El presidente interino del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ), Vicente Guilarte, ha anunciado que la entrega de despachos a los nuevos jueces en la que ha participado este miércoles será su "única y última intervención en estos actos", indicando que se está "despidiendo", al tiempo que ha reiterado su llamamiento a renovar el CGPJ, pidiendo aislarla de "otros intereses políticos".

"Previsiblemente, esta será mi única y última intervención en estos actos, atípica por inexperto. Tal realidad determina que exprese una serie de ideas un tanto descosidas, viciadas además de postrimería. Queridos nuevos jueces, llegáis a una casa acogedora de la que yo me estoy despidiendo", ha dicho durante su intervención en la entrega de despachos a los 160 integrantes de la 72ª promoción de la carrera judicial.

Cabe recordar que este acto se celebra con carácter anual. De esta forma, Guilarte vendría a ratificarse en lo que ya dijo el pasado enero durante el Día Europeo de la Mediación, cuando afirmó que, si los buenos oficios del comisario europeo Didier Reynders para lograr que PSOE y PP pacten la renovación del CGPJ no tienen éxito, volverá a su trabajo como profesor. "Que vengan a buscarme a la Universidad de Valladolid", afirmó, según confirmaron fuentes presentes a Europa Press.

Entonces, fuentes del órgano de gobierno de los jueces señalaron que, efectivamente, la intención de Guilarte es dimitir si este nuevo esfuerzo encaminado a renovar el CGPJ fracasa. De materializarse esa "idea", el vocal conservador Wenceslao Olea sería el siguiente en la lista para ocupar el sillón de jefe suplente del Consejo. Hasta ahora, el órgano ha visto tres presidentes, con Guilarte, Rafael Mozo y Carlos Lesmes, que dimitió en octubre de 2022 para forzar la renovación.

Este miércoles, Guilarte ha vuelto a reprochar a "la política" que "no ha conseguido aún convenir la renovación del Consejo, propiciando una degradación vicaria de la institución". "Son ellos y no nosotros quienes alientan esta situación", ha denunciado.

Por eso, ha enviado un mensaje "a quien corresponda" instando a "aislar esta aspiración de otros intereses estrictamente políticos". "La independencia del Poder Judicial exige que la política atienda a la renovación del Consejo General del Poder Judicial", ha sostenido.

Guilarte ha valorado que "se ha abierto una última puerta a la esperanza", en alusión a las negociaciones entre PSOE y PP con la mediación de Reynders para pactar un nuevo CGPJ.

Así, ha confiado en que "no arrecie el huracán del desencuentro y que el empeño llegue a buen puerto, propiciando un futuro mejor", con un nuevo modelo "que no herede el fracaso del que tenemos".

"DÉJENNOS EN PAZ"

Por otro lado, ha querido referirse al actual contexto de ataques de políticos a jueces y magistrados, incluso desde la tribuna del Congreso de los Diputados, para reiterar el mensaje que ha venido lanzando en las últimas semanas: "¡Déjennos en paz!".

Guilarte ha reivindicado la independencia judicial como un "pilar" de la función de los togados, por lo que ha incidido en que "nunca podrá verse revisada en instancias ajenas a las jurisdiccionales".

Además, el presidente interino ha asegurado a los nuevos jueces que el CGPJ se mantendrá "vigilante" ante cualquier ataque a su independencia, "provenga de donde provenga".

No obstante, ha hecho hincapié en que, si bien "la independencia es básicamente el aislamiento respecto a la influencia de otros poderes del Estado", "es bidireccional": "Ni yo influyo en la actividad política, nunca tengáis la tentación de hacerlo, ni quiero que influyan en la mía".

UN PODER INMENSO

Al hilo, ha recordado a los alumnos de la 72ª promoción que el Poder Judicial "es un poder reglado que debe arbitrarse en beneficio del interés general y que, sometido al principio de legalidad, no puede ser aleatoriamente ejercitado".

"Vuestro poder es inmenso, pues incide en los derechos fundamentales de las personas, derechos que debéis proteger y a veces limitar", les ha subrayado, advirtiendo de que "la ley es un instrumento que utilizado desviadamente puede resultar enormemente nocivo".

Con todo, ha vinculado la función jurisdiccional a "un sentido ético" que pasa por "una autoexigencia de ejemplaridad vital que a veces puede implicar una renuncia pero que resulta imprescindible para reforzar el respeto" al Poder Judicial.

Guilarte también ha aprovechado su intervención para enfatizar a los nuevos togados que son "jueces europeos", si bien les ha recomendado que, "por el mero hecho de discrepar", no acudan a Europa para "hurtar" su decisión a las doctrinas asentadas por el Supremo. En consecuencia, les ha exhortado a tener "una confianza ilimitada en nuestro alto tribunal".

Por último, ha rematado su discurso expresando su reconocimiento a los guardias civiles que murieron el pasado fin de semana en Barbate arrollados por una 'narcolancha', emplazando a los nuevos jueces a apoyar "siempre" a "los hombres y mujeres que, aun arriesgando su vida, velan por todos nosotros".

"EJEMPLARIDAD PÚBLICA"

En la misma línea se ha expresado el director de la Escuela Judicial, Jorge Jiménez, al defender que el Poder Judicial "es fundamental en nuestro Estado de Derecho", por lo que "debe ser desarrollado y respetado".

A renglón seguido, ha resaltado que "tenemos una judicatura plural, con un profundo sentido de la independencia y la imparcialidad, predominantemente femenina, valiente en la garantía de los derechos fundamentales, con un importante ADN europeísta" y "con una amplia vocación y sentido de la responsabilidad en su labor, capaz de superar con su esfuerzo y tesón la alarmante escasez de medios materiales y personales que sufre" la Justicia.

A la contra, Jiménez ha trasladado a los nuevos jueces que los ciudadanos esperan "todo" de ellos. "Tenéis que ser conscientes de que seréis la concreta imagen de la Justicia para quienes acudan a vuestro juzgado (...) Nuestras acciones diarias pueden comprometer nuestra función jurisdiccional", ha alertado.

Jiménez, sin embargo, se ha mostrado consciente de que "ser juez hoy es algo que cada vez presenta mayor complejidad" por cuanto "vivimos en una sociedad muy polarizada, tremendamente individualista, en la que la mentira fácil y gratuita se ha convertido en patente de corso".

Una sociedad "en la que parece imposible construir a través del diálogo, del consenso, de ponerse en el lugar del otro, de mediar y alcanzar soluciones alternativas a los conflictos; una sociedad en la que se está rebajando la exigencia de ejemplaridad pública, la capacidad de escucha y empatía", ha remachado.