Ayer le tocó a Álvaro Mantilla salir a dar explicaciones. No es fácil. Reconoció que en el seno del vestuario estaban «jodidos por haber desaprovechado la oportunidad de dar al club y a los aficionados un partido grande en Copa del Rey» pero también recordó que, una vez confirmado el fiasco, no queda más que pasar página: «No hay que quedarse en esto, sino seguir avanzando y pensar en el domingo para que no se estropee la dinámica que teníamos en liga, que estaba siendo muy buena». Reconoció el central camargués que ante el Leioa cayeron en un «cúmulo de errores individuales y colectivos».

Asumió que no estuvieron «acertados absolutamente en nada del juego» y no acierta a decir por qué pudo ser. No cree que fuera una cuestión de actitud porque, como recordó, durante el calentamiento estaban todos «muy enchufados y concentrados», con la certeza de que iban a «ganar y a lucharlo todo, pero al final no se dieron las cosas bien y no salió nada». Es cierto que jugaron muchos no habituales pero tampoco cree que ahí estuviera la culpa, ya que, a pesar de que puedan no tener ritmo de competición, «cuando un futbolista que no juega mucho entra en el once, lo ve como una oportunidad de convencer al entrenador de que le tiene que poner el domingo».

Lo bueno es que Mantilla se muestra «completamente seguro de que lo que pasó el miércoles no va a pasar factura». «Ya hemos cambiado el chip, se ha ido la Copa pero ahora tenemos que pensar en la liga y en los objetivos que nos marcamos a principios de temporada», apuntó.

En el plano personal, confesó sentirse «muy bien» con su aportación al grupo. «Estoy entrenando a mi máximo nivel o al menos intento estarlo siempre y, cuando no lo consigo, me como la cabeza para saber qué ha pasado», subrayó. Entendía el jugador verdiblanco que la afición estuviera decepcionada pero la pidió «su ayuda» para dar «el máximo» de ellos mismos. «No les vamos a fallar», concluyó.

Pendientes de Soko. Lo peor del partido del miércoles pudo estar en la lesión de Soko, que se tuvo que ir sin poder apoyar la pierna y ayudado por Pol Moreno y Borja Domínguez. Ayer aún cojeaba y no le pudieron hacer las pruebas porque se suele esperar 48 minutos, hasta que se rebaje el hinchazón. Parece claro que será baja para Irún y falta saber para cuántos partidos más.