El Racing de Santander, tras empatar a un gol en el estadio de La Romareda, pinchó el globo de la euforia zaragocista, que hasta el enfrentamiento con los cántabros contaba sus partidos por victorias y que confiaba en continuar la racha para seguir al frente de la clasificación.

El equipo aragonés no pudo conseguir su sexta victoria consecutiva en el inicio de temporada ya que mordió en hueso contra un conjunto montañés sólido que ha comenzado de manera excelente la temporada, instalándose en la parte alta de la tabla clasificatoria, y que con el empate en terreno zaragozano acumula cuatro jornadas sin conocer la derrota. Igualó con el Elche y el Zaragoza, dos de los aspirantes al ascenso, y goleó a otro de los favoritos, el Eibar.

En La Romareda mantuvo el nivel y frenó a un conjunto maño al que le faltó llegada arriba y que en esta ocasión no se vio favorecido por los errores clamorosos de los rivales como en las dos últimas jornadas, o por la fortuna.

El conjunto local tenía la posesión del balón mayoritariamente desde el inicio pero la excelente presión de su oponente le impedía llegar al área de Jokin Ezkieta mientras que los santanderinos llevaban más peligro al área maña.

De hecho, el meta zaragocista Cristian Alvarez realizó dos grandes paradas en los minutos 10 y 16 mientras que el conjunto 'blanquillo' movía y movía el balón sin encontrar un pase de ventaja renunciando a buscar las bandas y poner centros al área.

El equipo foráneo, sin tener el balón, fue capaz de rematar hasta en nueve ocasiones por solo cuatro de los propietarios del terreno en el primer periodo, lo que explicaba el poco rédito que le sacaba el Real Zaragoza a su posesión.

El Racing se encontraba más cómodo y robando balones se acercaba con peligro al área aragonesa aunque no conseguía un remate certero hasta que en el minuto 40 una pérdida del central Santiago Mouriño fue aprovechada por los montañeses con una combinación entre Iñigo Vicente y Clement Grenier para que este último abriera el marcador.

El tanto espoleó al equipo maño que empujó a su rival hacia su área en los últimos minutos del primer periodo y que empató en la prolongación por medio de Germán Valera al recoger un rechace de la defensa a un centro anterior.

Tras el descanso el conjunto de Fran Escribá se ajustó mejor en defensa impidiendo, contrariamente a lo ocurrido en el primer periodo, las llegadas de su rival aunque no era capaz de pisar área visitante con peligro porque se perdía en un mar de pases para no obtener ninguna ventaja.

Alvaro Mantilla, en un periodo de inactividad en las áreas, tuvo en su cabeza la oportunidad de marcar en el minuto 52 pero su remate tocó en el lateral del poste izquierdo de la portería zaragocista.

El Real Zaragoza ponía más ganas que ideas y aunque tenía al Racing cerca de su área no era capaz de enlazar alguna jugada que llevase peligro por lo que acabó cediendo el primer punto de la temporada.