Marian Herrería tenía previsto haber emprendido una aventura inglesa este mes, pero al final ha sido una polaca. Hace apenas mes y medio, la llamaron para pelear en Londres por un cinturón internacional y ella aceptó el reto. Se puso en forma y se puso en peso. Invirtió una gran cantidad de esfuerzo, dinero y tiempo para preparar el reto pero 24 horas antes de tomar el avión que la debía haber llevado hasta la capital británica, llamaron al gimnasio para decir que se suspendía todo. La boxeadora inglesa no quiso pelear. Se asustó. Le había salido una oportunidad mundialista y pensaba que la cántabra la podía ganar y arruinar sus planes. Hay que imaginar lo que eso supuso moralmente para la ‘Vikinga’. Lo normal es que le hubieran dado ganas de tirarlo todo por la borda pero siguió. Se cerró una puerta pero se abrió otra, esta vez en Polonia, donde está desde ayer.

La boxeadora cántabra voló en la mañana de ayer junto a su entrenador y mánager Dani Rasilla hasta territorio polaco. Ambos aterrizaron a la una, cogieron las maletas y se fueron directamente al hotel. Han llegado en forma y en peso, por lo que no habrá problemas para superar el último trámite que queda antes del combate, que será esta tarde en el Nosalowy Dwór Rsort & Spa de la localidad polaca de Zakopane a las seis. La velada será en el mismo lugar 24 horas después. Será retransmitida en directo por el canal TVP Sport y, además de contar con una eliminatoria mundialista, también tendrá en el menú el duelo de Marian Herrería, que afrontará su cuarto combate tras haber ganado los tres primeros, contra la invicta púgil local Laura Gzryb, que ha ganado sus siete peleas profesionales, tres de ellas por KO. Es ella la favorita por múltiples factores pero la cántabra no se resiste a su papel de Cenicienta. No sólo llega tras una gran preparación que estuvo enfocada a ganar su primer título en Londres hace quince días, sino que contará con la rabia que supuso todo lo que sucedió entonces. Aquello fue una falta de formalidad difícilmente soportable después de estar los contratos firmados y de haber realizado una fuerte inversión en todos los sentidos y dolió mucho.

Quien mejor conoce a Marian Herrería es su entrenador Dani Rasilla, que, desde Polonia, aseguraba que llegan al combate «en un gran momento». De hecho, el trabajo estaba hecho porque dos semanas antes la boxeadora ya estaba lista para dar la talla en una cita de gran envergadura. Así, en ese sentido, reconoce ‘La Cobra’ que sólo han tenido que «alargar la preparación quince días más después del fiasco que fue el combate que debió haberse celebrado ante Mina Hughes».

Esa pelea fantasma que cumplió con todos los trámites oficiales previos para su celebración pero que finalmente quedó en el cajón garantiza que la ‘Vikinga’ llegue a la cita de mañana en un gran estado de forma pero, a su vez, ha tenido que lidiar con la decepción sufrida tras lo sucedido entonces. Reconoce su entrenador que el golpe fue duro pero también asegura que está «completamente recuperada», ya que tras aquel episodio «siguió entrenando con más ganas aún». Por eso no tiene duda de que la aventura polaca le llega en «un gran momento de forma» que pretende aprovechar y exprimir al máximo.

El reto que tienen por delante «es difícil». No lo ocultan. De hecho, recuerda el preparador camargués que será la primera vez que su pupila pelee «fuera» y más aún «en el extranjero», algo a lo que siempre hay que hacerse. Más aún, cuando tienen claro que se van a medir a «una gran rival» que ni mucho menos va a poner las cosas fáciles. Al contrario. Todo será nuevo, tanto pelear fuera de Cantabria, en Polonia como hacerlo, además, a ocho asaltos. Desde su debut hace un año, la cántabra ha ido afrontando combates más largos pero aún no había llegado tan lejos. Alguna vez tiene que ser la primera.

La moral es alta. «No tenemos nada que perder», reconoce Rasilla, que no ha tenido miedo de cruzar a su boxeadora con rivales de nivel internacional. No les obsesiona el invicto, sino ganar experiencia y sabiduría sobre el ring. Van a ir a por la victoria sin complejos y considera que han realizado una «gran preparación» que, en un principio, estaba enfocada a contrarrestar el boxeo de la británica Hughes y que en las dos últimas semanas han tenido que «adaptar a la táctica de esta nueva rival».

«Esperamos dar la sorpresa», apunta Rasilla asumiendo que el papel de favorita es para la boxeadora que boxeará en casa y que, además, tiene una mayor experiencia. Sin embargo, aunque están con «muchas ganas de conseguir una victoria», en el caso de que se vayan con una honrosa derrota, saben que al menos se llevarán de su aventura polaca «experiencia para, en un futuro, poder asaltar el Campeonato de España de la categoría». Es ahí donde tiene enfocada la mirilla la boxeadora cántabra, que espera sacar mañana en el ring toda esa rabia que se le vino encima cuando llamaron de Londres para decir que no querían cumplir con lo acordado. La boxeadora polaca no tiene culpa de nada, pero puede pagar las consecuencias.