Hubo una dura pugna en Astillero por llevarse la bandera, pero la trainera local no estuvo en ella. Se mantuvo alejado de la montonera que se acabó formando sobre la ría, comportándose como el ser inocente que ve una pelea en un bar y que, en lugar de ir a separar, se mete en el cuarto de baño para que no le caiga una botella. Lo vio todo desde la distancia, con la frustración de no resultar competitivo, sin entender qué ha sucedido en los últimos quince días para verse fuera de juego. Estaba dentro y ahora está fuera. ¿Por qué? Urge encontrar la respuesta.

Ganó Orio B pero bien podía haber ganado Donostiarra B, una trainera que comenzó el curso muy lejos de los mejores. Sin embargo, ayer se quedó a un segundo y trece centésimas de llevarse la bandera. La ‘San José’ no estuvo nunca tan cerca. Ni en su mejor regata. Ayer fue casi medio minuto más lenta que la embarcación oriotarra en un escenario que conoce bien y que no tenía trampas, ya que la prueba se celebró a contrarreloj y, por tanto, a una sola calle. Todos estuvieron en el agua al mismo tiempo y, por lo tanto, las diferencias de viento y corriente fueron mínimas. He ahí, quizá, lo preocupante.

La ría de Solía por la que se desarrolló la contrarreloj presentó mucha agua, con la marea bajando y sin apenas viento. Fue una mañana de bochorno y de mucho sudor que, sobre todo, se hizo muy pesada en los largos de vuelta. Sin embargo, en el primero ya se vio que Astillero tampoco iba. Contaba con la motivación extra de remar en casa y con ánimo reivindicativo tras lo sucedido el fin de semana anterior, pero no le salieron las cosas. Las referencias fueron malas desde el primer momento.

Cuando llegó a la primera ciaboga, su tiempo era cinco segundos peor que el de Donostiarra B pero, al menos, parecía tener bajo control al resto de traineras que habían salido antes que él. Parecía un mal menor. Faltaba por conocer los tiempos de Portugalete y Orio B, que fueron los últimos en tomar la salida, para confirmar si su tiempo era especialmente malo o si simplemente estaba siendo víctima de cinco minutos de inspiración de la embarcación de la capital guipuzcoana. La respuesta se acercó más a lo primero porque los dos botes amarillos giraron un tiempo tres segundos mejor que el de la ‘San José’.

Se anunciaban problemas pero la sangría aún no era irreparable. Sin embargo, fue volviendo al pabellón cuando todo se vino abajo y Astillero ya se quedó fuera de juego definitivamente. Al cruzar el ecuador de la prueba, había tres traineras aspirando seriamente a la bandera y metidas sólo en dos segundos (Orio B, 10.00; Donostiarra B, 10.01 y Portugalete, 10.02). La ‘San José’ giró diez segundos más tarde (10.12). En ese momento, su pelea era con Mutriku, el colista de la categoría (10.13) e Hibaika (10.14), que ha pasado a convertirse en una amenaza para la clasificación para el playoff.

No salió la trainera azul de su agujero, no encontró la remada que le permitió ver a buena parte de la categoría por el retrovisor al inicio del curso. Da la sensación de que se ha quedado estancada mientras todos los demás han crecido. Intentó apretar en el tercer largo, el más duro físicamente pero ayer, sobre todo, psicológicamente. Y se mantuvo por delante en la última ciaboga, que dio mejor que la primera, cuando se dejó arrastrar por la corriente para hacerla demasiado abierta. Se iban a poner dos puntos en juego en ese largo final que comenzó el bote cántabro con un segundo de renta respecto a sus amenazas. La bandera ya navegaba viente por delante.

A bordo de Donostiarra B no se podían creer lo que estaba sucediendo. Realizó la última maniobra en 14.52 mientras que Portugalete, el ganador de la regata de siete días atrás, lo hizo cuatro segundos más tarde. Lo que sucede es que Orio B marcó su mismo tiempo, por lo que pasó a tener todo a favor porque contaba con más información y cinco minutos de esfuerzo aún por delante para hacerse valer. Para colmo, la trainera de San Sebastián viajó tan rápido que, acercándose al Puente de Pontejos, ya estaba casi junto a San Juan B, que había salido un minuto antes. Aunque no se llegaron a poner a la par, a buen seguro que condicionó la champa final de los de la capital guipuzcoana.

Y la bandera se decidió por pequeños detalles, por lo que no se puede descartar que esa presencia de la trainera rosa bien cerca de la proa de la blanquiazul resultara definitiva. Con todo, a bordo de Orio B no se pudieron dejar nada a bordo porque sabían que todo estaba muy apretado. Tanto, que sólo un segundo lo decidió todo. Por detrás, la batalla era por otras cosas. Encerrado en el baño, sin querer saber nada de la férrea pelea por la gloria, estaba Astillero.

La ‘San José’ conocía las referencias, los tiempos de paso de sus dos rivales que pudo recopilar a lo largo del recorrido. Se vio peleando en el barro e intentó vaciarse para mantener su estatus, para seguir teniendo el respeto de la categoría, pero sólo pudo con el colista. Hibaika, que, de pronto, se ha visto con opciones de pelear por el playoff, llegó a meta dos segundos antes que Astillero y se hizo con la cuarta plaza. La trainera azul, que venía de ser última en Portugalete, se tuvo que conformar con el quinto puesto y con sólo tres puntos de renta en la general respecto a Hibaika y Donostiarra B. Va a haber mucho en juego en lo que queda por delante. Sólo cuatro regatas más. Urge que los hombres de ‘Garru’ recuperen el buen camino.

FEMENINO. Antes de la regata masculina, se celebró la femenina, donde también estaba Astillero. Ayer no pudo con Deusto. Se presentó en casa en una buena dinámica y después de haber superado a la ‘Tomatera’ en las dos últimas fechas, pero en la contrarreloj astillerense se quedó a seis segundos del bote bilbaíno. La sorpresa fue que Zarautz repitió victoria. Al contrario que el sábado en Sestao, ayer no hubo diferencia entre calles porque sólo hubo una. Todas las traineras remaron en las mismas condiciones y la ‘Enbata’ confirmó su gran momento siendo tres segundos mejor que Zumaia y cuatro que Kaiku. La ‘San José’ marcó un tiempo de 11.05,57 y se mantiene quinta en la general, con diez puntos de renta sobre Ondarroa y a siete de Deusto.