si de un duelo de igual a igual se tratara. Es más, comenzará en desventaja porque le tocará jugar a domicilio en un campo muy canchero, donde nadie gana fácil e incluso con tradición copera.

Al equipo jienense se le ha dado bien en los últimos años el torneo del KO. En el recuerdo de todos está cuando fue capaz de eliminar al Alavés y poner después contra

las cuerdas al Barça. Hoy, con un equipo de Segunda y no de Primera delante, la motivación será la misma con la certeza de que la misión es más asequible. De ahí que el conjunto andaluz vaya a salir con el cuchillo entre los dientes. No sólo por lo que supone superar una eliminatoria copera que puede llevar a Linarejos a uno de los mejores equipos españoles en la siguiente, sino porque también necesitan superar su propia mala racha.

De MÁS a MeNoS. El Linares comenzó como un tiro y, de hecho, cuando se realizó el sorteo de este emparejamiento estaba cómodamente instalado en la zona noble del grupo primero de Primera Federación. Comenzó como un cohete sumando cinco victorias y un empate en sus primeros seis partidos pero, de pronto, parece que se le ha apagado la luz, ya que hoy va a recibir al Racing tras seis jornadas consecutivas sin ganar. Hay preocupación en el entorno pero, al parecer, no en el seno del equipo, ya que se ve vivo y, lo que es más importante, generando ocasiones.

Será el segundo partido de José Alberto en el banquillo y éste ya ha anunciado su intención de hacer rotaciones porque quiere ver a más futbolistas en acción. Lo que sucede es que resultará injusto valorar de la misma manera a los que jugaron en Cartagena que a los que jugarán hoy en Linarejos, ya que el partido, probablemente, va a tener poco que ver. El pasado fin de semana había delante un equipo al que le gusta jugar en corto y arriesgar desde atrás, un rival presionable que permitió al Racing jugar a lo que más le gusta. Además, todo le salió bien porque en seguida se puso por delante gracias, precisamente, a robar en campo rival y construir una rápida acción ofensiva.

Todo le salió bien al conjunto cántabro en Cartagena pero hoy se encontrará otro tipo de partido. Probablemente, hoy no valga lo que valió en Cartagonova. El Linares no se expondrá tanto y es posible que le toque al Racing llevar a la iniciativa. Es lo que siempre más le ha costado. A esto hay que sumar que cuando un equipo realiza muchos cambios a la vez en una alineación no suele salir bien porque se suelen juntar jugadores que no acostumbran a jugar juntos y sin ritmo competitivo. Es un peligro que a buen seguro tenga en cuenta José Alberto.

Es probable que el entrenador asturiano eche mano hoy de Jokin Ezkieta, por lo que podrá tener sus primeros minutos desde la pretemporada. También reaparecerán Pol Moreno y Eneko Satrústegui tras recibir la gran sorpresa el pasado fin de semana. Venían de ser dos jugadores insustituibles que, además, lo hacían bien durante año y medio y, de pronto, se vieron en el banquillo. Jugará Fausto Tienza, que no pudo jugar en Cartagena por su reciente paternidad y no sería extraño verle junto a Arturo, a quien José Alberto interpreta como un futbolista para jugar por dentro. Alfon, Marco Camus, Peque y Sekou también deberán estar preparados.

Sumar una clasificación permitiría confirmar las buenas sensaciones transmitidas en el debut de José Alberto en el banquillo y perder, en principio, tampoco tendría grandes consecuencias desde un punto de vista exclusivamente deportivo. Tras el encuentro, comenzarán las vacaciones y la afición no se reencontrará con los suyos hasta el próximo año. Para colmo, tampoco habrá televisión y eso siempre reduce el impacto de una posible paparda. Sin embargo, un club va más allá de lo puramente deportivo y hay otros motivos por los que ganar. Los alicientes son muchos y nunca viene de más dar una alegría a una afición que sólo ha visto una vez ganar a su equipo en su casa esta temporada.

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