En la jornada más reciente del juicio que versa sobre las presuntas irregularidades en las ayudas relacionadas con los Expedientes de Regulación de Empleo (ERE) en la Junta de Andalucía, se presentaron revelaciones sorprendentes por parte de un proveedor de drogas que suministraba estupefacientes a Juan Francisco Trujillo, conocido como el ‘chófer de la coca’. Este juicio se celebra en la Audiencia de Sevilla y está centrado en las ayudas millonarias otorgadas por Francisco Javier Guerrero, exdirector general de Trabajo de la Junta de Andalucía y exdirigente del Partido Socialista Obrero Español (PSOE), a diversas empresas, entre ellas las de propiedad de Trujillo, por un monto cercano a 1,5 millones de euros.

Durante la primera fase de este proceso judicial, Trujillo ratificó la veracidad de sus declaraciones efectuadas en la etapa de instrucción. Según sus afirmaciones, aproximadamente 900.000 euros de las ayudas destinadas a sus empresas, Lógica Estratégica Empresarial e Iniciativas Turísticas Sierra Morena, fueron utilizados para adquirir diversos bienes y servicios para Guerrero. 

Entre estos, se incluyen dispositivos de telefonía, artículos de música, antigüedades y prendas de vestir. No obstante, la mayor proporción de los fondos, según Trujillo, se destinó a la adquisición de cocaína para ambos y a financiar un estilo de vida marcado por la participación en eventos festivos y el consumo de bebidas alcohólicas.

En la más reciente sesión del juicio, Gregorio Martínez Piñero, un amigo de Guerrero y cocinero de profesión, proporcionó su testimonio. Martínez Piñero, quien se encontraba desempleado en ese momento, recurrió a Guerrero para obtener empleo y fue contratado por un período de un año y medio en la consultora Vitalia Vida. Esta entidad, involucrada en el juicio, tenía la responsabilidad de elaborar pólizas de seguro de rentas financiadas de manera irregular por el departamento dirigido por Guerrero.

El testimonio de Martínez Piñero reveló que, a pesar de recibir remuneración, no tenía un conocimiento claro sobre las actividades realizadas por la consultora y se describió a sí mismo como un empleado cuyo trabajo se limitaba a cumplir funciones sin una comprensión profunda del propósito de las mismas. El proveedor de drogas que testificó en esta sesión detalló que, en ese momento, él mismo era un consumidor habitual de cocaína. Trujillo, el ‘chófer de la coca’, lo contactó en varias ocasiones, según sus recuerdos fluctuantes entre tres y cuatro, para adquirir cantidades de cocaína que oscilaban entre 10 y 20 gramos. Afirmó que Trujillo le pagaba en billetes de 500 euros y llegó a proponerle en una ocasión que viajara a Sudamérica con el propósito de adquirir sustancias estupefacientes. 

Compras de droga

El testigo aseguró que todas las transacciones relacionadas con la compra de drogas fueron llevadas a cabo exclusivamente por Trujillo, indicando que nunca presenció a Guerrero participar directamente en estas actividades.  

Cabe destacar que Guerrero, fallecido en octubre de 2020, enfrentó condenas por prevaricación y malversación en relación con los conocidos como Expedientes de Regulación de Empleo (ERE).

La Fiscalía ha presentado una solicitud para que Juan Francisco Trujillo sea condenado a 14 años de prisión, 30 años de inhabilitación y al pago de una indemnización de 1.475.028 euros.