Jordi Mboula fue uno de los últimos en llegar pero le ha dado tiempo a participar en dos de los cuatro partidos que ha disputado ya el Racing. Contra el Oviedo entró en el segundo tiempo y contra el Tenerife fue titular. Comenzó con algunas dudas, pero se fue entonando y durante el primer tiempo fue quizá el jugador más peligroso de los suyos por su banda derecha, atreviéndose al uno contra uno, mostrando velocidad, cambios de ritmo y un par de buenos centros. Además, se mostró voluntarioso en el trabajo y, en definitiva, confirmó que se trata de un jugador con capacidad para hacer un buen servicio vestido de verdiblanco. Él es uno de esos futbolistas a cuya mejor versión se está esperando para que el grupo por fin demuestre que puede ganar partidos en la categoría.

Por ahora, no lo está haciendo porque los números no pueden ser peores. Sólo podrían empeorar con un mayor número de goles encajados, pero los que ya acumula han bastado para que no haya sumado absolutamente nada, ya que todavía no ha conseguido dejar la portería a cero. «Está siendo un inicio difícil, eso está claro», resume el extremo derecho. Además, esta semana ni siquiera se puede sostener el equipo sobre la teórica evolución que sí pareció verse en el encuentro contra el Oviedo, ya que el duelo ante el Tenerife fue el peor de todos. Han surgido dudas en el entorno pero dentro del vestuario parece que no las hay. Al contrario.

«No creo que las derrotas nos hayan minado la confianza, ya que al equipo y al míster les veo optimistas», subraya el jugador nacido en Granollers. A partir de ahí, sólo queda mejorar y, en ese sentido, el centrocampista verdiblanco llama a lo que parece estar llamando el club desde el pasado fin de semana: a la unidad. «Nos tenemos que hacer fuertes todos juntos y saber que la Segunda División es una categoría muy, muy larga tanto para lo bueno como para lo malo», sostiene. En el caso actual del Racing es para bien porque le concede un mayor margen para reaccionar a su nefasto primer mes de andadura.

Algo hay que hacer para lavar la cara al conjunto cántabro y que empiece a carburar. El futbolista cedido por el Mallorca considera que, por encima de todo, «es un tema de que todo el mundo se vaya adaptando al equipo». Y es que, recuerda Mboula que «bastantes jugadores» son nuevos y, para colmo, los que están llamados a tener peso fueron los últimos en llegar. Reconoce que ha pasado poco tiempo desde su llegada y recuerda que entre todos han de ir conociéndose y adaptándose. Y eso se cura con tiempo y acumulando minutos de juego real, por lo que prevé el extremo catalán que «con el tiempo» van a mejorar «defensiva y ofensivamente». «Todo vendrá poco a poco», promete.

El enfermo tiene mala pinta en función de lo visto en su última aparición pública en el Heliodoro Rodríguez López. Las sensaciones no fueron buenas pero Mboula cree que tampoco habría que quedarse con esa idea general, ya que, en su opinión, no responde «a lo que realmente pasa en el campo». En ese sentido, recalca que si uno se pone a «mirar estadísticas, verá que el equipo llega arriba muchísimo y que estuvo en campo rival bastante más de lo que parece». Lo malo fue que, al contrario de lo que venía sucediendo, el conjunto cántabro fue un coladero en defensa porque se hizo muy largo, aparecieron espacios en todos lados y el Tenerife jugó muy a gusto. De hecho, tiene claro el extremo diestro que les condenaron «las contras». Todos los males se estaban concentrando en ataque hasta el pasado fin de semana pero, desde entonces, la ‘culpa’ está más repartida.

Desde un punto de vista individual y personal, Mboula dice sentirse «bien», pero no se conforma. «Voy a ir a mucho mejor poco a poco», anuncia. Y es que, como él mismo recuerda, «llevaba muchos meses sin jugar», lo que se tiene que notar a la fuerza. Nunca es sencillo recuperar el ritmo competitivo y la confianza, que es el primer paso para que un profesional dé lo mejor de sí. Con todo, asegura sentirse «bien físicamente» pero no basta con mirarse al ombligo, ya que el fútbol es un deporte colectivo: «Al final, cada uno nos tenemos que adaptar a las necesidades que tiene el otro y que tiene el equipo en vez de centrarnos en lo individual porque será así como cada uno vaya sacando su mejor nivel».

Mboula pudo ya disfrutar de un ambiente de lujo en su debut como racinguista, que se produjo en el partido contra el Oviedo en Los Campos de Sport. El domingo se espera algo similar pero asumiendo, esta vez, el papel de visitante. «He visto que se han comprado todas las entradas», destaca el extremo. Eso les hace a los jugadores estar «animados e ilusionados por puntuar ya, como sea», para responder a toda esa gente que tiene previsto desplazarse. «Estamos muy agradecidos a la afición por el apoyo que nos dieron el último día en casa y los pocos que incluso estuvieron el otro día en Tenerife», recalca. Y es que, tiene claro que todos los estamentos del club, entre los que están los aficionados, han de «caminar todos juntos para que esto empiece a cuajar».