Luis Rubiales afronta una suspensión de tres años para ocupar cualquier cargo en el ámbito futbolístico, según la resolución emitida este lunes por la Comisión Disciplinaria de la FIFA. La medida surge a raíz del expediente abierto el pasado 24 de agosto debido al incidente del beso a Jenni Hermoso tras la final del Mundial. A pesar de la dimisión de Rubiales de sus cargos en la RFEF y en UEFA el 10 de septiembre, la FIFA ha decidido aplicar la sanción antes de que se agotara el plazo de los 90 días de suspensión provisional.

La determinación de la sanción ha sido objeto de controversia en el seno del organismo regulador del fútbol internacional. Mientras Emilio García Silvero abogaba por una sanción histórica de varios años, algunos árbitros independientes de la Comisión Disciplinaria propugnaban un castigo más moderado, en línea con la postura del Tribunal Administrativo del Deporte (TAD) en España.

La FIFA fundamenta la decisión de sancionar a Rubiales en el artículo 13 de su Código Disciplinario, que trata sobre la discriminación. Este artículo señala que cualquier persona que atente contra la dignidad o integridad de un país, persona o colectivo mediante palabras o acciones despectivas, discriminatorias o vejatorias será sancionada con una suspensión de al menos diez partidos o un periodo determinado, o con cualquier otra medida disciplinaria adecuada.

Esta resolución impide que Rubiales regrese como presidente de la RFEF, incluso con el nuevo régimen electoral del Consejo Superior de Deportes (CSD). El expresidente de la Federación tiene la opción de apelar la decisión ante el Comité de Apelación de la FIFA. La entidad internacional ha comunicado oficialmente la inhabilitación de Rubiales para cualquier actividad relacionada con el fútbol durante los próximos tres años, tanto a nivel nacional como internacional.