El estallido del ruido, el estrépito de los tambores y el fragor de decenas de bombos y timbales doblando rítmicamente resonarán con gran escándalo en las estrechas calles del corazón de Madrid, y también en su espacio más emblemático, la Plaza Mayor. La Banda de Tambores de la Cofradía Jesús de la Soledad ante las Negaciones de San Pedro y de San Lamberto (Zaragoza) es la protagonista de la Tamborrada de Resurrección, que despedirá este domingo la Semana Santa madrileña.

Organizada por la Real e Ilustre Congregación de Nuestra Señora de la Soledad y Desamparo y el Ayuntamiento de Madrid, la banda -cuyos orígenes se remontan al año 1922, en el barrio de Miralbueno de Zaragoza- la compondrán decenas de personas, que harán sonar tambores, bombos y timbales.

A su paso por las principales calles del centro de la capital, irán acompañados de cientos de madrileños, que acuden cada año desde hace décadas a presenciar esta tradición, con la que se cierran las festividades pascuales en la ciudad.

La tamborrada salió, al finalizar la Eucaristía -aproximadamente, en torno a las 12.45 del mediodía- del Monasterio Jerónimo del Corpus Christi, popularmente conocido como convento de las Carboneras, en la plaza del Conde de Miranda.

Desde allí, la tamborrada con todo su estruendo seguirá su ruta por la calle Puñonrostro, calle de San Justo, calle del Cordón, plaza de la Villa, calle Mayor y calle Ciudad Rodrigo, para entrar por allí en la Plaza Mayor para efectuar la Tamborrada final a las 13.15 horas en la plaza Mayor de Madrid. El alcalde, José Luis Martínez-Almeida, estuvo presente en este acto.

A mediodía se celebró una misa de Resurrección en la catedral de La Almudena. Al finalizar la misma, el cardenal arzobispo, Carlos Osoro, impartirá la bendición apostólica y papal a los presentes.

La tamborrada de Semana Santa es una celebración donde se mezclan las tradiciones pagana y religiosa, y son muy populares en Aragón. Ese es el caso de la que tiene lugar en Calanda, pero también se celebran tamborradas en otras zonas de España, como en Hellín, en Albacete, o en Baena, en Córdoba.