OURENSE CF-CAYÓN (1-0)
El Cayón cede por la mínima en el fortín del Ourense CF
Fue por la mínima, pero no por ello estuvo cerca de puntuar el conjunto cántabro, sin mordiente en ataque y aliviado por la inusual falta de puntería de un cuadro pontino que alcanzó en lo alto de la tabla al Pontevedra gracias al gol de Jerin Ramos.
No renunció a su identidad el Cayón pese a visitar el fortín de Oira, apostando de partida por una presión en campo contrario que le llevó a dominar el primer cuarto de hora, en el que destapó algunas dudas defensivas del rival en dos faltas laterales botadas por Mauro. El Ourense CF, al acecho del liderato, mantuvo la calma y fue ajustando el esquema para incomodar a la línea de tres centrales planteada por Luis Fernández. De la primera vez que pudo correr Hugo Sanz nació la primera ocasión clara de la tarde, en las botas de Di Renzo, que remató muy cerca de la cruceta. Esa acción dio paso a diez minutos de descontrol foráneo en los que el Ourense CF rondó el tanto hasta en cuatro oportunidades. La más clara estuvo en las botas de Alberto Gil, que consiguió internarse en el área para sacarse un remate raso al primer palo resuelto por Canales. Fue exigente el regreso a la titularidad el marco aurinegro, con un aprieto mayúsculo cerca del descanso, al lanzar Alberto Gil un misil desde la frontal del área que escupió el larguero.
La resistencia del Cayón voló por los aires en la reanudación, con Jerin Ramos aprovechando una serie de errores defensivos para convertir un servicio raso de Andrada. El necesario cambio de perfil del colectivo cántabro no se produjo, y la sólida posición del Ourense CF, que optó por minimizar riesgos, segó cualquier atisbo de respuesta. Los fallos seguidos de Alberto Gil, Álex Gil y Jerin Ramos alimentaron la supervivencia aparente de una escuadra visitante que solo se presentó con peligro en los dominios de Marqueta en un centro de Chus Villar interceptado por Portela y en un pase al espacio que Salas no logró controlar. Los cambios, tardíos, tampoco fueron el remedio para un Cayón que se veía sin recursos para dar la sorpresa. El revulsivo Gabri pudo finiquitar en dos ocasiones la velada, pero ni con tanta concesión se vio próximo el rescate de un Cayón que volvió a su cruda realidad.