03.05.2024 |
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SERGIO GARCÍA VS YOENIS TÉLLEZ

‘El Niño’ ya conoce a Téllez, el cubano que pasó por Rusia

Tras llegar al reputado equipo nacional de Cuba con 17 años, el rival de Sergio García se asentó en territorio ruso, donde disputó sus dos primeros combates | Dejó en la isla a su mujer embarazada y no conoció a su hija hasta que tenía 11 meses | Hoy está en manos del reputado Ronnie Shields

Yoenis Téllez y Sergio García en el cara a cara.
Yoenis Téllez y Sergio García en el cara a cara en Las Vegas.
‘El Niño’ ya conoce a Téllez, el cubano que pasó por Rusia

Hoy de madrugada se produjo el primer cara a cara entre Sergio García y Yoenis Téllez, su rival del próximo sábado en Las Vegas. Dieron la sensación de ser dos buenos tipos, dos personas normales lejos del mundanal ruido que sólo quieren hacer su trabajo y seguir haciendo camino. Incluso se sonrieron, algo poco habitual en episodios semejantes, donde dominan los rostros serios y amenazantes. Se conocieron, se entregaron sus tarjetas de presentación y, de primeras, comprobaron que el cántabro es un poco más alto. Era la primera vez que éste tenía delante a un boxeador cubano. Y eso son palabras mayores. Tuvo ante sí a un alumno de una de las mejores escuelas pugilísticas del mundo y eso demanda una exigencia máxima.

El próximo rival de ‘El Niño’ tiene sólo 22 años pero tiene ya una historia que contar. No es gratis haber recalado en uno de los mejores equipos de Estados Unidos, estar en Houston en manos de Ronnie Shields. No es una cuestión baladí porque este veterano entrenador ha estado en las esquinas de tipos como Mike Tyson, Evander Holyfield, Pernell Whitaker, Jermell Charlo y, sobre todo, Erislandy Lara. Éste es todo un referente para Téllez porque también es cubano y porque llegó a lo más alto. Y lo hizo junto al actual entrenador de Téllez.

Una buena pregunta es cómo llegó este aún joven boxeador cubano con todo por demostrar a colocarse bajo el manto de Shields. La historia no puede ser más rocambolesca porque la relación entre ambos nació en un lugar tan lejano como Rusia. El próximo rival de Sergio García entró a formar parte del equipo nacional cubano a los 17 años. Ese salto ya es sinónimo de calidad porque se trata de una selección que viene dominando el medallero pugilístico en los Juegos Olímpicos. Sin embargo, no duró mucho porque él quería ser profesional y, aunque esa posibilidad va poco a poco abriéndose camino en la isla, el camino más rápido era salir. Y salió. Dejó atrás su país y a una mujer embarazada. No debió ser fácil.

En Rusia habían puesto en marcha un nuevo proyecto pugilístico que tenía como maestro de ceremonias a un entrenador cubano que lo hizo todo más fácil para Téllez. Le aceptaron muy bien y tuvo la oportunidad de disputar sus dos primeros combates profesionales. El primero fue ante otro novato como él al que noqueó en el segundo asalto. Pagó el peaje del debut porque ni él ni su equipo hicieron bien las cosas y, tras su victoria, se pasó algo más de dos meses lesionado en las manos. Sin embargo, siguió adelante.

 

Su segundo combate profesional, también en Rusia, fue ante un boxeador más experimentado, con 16 peleas ya a sus espaldas, que le exigió un poco más. Era más fornido y más bajo pero también besó la lona. Lo hizo en el tercero. Él propio Téllez reconoce que a esa segunda pelea acudió más suelto después de desprenderse de los nervios del debut, que estuvo más cerca de su boxeo, el que le permitió destacar en el campo amateur. Completó así su escuela rentada, rompió el hielo muy lejos de casa, asentándose incluso en Ucrania un mes antes de que empezara la guerra. Para entonces, ya estaban las cosas calientes, así que decidió volver a Cuba.

Con el equipo de Ronnie Shields conectó por vez primera en Rusia y allí incluso firmó un primer contrato. Sin embargo, antes de pasar a Estados Unidos volvió a Cuba porque aún no conocía a su hija de once meses. No fue un periodo sencillo. Él, que se había labrado una reputación en Santiago, de donde es natural, quería seguir entrenando y por eso conectó con alguno de los entrenadores que ya conocía para poder ejercitarse en algún gimnasio y seguir madurando su recién estrenada carrera profesional, pero no pudo. El comisionado cubano siguió de cerca su caso y no le permitía entrenar al estar prohibido el deporte profesional, por lo que tuvo que trabajar en solitario. Hasta que volvió a marchar dejando, de nuevo, a su familia atrás.

Se sumió entonces en el equipo de trabajo de Ronnie Shields. Poco a poco se va defendiendo mejor, pero entonces sabía muy poco inglés. Se encontró ahí con la ayuda de su compatriota David Morrell, que le ayudaba en ese sentido. Para Téllez, estar en manos del reputado entrenador estadounidense supone un lujo. Entiende que tiene todo lo que un boxeador puede pedir para crecer y que, a partir de ahí, todo depende de él. Y por él no va a ser porque está dispuesto a todo para hacer camino. Su siguiente parada será el sábado ante Sergio García. Su preparación iba encaminada a otra pelea pero, obviamente, lo dejó todo para formar parte de la cartelera del Spence - Crawford.

En suelo norteamericano, Yoenis Téllez afrontó otros tres combates. Mientras que Sergio García ha saltado al ring una sola vez en los últimos quince meses, el cubano peleó el pasado mes de noviembre, lo volvió a hacer en febrero y una vez más en mayo. Esta última pelea ha sido la única de su carrera que ha llegado a las cartulinas. Ganó por decisión unánime después de seis asaltos. Nunca había llegado tan lejos. El combate del sábado será a diez. ‘El Niño’ sí que ha llegado hasta ahí muchas veces.

Al cántabro le pusieron este rival hace apenas dos semanas. Toda su preparación fue dirigida a boxear contra el temible Jesús Alejandro Ramos, mucho más experimentado que Téllez, pero le cambiaron el rumbo. Ahora se topará con la escuela cubana. En la tarjeta de presentación que recibió en el primer cara a cara de esta madrugada, pone que es un púgil al que le gusta la larga distancia, el boxeo limpio, dominar lo que sucede en el ring y enseñar la técnica adquirida en su isla. No se pone límites. Quiere escribir su propia historia y, sobre todo, ser alguien, convertirse en una figura en su país. A Sergio García todo eso le parece muy bien, pero quiere ser una pesadilla momentánea en el sueño que se está labrando.

‘El Niño’ ya conoce a Téllez, el cubano que pasó por Rusia
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