Muchos aficionados del Racing estaban esperando un comunicado de su club condenando o, cuando menos, valorando lo sucedido el pasado domingo en Ipurua. Ese mismo día ya había enviado un par de mensajes en redes sociales mostrando su preocupación sobre los hechos acaecidos pero, a su vez, mostrando cierta distancia sobre los mismos para evitar sacar conclusiones precipitadas. Ayer, 72 horas después de lo sucedido, sí se mojó más sumándose al sentir general del racinguismo: «La intervención de la Ertzaintza no fue proporcional». Así, sin rodeos, expresó Víctor Diego, el director de relaciones institucionales y deportivas del club, el sentir de la entidad respecto a esos desagradables incidentes.

A parte de sumarse a quienes vienen criticando la desproporcionalidad de la actuación policial para corregir lo que, según los mismos responsables de seguridad del estadio, estaba sucediendo, Diego mostró también la «solidaridad» del club «con los aficionados del Racing que acudieron a Ipurua y se vieron afectados por su actuación». La contundencia de los vídeos que ha podido ver todo el mundo en los últimos días, con 36 uniformados con porras y cascos para, según su propia versión, enviar a su butaca a algunas decenas de seguidores verdiblancos, hacía complicado reaccionar de otra manera a la entidad.

Afirmó Víctor Diego que, tanto él mismo como el presidente del club, Alfredo Pérez, pidieron «en el propio estadio información de lo ocurrido y sobre el protocolo llevado a cabo por la policía autónoma vasca». Allí, el coordinador de seguridad ya les habría explicado los avisos que fue enviando para que los aficionados del Racing se acomodaran en sus asientos con el fin de que dejaran libre la entrada y salida a los vomitorios y el pasillo situado junto a la barandilla y el caso omiso que estaban haciendo. Ante esto, argumentó que, por un tema de seguridad, se habría visto obligado a mandar intervenir a los agentes.

El director de relaciones institucionales y deportivas del Racing quiso valorar, por encima de todo, «la convivencia sana que hubo en Eibar entre los seguidores de ambos conjuntos durante la jornada». De hecho, fue algo valorado por el propio club vasco pocos minutos después de la actuación policial para que nadie que estuviera fuera del meollo se llevara a engaño y pensara que se había producido algún tiempo de enfrentamiento entre hinchadas.

Diego mostró su deseo de que se repita el buen ambiente de Eibar en «todos los partidos, tanto en los desplazamientos como en los que se celebren en Los Campos de Sport». A su vez, llamó a los aficionados a que «cumplan las normativas que permiten disfrutar del fútbol en los estadios de forma segura, que es lo que todos queremos». En el fondo, fue una llamada a que, si en algún campo dicen que no se puede estar en un lugar determinado por seguridad, se haga caso para no dar pie a actuaciones desproporcionadas de la policía.

Dos fueron los mensajes que envió el club verdiblanco el mismo día del partido en sus cuentas de redes sociales. El primero fue el siguiente: «El Racing lamenta los hechos acaecidos en la grada de Ipurua destinada a sus aficionados y condena enérgicamente cualquier acto violento». En el mismo, se mostró un tanto equidistante porque tampoco contaba con la información necesaria para sacar conclusiones sobre lo que había pasado. De hecho, entonces sólo contaba con la versión que le había trasladado el coordinador de seguridad de Ipurua. De hecho, en el siguiente mensaje, recordó que, «nada más terminar el partido», el club «solicitó en el propio estadio a los responsables de seguridad información sobre lo ocurrido y el protocolo adoptado». Desde ese día, había guardado silencio y ayer, para responder también a una demanda que se había generado entre sus aficionados, salió a la palestra para sumarse a la opinión generalizada de que la intervención policial no había sido proporcionada al problema que quería resolver.