No había liga pero sí había regata. Era en Santander con la participación exclusiva de traineras cántabras. Fuera forasteros, no caben. Eso hizo que la prueba sirviera, en la práctica, como adelanto a lo que puede suceder el próximo domingo, cuando tampoco habrá jornadas ligueras pero sí se disputará el Campeonato de Cantabria. Y no hubo sorpresas. Es difícil que las haya. Hace mucho que no las hay. Ganó Pedreña tal y como estaba previsto previamente, cumplió con su papel aunque tampoco se pudo dejar llevar. ‘La Marinera’ se presentó en la capital con ánimo de añadir picante a la mañana de remo y, durante algunos minutos, aportó cierta incertidumbre a lo que estaba pasando. Es probable que lo agradezcan hasta los propios remeros y aficionados trasmeranos.

La regata se disputó a la altura de la península de La Magdalena, en un campo que se va asentando y que, por lo menos, rompe con la repetición que supone siempre la bahía, a donde volverán las traineras el próximo jueves para disputar la Bandera El Corte Inglés. Hubo lugar para una tanda formada por las embarcaciones de la Liga Combinada, otra en la que participaron los veteranos de Pontejos y la única trainera femenina que hubo en el agua, que fue la de Castro, y dos series de equipos absolutos masculino. La tanda de honor la formaron los tres representantes de la ARC 1 más Astillero, lo que pagó este último. Le tocó remar en solitario durante más de veinte minutos y eso le condenó al último puesto.

En el primer acto, que formaron Laredo, IRC Santoña y Castro B, el más rápido fue el bote pejino, que sorprendió en el segundo largo poniéndose en cabeza, lugar que ya no abandonaría sacando una buena renta a castreños y santoñeses. Una alegría para la trainera laredana, que en otras citas ya había demostrado que tiene motor para estar cerca e incluso mantener apretados duelos con los botes cántabros de la ARC 2.

La victoria, como era fácil de prever incluso presentándose una galerna, estaba en la tanda de honor. A Pedreña le correspondió la calle uno, la más pegada a tierra, y desde un principio se le notó con ganas de cumplir con el trámite cuanto antes. Salió con fuerza, con una tripulación muy reconocible porque apenas cuenta con margen de maniobra a la hora de rotar y dar descansos. Era el favorito y quería ganar. No quería sorpresas y la mejor manera de anularlas es cortando cualquier atisbo de esperanza en el resto de embarcaciones antes de que empiecen a soñar con lo que no puede ser.

Camargo se quedó pronto atrás y en el primer paso por balizas exteriores ya perdía cinco segundos, pero no se dejó ir. Creció con el cambio de dirección y empopó lo que no empoparon los demás, ya que, al paso por el ecuador, estaba a la misma altura de Pedreña. Lo malo para sus intereses fue que éste no era proa de regata, sino que fue ‘La Marinera’ quien se presentó a la altura de los veleros de Vital Alsar en cabeza. Es algo que hacía mucho tiempo que no se veía, lo que hizo trabajar de lo lindo a Pedreña a partir de ese momento.

Fue en ese tercer largo, de proa a la ola, cuando se decidió la regata. La trainera negra exhibió su mejor remada haciéndolo largo, sin dejarse nada. Y poco a poco fueron poniendo las cosas en su sitio. La ‘Virgen del Carmen’ volvió a quedarse atrás, dio alcance a Castro y realizó el último giro con cuatro segundos de ventaja. Tuvo la ‘Pedreñera’ que reaccionar y apretar al máximo el acelerador para que no se repitiera en el segundo viaje de vuelta lo que había sucedido en el primero y lo cierto es que logró mantener la situación bajo control.

En esta ocasión, ‘La Marinera’ no fue capaz de acercarse a la ‘Pedreñera’, que incluso fue incrementando su ventaja hasta cruzar la meta con siete segundos de renta. Por detrás, Camargo llegó a catorce de Castro. Era bien consciente de que su tercera plaza no corría peligro porque los tiempos de la anterior tanda eran casi un minuto peor y no le hizo falta exprimirse al máximo. La bandera, tal y como cualquiera podría haber previsto, se fue para Pedreña a la espera todas las traineras de volverse a ver las caras el próximo fin de semana. Será un fin de semana eminentemente cántabro porque la ARC 1 volverá a abrir su telón el próximo sábado en Camargo y la ARC 2 hará lo propio ese mismo día en Astillero. Y al día siguiente se disputará el Campeonato Autonómico. Está por ver si ese día ‘La Marinera’ es capaz de sumar esa dosis necesaria de incertidumbre que le permita darse el alegrón que tanto anda buscando.