El periodo estival ha traído consigo un respiro para el empleo en Cantabria, según indica la Encuesta de Población Activa (EPA) del tercer trimestre. Las cifras reflejan el impacto positivo de la masiva afluencia turística durante el verano, logrando que aproximadamente 1.600 personas salieran de las listas de desempleo. Sin embargo, al analizar más detenidamente la situación laboral en la región, se revelan aspectos menos favorables.

En términos desestacionalizados, Cantabria continúa perdiendo terreno frente al resto del país. La brecha en la tasa de actividad, que comprende a personas empleadas o que expresan su deseo de trabajar, ha aumentado en un 0,63% en un año, situándose casi 4 puntos por debajo de la media nacional. La tasa de empleo, que refleja el porcentaje de la población activa en edad laboral que está empleada, sigue la misma tendencia, incrementándose medio punto en comparación con la media nacional en el último año. Asimismo, los datos de la EPA indican un crecimiento del 0,96% en la población activa de Cantabria en el último año, en contraste con el 2,53% a nivel nacional.

Un dato significativo proviene de la serie histórica de la EPA, que revela que hace una década, el sector Servicios absorbía el 63,6% de los trabajadores, mientras que en la actualidad representa el 70,9% del empleo total en Cantabria. Este sector concentra la mayor parte de las oportunidades laborales para los recién llegados al mercado laboral, mientras que el sector industrial ha luchado por mantener su peso.

La evaluación global no es positiva, ya que Cantabria, en lugar de diversificar su economía con nichos de alto valor, se vuelve cada vez más dependiente del turismo. Este sector, conocido por su baja productividad y alta precariedad laboral, está ganando terreno. Las medidas introducidas en la legislación laboral parecen tener un efecto placebo en términos estadísticos, sin generar mejoras significativas en el mercado laboral cantábrico.

Ante esta realidad, se plantea la necesidad de acciones reformistas que reviertan la tendencia actual. Esto implica abrir un diálogo amplio y urgente con todos los actores involucrados en la región.

EN DATOS

El paro bajó en 1.600 personas entre julio y septiembre en Cantabria, lo que supone un 6,97 por ciento menos respecto al trimestre anterior, situándose en 21.000, el cuarto mayor descenso de las ocho comunidades donde se redujo, mientras que se incrementó un 3,36% en el conjunto del país.

Además, en comparación con el segundo trimestre del año pasado, el desempleo se redujo en la región un 12,2%, al contabilizarse ahora 2.900 personas sin trabajo menos que entonces, la quinta mayor reducción autonómica y casi el triple que la media nacional del -4,2%.

Según datos de la Encuesta de Población Activa, publicados este jueves por el Instituto Nacional de Estadística, el paro subió en toda España en 92.700 personas en los meses estivales, mientras que la ocupación se incrementó en 209.100 puestos de trabajo (0,99%), situándose el número total de ocupados por encima de los 21,25 millones.

De esa subida, 4.300 corresponde a Cantabria, lo que supone un aumento superior al estatal, del 1,69%, hasta alcanzar la cifra de 260.100 empleados.

En concreto, al finalizar septiembre, el número total de parados se situó en España en 2.855.200 personas y el de ocupados, en 21.265.900 personas.