Las traineras han ido saliendo poco a poco, primero unas, después otras y, por último, las mejores, las más rápidas, las que, en principio, centrarán la atención de los focos y actuarán en los grandes escenarios. Mañana arranca la primera división, la máxima categoría tanto masculina como femenina. Han esperado hasta el final para aparecer, como si todos los demás hubieran actuado como teloneros. Así suele funcionar el mundo del espectáculo.

Un año más, no habrá traineras cántabras ni en la liga ACT ni en la EuskoTren. Eso no quiere decir que no haya cántabros, ya que los habrá en el seno de algunas de las embarcaciones masculinas más ambiciosas, no así en las femeninas por mucho que se hayan ampliado a ocho, lo que convierte en especial el presente curso. Los clubes más potentes no dejan de mirar a Cantabria para llevarse el talento que surge de aquí. Es a lo que está condenado, hoy en día, el remo cántabro. Hubo un tiempo en el que era al revés, pero pasó demasiado rápido. Sólo queda seguir trabajando.

En la liga ACT habrá 22 remeros cántabros. Daría casi para formar dos traineras potentes, pero no funciona así. Dos de ellos están en dos de las embarcaciones más ambiciosas, las que parten con el objetivo de acumular banderas y de pelear en lo más alto. Tanto Bermeo como Hondarribia están llamados a volver a ser los grandes protagonistas de la competición y, por lo tanto, habrá máxima tensión y mayor rivalidad entre dos excompañeros y amigos.

Los dos son castreños, canteranos de ‘La Marinera’, y aparecieron al mismo tiempo en la élite. Se trata de Fernando Ruiz y de Adrián González. El primero remará para la ‘Bou Bizkaia’ de Bermeo y el segundo ha vuelto a convertirse en la oveja negra del rebaño de la ‘Ama Guadalupekoa’ de Hondarribia. En su anterior etapa como verdiblanco, en la que se hizo con la Bandera de La Concha, ya fue toda una rareza ver a un cántabro en esas filas, pero dejó buen poso y ha vuelto para intentar llevárselo todo.

Bermeo defiende el título. Es el máximo favorito, se ha reforzado bien, ha dado forma a una cuadrilla tan fuerte como veterana y parece claro que es el rival a batir. «Perderán poco», reconoce Mikel Orbañanos, el entrenador de Hondarribia. Éste es el eterno ‘segundón’ de la liga, ya que acumula siete subcampeonatos consecutivos. Eso quiere decir que siempre le falta algo para hacerse con la corona pero, por otro, que posee una regularidad envidiable. En los últimos años ha llegado vivo hasta el final y es, sin duda, uno de los grandes animadores de la categoría.

La liga ‘amenaza’ con quedar dividida en dos grupos porque hay un consenso en torno a que hay cinco traineras que están dos o tres peldaños por encima del resto. Además de las ya nombradas, hay que contar con Orio, Donostiarra y Zierbena, que inicia un tiempo nuevo. El año pasado le fueron mal las cosas a los ‘galipos’, que se perdieron en la segunda tanda sin ser capaces de tener protagonismo. Tras esa pobre primera experiencia post Juan Zunzunegui, decidieron contratar a otro gallego para enderezar el rumbo y se hicieron con Dani Pérez, un entrenador que la afición cántabra conoce bien tras su buen hacer al frente de la ‘San José’ de Astillero.

Éste logró el ascenso con Meira el verano pasado pero hizo las maletas para aceptar el reto de reflotar a Zierbena. Y, por lo visto en pretemporada, la ‘Galipa’ está llamada a dar guerra y a pelear por banderas. Es una nueva alternativa que, para empezar, pondrá caro un sitio en la tanda de los mejores. Sólo entran cuatro y hay cinco claros aspirantes. Habrá uno que se quede fuera y que deba actuar en el segundo acto. Va a ser como el juego de la silla. No hay para todos.

Orio vuelve a tener al castreño Alexander Esteban en sus filas. Jon Salsamendi, su entrenador, ha advertido de que durante este invierno ha realizado un cambio de metodología en la preparación que ha podido retrasar el rendimiento. Por eso su invierno no fue del todo bueno pero confía en ir de menos a más y en estar este fin de semana mucho mejor que hace un mes en Mutriku o en Lekeitio.

No hay cántabros en Donostiarra pero muchos en Zierbena. Dani Pérez ha llamado a remeros que ya estuvieron con él en Astillero y, en total, cuenta con nueve bogadores naturales de Cantabria en sus filas. Ahí están los astillerenses Raúl García, Álex Tacu y Carlos Palazuelos, el pedreñero Borja Gómez, el santoñés Efrén Sánchez y los castreños Marcos González, Eladio Sánchez, Luismi Villar y Abel Vicente. Lo que darían Camargo, Pedreña o Castro por contar con alguno de ellos.

Una buena colección de cántabros hay, como también suele ser habitual, en Kaiku, para quien se inicia una temporada especial al tratarse de su centenario. Con todo, da la sensación de que cuenta con un potencial menor que el del curso pasado pero en Sestao confían en la magia de Jose Luis Korta para no pasar apuros y mantenerse en la segunda tanda, peleando por estar al frente de la clasificación de los terrenales.

En concreto, la plantilla sestaotarra cuenta con el astillerense Mario Crespo, el suancino Óscar Gómez, los castreños Iker Gimeno, Ionut Lucian Neagu y Pablo Soba y el colindrés Lolo Gutiérrez junior. El curso pasado estuvo pugnando con Getaria, que también fue un recién ascendido y que este año intentará mantener el nivel del curso pasado aunque sabe que será complicado. También lo entiende así Ondarroa, que ha perdido potencial tras la salida de una buena colección de titulares y canteranos, por lo que el equipo asume que van a sufrir.

También peleará por abajo la ‘Sotera’ de Santurtzi, que el curso pasado pasó de ganarlo todo en el 2021 a sufrir para mantenerse en la élite. Incomprensiblemente, a pesar del éxito de la empresa, ya que la trainera se quedó vacía tras las celebraciones, el club decidió prescindir de ‘Paorra’ como entrenador y apostar por Javi Polo. Éste ha mirado, sobre todo, a Castro para reunir a su particular colección de cántabros y, en concreto, cuenta en sus filas con Alan Ahedo, Alberto Landa, Endika Morán y Cristian Garma.