07.05.2024 |
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RACING - ANDORRA | HOY 16.15 H.

Difícil equilibrio para el Racing

El conjunto cántabro recibe esta tarde (16.15 h.) al Andorra con la necesidad de ganar para huir de los puestos de descenso pero en medio de un ambiente festivo en la grada

Juergen Elitim, junto con un joven racinguista, en el entrenamiento de ayer, que estuvo abierto al público. / rrc
Juergen Elitim, junto con un joven racinguista, en el entrenamiento de ayer, que estuvo abierto al público. / rrc
Difícil equilibrio para el Racing

Al Racing le toca jugar esta tarde con el peso de la presión e incluso de la responsabilidad. Es el castigo por haber encajado una derrota de dudoso gusto el pasado fin de semana en Villarreal y la consecuencia directa de estar de celebración. Lo están el club y sus aficionados porque acaban de cumplir 110 años, pero el equipo no ha estado para demasiados jolgorios en los últimos días. Siguen sintiendo el fuego del infierno a su espalda pero son conscientes de que el personal acudirá esta tarde (16.15 h.) a Los Campos de Sport con el traje de los días grandes, con ganas de celebración, de disfrutar de un buen partido que la redondee y dando forma a un ambiente de gala que no siempre acaba correspondido con lo que sucede en el terreno de juego. La última vez que sucedió algo similar sí funcionó todo a la perfección y la fiesta fue perfecta. Fue el día de la visita ante el Sporting. Bueno sería repetir aquel episodio en todos los sentidos.

Hoy delante estará el Andorra, un contrincante que parece sentarle bien al Racing, ya que le ha ganado dos veces en menos de un año. Primero lo hizo en la final de la Primera RFEF (0-3) y después en liga (0-1). Aún no se han visto las caras en Santander. He ahí la novedad. Los números dicen que los pupilos de Eder Sarabia todavía no le han marcado ni un solo gol al conjunto cántabro, que se les atraganta el entramado defensivo que habitualmente se han encontrado delante cuando se han topado con el conjunto cántabro. Lo que sucede es que ahora el Racing es otro y que ya no está Fernández Romo al frente, que era el arquitecto de ese muro contra el que no pudieron nunca los andorranos.

El partido que ambos disputaron en Andorra fue el último gran momento de Fernández Romo. A partir de ahí, se derrumbó todo. Aquel día, se comportó como un equipo sólido que, sencillamente, se dedicó a ver cómo su rival tocaba la pelota de lado a lado sin que fuera capaz de hacerle cosquillas esperando que llegara su momento. Y éste llegó. Un gol, tres puntos y para casa. El equipo de los Pirineos se amoldaba perfectamente al guante racinguista. Lo que sucede es que ahora, aunque no siempre lo consigue, el Racing intenta jugar a otra cosa. Está por ver si José Alberto sigue la receta que tan bien le funcionó a su antecesor ante el Andorra o si apuesta por la suya propia. Lo que ha quedado acreditado últimamente es que cuando el Racing actual intenta jugar como el anterior, no le sale demasiado bien. Siempre suele funcionar mejor el original a la copia.

El conjunto cántabro perdió una buena oportunidad el pasado fin de semana para colarse en la clase media de la categoría pero dejó pasar el tren. Hoy pasa otro. A pesar de ser también un recién ascendido, el Andorra se ha pasado todo el curso lejos de los pues- tos de peligro, como si hubiera transitado las arenas de la Segunda División toda su vida. Sin embargo, en las últimas semanas ha visto cómo se ha ido torciendo todo porque ha llegado a encadenar cinco derrotas consecutivas, que son las mismas que terminaron con Fernández Romo. Con Eder Sarabia, en cambio, no acabaron. Y no lo hicieron porque el pasado fin de semana se reencontró el equipo del Principado con la victoria al ganar de penalti al Sporting. Eso cortó una  racha nefasta. Y es posible que al Racing incluso le haya venido bien porque cada derrota acumulada acerca siempre a la primera victoria. Ésta ya sucedió hace siete días. Ahora se pone otra vez el contador en marcha.

Tan bien lo ha venido haciendo el Andorra que ni siquiera no haber sumado ni un solo punto de quince posibles le ha metido en posiciones de peligro. Y esa aparente caída libre que llegó a sufrir la atravesó manteniéndose fiel a sí mismo, ejercitando ese fútbol que tanto le ha caracterizado en los últimos tiempos. Es, de hecho, el Andorra un equipo que tiene la posesión como marca de la casa, que no la negocia y que la toma siempre como el camino más corto hacia la victoria. Eso le puede venir bien al Racing.

Al conjunto cántabro se le dan bien los equipos a los que les puede presionar porque sabe que nunca van a salir con un balón en largo o un pelotazo. El rival de hoy lo tiene todo para ver al equipo verdiblanco más agresivo. Es, por otro lado, como todos intentan jugar al Andorra y a éste no le va tan mal. Alguna trampa ha de tener, no puede ser tan fácil. Falta desentrañar el misterio. Fernández Romo lo hizo pero no lo dejó en el cajón. Se lo llevó. Como los datos del GPS.

Es posible que José Alberto vuelva a la normalidad esta tarde después de haber sorprendido el pasado fin de semana dejando a Pombo y a Juergen en el banquillo. Este último es necesario para dotar a la sala de máquinas de alguien con capacidad de manejar el balón con sentido e inteligencia. Al Racing le ha solido ir bien con el colombiano en la sala de máquinas. La entrada del media punta maño volverá a situar a Íñigo Vicente en la banda izquierda y, en la práctica, se agotaría el efecto cosechado por la victoria en casa contra el Leganés. Tampoco habrá cambios en el centro de la retaguardia porque Germán está recuperado de los problemas físicos con los que comenzó la semana. El andaluz estuvo muy lejos de brillar en Villarreal pero da la sensación de que el entrenador no le negocia.

Recupera el técnico a Satrústegui y Mantilla y, por lo tanto, las únicas bajas son las de Arturo, Peque y Bobadilla, futbolistas que, a excepción del primero (tampoco mucho) no cuentan. El panorama, por lo tanto, es bien diferente al que se dibujaba hace apenas quince días, cuando el conjunto cántabro llegó a acumular siete ausencias. Por su parte, Eder Sarabia ha contado toda la semana con la duda de Petxarroman, futbolista que ya jugó en El Sardinero en el filial de la Real Sociedad B, y mantiene las bajas de Dani Morer, Martí Vilá y Adri Vilanova.

Está encuadrado el encuentro entre la necesidad del Racing por sacar en casa lo que se le escapa fuera y por el ambiente festivo que se vivirá más allá del terreno de juego. Difícil equilibrio. Es un día, por lo tanto, para mantener la cabeza fría y dejándose llevar por las sensaciones sólo lo justo. Ganar al Andorra suele demandar una cocción lenta y paciente, esperando al momento oportuno para sacar el aguijón sin importunarse por mucho que el rival sobe el balón. Éste busca, precisamente, que el contrario se descomponga saliendo a abortar tanta ‘tontería’ con la pelota. Ahí puede estar la trampa. O no. Habrá que ver cuál es la receta de José Alberto para medirse a un equipo como el del Principado.

Difícil equilibrio para el Racing
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