Fernández Romo no tuvo ninguna duda, lo vio claro: «Fue una tarjeta roja como un piano». Y lo fue, en su opinión, por dos razones: «Primero, porque (Reina) da el balón con la mano fuera del área en una situación en la que iba para la portería y, segundo, porque Matheus tiene los dos tacos clavados encima de la rodilla». Sin embargo, el árbitro solventó esa jugada a cinco minutos del noventa con una sola cartulina amarilla. «Desde mi punto de vista, no hay discusión», insistió el entrenador verdiblanco una vez terminado el encuentro.

Fernández Romo calificó de «insuficiente» lo cosechado en el encuentro de ayer porque entiende que sus hombres habían hecho méritos suficientes para llevarse todo el botín. Considera el entrenador del Racing que sus jugadores se habían «impuesto en muchísimos momentos» y que lo habían «intentado de todas las maneras», pero faltó el gol. En ese sentido, tiene claro que aún existe «la posibilidad de mejorar determinadas cosas» en las que toca seguir trabajando. «Tenemos que seguir porque el equipo tiene actitud y organización, dos cosas que nos hace pensar que estamos en la línea correcta para seguir ganando puntos», apuntó.

El técnico verdiblanco es de los que intenta siempre reflexionar sobre lo sucedido con «pensamiento crítico». «Si pensamos con las vísceras, nos vamos todos cabreados, pero hay que hacer una reflexión», insistió. Destacó que, en su opinión, su equipo lleva «muchos partidos creciendo» mientras que, además, cada vez tiene «mejores individualidades» a la vez que «no se van perdiendo otras cosas que también son importantes en la categoría». Con todo, recordó que hay que «generar alguna situación más» que entiende que ayer no generaron por haber caído en «muchas pérdidas» y por no haber estado «finos» tras recuperar la pelota. «Queríamos haber robado en campo contrario un poco más», lamentó. De hecho, considera que las líneas estuvieron un poco más retrasadas de lo planteado inicialmente.

Al Racing le faltó, según su entrenador, morder en la presión del campo rival pero, a cambio, también cuenta con el talento de Pombo o Vicente. No cree que, por naturaleza, no estén hechos para una cosa y sí para otra porque, según afirmó, Pablo Torre el curso pasado tampoco «quitaba un balón y acabó quitando muchísimos». «Es una cuestión de entrenamiento, de organización y de que nos juntemos en ese espacio», apuntó. Considera que ha habido voluntad pero también destacó que el media punta maño había estado «muy cerca del área en situaciones muy claras y sólo ha faltado finalización». «Son chicos que necesitan jugar, como Jordi y muchos otros, pero sólo pueden hacerlo once», lamentó.

En ese sentido, desde un punto de vista puramente organizativo, considera que a su equipo le faltó «un poco más de altura y exigencia de los de arriba para haber quitado alguna pelota más». También lamentó que, cuando robaban, no tuvieran buenas decisiones quizá porque «veían muy fácil los pases a Jordi o al punta».

Faltó gol y ante eso un entrenador, una vez que se han generado ocasiones para haber marcado alguno, sólo puede decir que hay que «insistir y trabajar las finalizaciones, la confianza, en cómo llega la pelota, en cómo somos capaces de encarar la portería y dónde se hacen mejores finalizaciones». «Esa es la teoría -añadió-, después ya sabemos que un gol puede llegar de cualquier manera».