Un futbolista juega donde quiere jugar e Íñigo Vicente sabía lo que quería. Quería instalarse en el Racing y realizar un largo camino vestido de verdiblanco, por lo que aceptar la oferta de renovación que le lanzó el club fue “una decisión muy rápida”. “Tenía claro que me quería quedar y, aunque ha habido otras ofertas, yo quería seguir aquí”, afirmó el centrocampista vizcaíno en el día de ayer, cuando apareció públicamente para explicar cómo se había fraguado una de las noticias más ilusionantes que el racinguismo ha recibido este verano.

🤩 Mucho más que un delantero.
💚 @ivicente9 x @realracingclub #LALIGA pic.twitter.com/RI6bJ3OZs5

— LALIGA HYPERMOTION (@LaLiga2) July 18, 2023

“La clave es que soy feliz aquí, en la ciudad, en el club y en el día a día”, explicó Vicente. Y una vez asumido esto, lo demás es más fácil cuando uno tiene tatuado en su piel un aforismo que, en su caso, ha llevado a la práctica: “Si estás feliz en un sitio, no hay necesidad de cambiar”. Por eso prolongó su contrato matrimonial con el Racing hasta 2027. Hay cuatro años por delante que todas las partes esperan que estén repletos de alegrías e ilusiones.

Sostuvo Iñigo Vicente que nunca prestó mucha atención a las ofertas que llegaron de fuera, a los posibles cantos de sirena que le querían llevar a otras latitudes. Sus representantes se lo comunicaban pero él ya había decidido que “lo mejor era quedarse aquí y seguir creciendo aquí junto al Racing”. De hecho, no hay mayor deseo que “crecer todos porque eso significará que las cosas van bien”. Lo tiene claro y por eso fue todo “tan rápido”. “Yo quería quedarme y el Racing que me quedara”, zanjó. Nada más que hablar.

Esta decisión deja bien claro que el futbolista criado en la factoría de Lezama intuye que el club cántabro tiene futuro y que su nueva aventura en el fútbol profesional no ha hecho nada más que empezar. “A partir de la segunda vuelta de la temporada pasada, el equipo creció mucho en todos los niveles y la gente, cuando jugaba contra el Racing, ya decía ‘hostia, cuidado con este equipo que va en serio’”, explicó. Las cosas salieron bien. El cambio de entrenador resultó un acierto y le dio un mayor poso al grupo pero hay un importante margen de mejora que él quiere seguir explorando vestido de verdiblanco. Entiende que se está levantando “un proyecto muy interesante” y quiere formar parte de él.

Con cuatro años por delante de contrato con el Racing, hay motivos para poner las luces largas, intuir qué se ve y escribir la lista de deseos. Vicente no es de los que tiene prisa, sino de los que prefiere dar pasos seguros y por eso advierte de que “lo primordial” estos años “es establecerse en Segunda División y crear unas bases, unos mimbres”. Considera oportuno edificar sobre sólidos cimientos porque entiende que el club “está creciendo mucho y va a seguir creciendo más”.

Y si se cumplen esas promesas de crecimiento, lo que se puede encontrar todo racinguista, incluido el propio Vicente, es la élite, un objetivo a largo plazo que a menudo cuesta trabajo verbalizar. Quizá por pudor, quizá por superstición o quizá por no convertir esos sueños hechos públicos en una pesada losa. Con todo, el jugador de Derio se lanzó a expresar sus deseos en voz alta y a explicar hacia dónde debe llevar un proyecto que consiga ir “avanzando poco a poco”: “Está claro que jugar con el Racing en Primera División sería un sueño”.

Sabe que, para hacerlo realidad, “la clave está en lo colectivo”, ya que “el equipo se debe asentar en la categoría y, sobre esa base, crecer y lograr que salgan las individualidades de cada uno”. Él intentará dar lo mejor de sí y, como afirmó más arriba, intentar crecer al mismo ritmo que el club, pero sabiendo que ha de “primar siempre lo colectivo porque es a partir de ahí como viene lo demás”. De este modo, él no se pone ningún objetivo individual “porque es lo peor que puede hacer un jugador”. “Que el Racing se mantenga en Segunda porque, a partir de ahí, vendrá lo que tenga que venir”, apuntó.

Él pone en práctica esa teoría porque, aunque ya demostró su liderazgo la campaña pasada y ha protagonizado la gran noticia del verano hasta la fecha, él se sigue encontrando “como uno más dentro de la plantilla”. “Eso no ha cambiado, ha sido así desde que vine”, especificó. Y es que, entiende que uno de los secretos de lo bien que fueron las cosas el curso pasado fue tener claro que “todos somos clave dentro del equipo, tanto los que más juegan como lo que menos juegan”. “Conseguir que sea así es básico para que un equipo funcione”, insistió.

Dos ensayos generales en cuestión de horas

El Racing va a vivir hoy una intensa jornada que resultará ciertamente extraña: va a disputar dos partidos amistosos en cuestión de horas. Serán los últimos antes de que se abra el telón y uno de ellos, el de la mañana, será, para colmo, contra el equipo ante quien abrirá la competición el próximo fin de semana. Son las consecuencias de estar a punto de dar por terminada una pretemporada en la que se han reducido los plazos por tener que comenzar la liga demasiado pronto: el doce de agosto.

El conjunto cántabro jugará a partir de las once y media en Galizano contra el Eibar, que será su primer rival liguero en El Sardinero, y a partir de las siete contra el Amorebieta en Laredo. Es la decisión que tomó el cuerpo técnico para que todos sus futbolistas puedan completar un test a noventa minutos antes de que arranque la competición oficial. De esta manera, José Alberto formará hoy dos equipos y unos jugarán por la mañana y otros por la tarde.

E técnico seguirá sin poder contar con Dani Fernández, que sufrió una rotura de fibras que casi le ha dejado sin pretemporada, ni con Marco Camus, que arrastra unos problemas de espalda que no le dejan trabajarse un sitio en el equipo. Por el contrario, recupera a Peque y a Germán, que no pudieron jugar en el último amistoso ante el Huesca. Por el conjunto armero, que tiene un plantel similar al del curso pasado porque sólo ha atado el fichaje de Mario Soriano, además del de Vencedor, que se da por hecho pero aún no es oficial, las bajas serán las de Bautista, Corpas, Stoichkov y Ríos Reina.