Noemí Galeano, paramédica que experimentó de primera mano los ataques perpetrados por Hamás en el sur de Israel, comparte con pesar las impactantes escenas que quedaron grabadas en su memoria. A pesar de sus esfuerzos por encontrar palabras más contundentes que "barbaridad" y "animalada" para describir la brutalidad de los terroristas, hay advertencias en España y a nivel mundial que sugieren que lo que Noemí presenció podría ser desinformación.

Según publica EL ESPAÑOL, esta religiosa asegura: "Sí, decapitaron a bebés. Y violaron a mujeres, también. Yo lo vi todo"

Aunque se confirma la pérdida de vidas, especialmente niños, algunas fuentes cuestionan la veracidad de actos tan extremos como la decapitación llevada a cabo por los atacantes, según se informa. Noemí, una mujer religiosa, recibió las primeras noticias en su casa cerca de Jerusalén a través de sirenas que alertaban sobre la situación en el sur del país.

A pesar de las restricciones del sabbat, se dirigió valientemente al área afectada en una ambulancia de United Hatzalah. Al llegar, se encontró con una realidad devastadora en la intersección de Heletz, la columna vertebral de los kibutz de Otef Aza, que ahora se conoce como la "carretera de la muerte". Inmediatamente, recibió instrucciones de priorizar la atención médica en medio de la urgencia, siendo advertida de no perder tiempo en intentar reanimar a los fallecidos. En este escenario caótico, Noemí experimentó momentos traumáticos que le gustaría poder borrar de su memoria.

EL HORROR DE Kfar Aza

Después de la trágica masacre, un residente de Kfar Aza compartió el estremecedor mensaje: "¡Todavía hay terroristas en el kibutz! Disparan en las escaleras, se ocultan en los tejados, algunos incluso mantienen a rehenes en casas". Durante el fin de semana, el Ejército y la unidad policial de élite YAMAM enfrentaron intensos enfrentamientos en varios kibutzim, donde varias decenas de personas perdieron la vida en choques prolongados con milicianos que documentaban sus acciones. Según fuentes oficiales citadas por el Canal 13, "se estima que hay alrededor de 1,500 cadáveres de terroristas en nuestro territorio, resultado de sus ataques". Además, se realizaron varias detenciones.

Un oficial israelí describió la situación con horror, mencionando cómo los terroristas atacaron a bebés, madres y padres en sus hogares y áreas seguras. "No es una guerra ni un campo de batalla, es una masacre", afirmó el oficial. Fuentes israelíes expresaron su indignación por la brutalidad de Hamas, que resultó en la muerte de 40 niños. Se destacó la dedicación de Israel para honrar a cada víctima de estos ataques terroristas yihadistas.

Los soldados han estado llevando a cabo una misión dual: eliminar a los milicianos de la zona y buscar supervivientes y cuerpos. En su tarea, se encontraron con autos y casas incendiados por los atacantes para forzar la salida de sus víctimas. Algunos israelíes tuvieron que permanecer escondidos en habitaciones selladas y blindadas durante dos días, esperando la llegada de los soldados mientras escuchaban a los terroristas a corta distancia. Trágicamente, 33 miembros del kibutz estaban de vacaciones en Bulgaria, salvando sus vidas pero perdiendo a sus hijos, nietos y amigos.

"Hamas ha cruzado todas las líneas rojas. Lo que ha sucedido es inconcebible, por lo que el Estado y el Ejército deben comprometerse con un nuevo acuerdo con nosotros. No regresaremos a los kibutzim mientras haya terroristas en Gaza", afirmó Haim Yelin.