En una declaración realizada este viernes desde Marchamalo (Guadalajara), el presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page, expresó su escepticismo sobre la conveniencia de que el Gobierno de Pedro Sánchez negocie con Junts la cesión de competencias de inmigración, calificándolo como un enfoque no progresista. García-Page argumentó que si fueran Vox quienes pidieran estas competencias, la reacción sería de rechazo generalizado.

Durante la inauguración de las obras de modernización del CEIP 'Cristo de la Esperanza', García-Page destacó la inadmisibilidad de que los independentistas catalanes, a quienes describió como supremacistas o incluso xenófobos, planteen limitaciones al Gobierno mediante la transferencia de estas competencias. Desde su perspectiva, ningún Estado puede renunciar a la competencia en fronteras, ya que el control de estas representa la esencia misma de la soberanía nacional.

En el ámbito político, García-Page caracterizó el debate sobre la cesión de competencias de inmigración a las autonomías propuesto por Junts como un intento de "mercadear" con asuntos de suma importancia. Expresó su preocupación por el hecho de que estas cuestiones puedan convertirse en objeto de negociación de último minuto, argumentando que un país serio no debería comprometer cuestiones fundamentales de esta manera.

El presidente castellanomanchego también abordó sus inquietudes sobre la coyuntura política actual, calificándola como "desoladora". Afirmó que existe la impresión de que los compromisos del Gobierno liderado por Pedro Sánchez podrían resultar en una serie de fracasos y frustraciones, abogando por una política más estable y menos sujeta a situaciones de crisis.

En relación con el encuentro del Gobierno en Quintos de Mora, García-Page lamentó que no haya tenido la oportunidad de plantear preguntas a Pedro Sánchez, ya que se enteró del evento a través de los medios de comunicación. Criticó esta falta de comunicación, comparándola con la actitud del Partido Popular.