En una contundente demostración de descontento, medio millón de ciudadanos han llenado las calles de Madrid este sábado, expresando su firme oposición a la Ley de Amnistía promovida por el gobierno de Pedro Sánchez. La multitudinaria manifestación, que ha desbordado la emblemática Plaza de Cibeles, se produce tan solo dos días después de la investidura de Sánchez, gracias al apoyo de partidos independentistas y proetarras.

Convocada por la Fundación Foro Libertad y Alternativa, una coalición que incluye a cientos de empresarios, académicos, y profesionales de diversas disciplinas, así como por más de cien asociaciones civiles, la protesta ha resonado con el lema "No en mi nombre: ni amnistía, ni autodeterminación. ¡Por la libertad, la unidad y la igualdad!". La manifestación ha contado con la presencia de figuras políticas como Alberto Núñez Feijóo y Santiago Abascal, sumándose a las voces de repudio.

La manifestación es una continuación del creciente movimiento de protesta que ya había congregado a más de dos millones de personas en las capitales de provincia el domingo pasado, organizada por el Partido Popular. Feijóo, en su intervención, instó a Sánchez a no crear divisiones entre los españoles y advirtió sobre las "alarmas de la democracia", mientras que Ayuso condenó la "confrontación irreversible" y la "situación límite" que las concesiones de Sánchez han traído a la democracia española.

Santiago Abascal, líder de Vox, criticó duramente la amnistía como un ataque a la igualdad ante la ley y a la nación, acusando a Sánchez de carecer de escrúpulos y estar dispuesto a transgredir la Constitución. Abascal hizo un llamado a la "movilización social sostenida" como forma de resistencia.

El manifiesto leído al final de la manifestación, y que se ha distribuido ampliamente a nivel nacional e internacional, declara que España se enfrenta a una "grave encrucijada" que amenaza su futuro y llama a la sociedad civil a unirse, más allá de ideologías, en defensa de la Constitución y el Estado de derecho. Los promotores del manifiesto acusan al gobierno de Sánchez de pactar con el secesionismo, los herederos del terrorismo y el comunismo populista, poniendo en peligro la democracia y la integridad de España.

En una poderosa muestra de "rebeldía cívica", los organizadores de la manifestación proclaman su determinación a defender sus derechos y a hacer oír su voz contra lo que consideran una investidura corrupta y una amenaza para la libertad, la unidad y la igualdad en España.