Galicia se encuentra en la antesala de un nuevo ciclo electoral que se desarrollará en España a partir del 18 de febrero de 2024, marcando así la apertura de una serie de comicios en el país. Este ciclo incluirá elecciones gallegas, vascas y europeas durante el primer semestre del año, y podría sumarse la posibilidad de elecciones catalanas en la segunda mitad del año. Lo notable de este conjunto de elecciones es su proyección a nivel nacional, ya que servirán como termómetro para medir los efectos de la amnistía y otros acuerdos que Pedro Sánchez ha alcanzado con los partidos independentistas.

En el contexto de las elecciones gallegas, Alberto Núñez Feijóo, líder del Partido Popular en Galicia, se encuentra en una posición crucial. Estas elecciones son vistas como una oportunidad para que Feijóo le propine al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, su primera derrota en la presente legislatura. El PP busca mantener su dominio en Galicia, donde ha logrado mayorías absolutas de manera consecutiva desde 2009.

En cuanto a las elecciones vascas, revisten una importancia significativa para Sánchez debido a la intensa competencia entre el Partido Nacionalista Vasco (PNV) y Bildu, dos de los socios políticos del Gobierno central. Los pactos postelectorales en Euskadi determinarán el equilibrio de poder en Ajuria Enea, la sede del Gobierno vasco. Sánchez ha sido advertido por el lendakari Íñigo Urkullu de que necesitará el apoyo continuo de estos partidos durante su legislatura.

Las elecciones europeas, programadas para junio de 2024, se asemejarán a una reválida de las elecciones generales celebradas el año anterior. Este será un enfrentamiento político entre Pedro Sánchez y Alberto Núñez Feijóo, aunque se presentarán como candidatos a través de intermediarios. Estas elecciones serán una prueba temprana para el Gobierno de coalición liderado por Sánchez, que estará en funciones durante poco más de seis meses.

Además, cabe mencionar que la agenda electoral de 2024 podría complicarse aún más con la adición de elecciones catalanas, lo que añadiría un elemento de inestabilidad política significativo. La competencia entre Esquerra Republicana de Catalunya (ERC) y Junts podría tener un impacto sustancial en el panorama político nacional, incluso antes de cualquier convocatoria electoral. Este conjunto de elecciones plantea un desafío monumental para los principales actores políticos en España y promete un año electoral cargado de tensiones y decisiones cruciales.