En un informe económico, el Instituto Nacional de Estadística (INE) ha generado polémica al revelar cifras contradictorias sobre la evolución de precios en España. Según el INE, los alimentos han experimentado un aumento del 10.5%, mientras que los costos energéticos, incluyendo gasolinas, gas y electricidad, han disminuido un 13.1%, según saca a la luz El Debate.

El Índice de Precios al Consumo (IPC) oficial, que se sitúa en un 3.5%, ha generado dudas sobre su fiabilidad, especialmente después de que aumentara otro 0.2% en septiembre. Este crecimiento continuo contradice las afirmaciones de control de inflación hechas por la Ministra de Economía, Nadia Calviño.

Todos sabemos que llenar el depósito de la gasolina nos está costando más que cuando el gobierno nos regaló sus 20 céntimos por litro

El análisis del subíndice 04, relacionado con los costos energéticos, ha llamado la atención, ya que muestra una caída significativa del 13.1%. No obstante, estos datos no concuerdan con la realidad, donde el llenado del depósito de gasolina está resultando más costoso para los ciudadanos.

Este controvertido escenario ha sido atribuido a cambios sustanciales en la metodología de cálculo de precios en el sector energético, implementados por el INE en enero. Aunque la mejora en el método de cálculo es bienvenida, la decisión de no mantener dos series, la antigua y la nueva, ha suscitado críticas.

La negativa del INE, encabezado por la Sra. Manzanera, a mantener una serie anterior ha llevado a comparaciones inadecuadas entre datos actuales y pasados. Si se considerara la ponderación antigua, los alimentos podrían haber aumentado al 3.8%, y los costos energéticos, lejos de ser negativos, podrían haberse mantenido estables o incluso haber aumentado.

Esta situación plantea preguntas sobre la integridad del INE y su capacidad para proporcionar datos precisos y no sesgados. La falta de transparencia en la gestión de las estadísticas económicas ha llevado a acusaciones de manipulación por parte de la Sra. Manzanera y su equipo. El INE parece estar bajo la influencia de intereses políticos, lo que plantea serias preocupaciones sobre la fiabilidad de sus informes y la objetividad en la presentación de datos económicos clave para la población y el gobierno.

La Sra. Manzanera ha sido criticada por aparentemente pasar por alto la significativa implicación de los cambios en la ponderación del Índice de Precios al Consumidor (IPC). De haberse considerado estos cambios, se habría revelado que la tasa de inflación actual del 3,5 % podría haber sido del 3,8 %, considerando la disminución de 3 puntos en la ponderación de los alimentos. Además, al ajustar los costos energéticos de negativos a cero, el IPC habría aumentado del 3,8 % al 5,4 %. Si aplicamos la antigua ponderación, la inflación habría llegado al 5,7 %. Estos datos revelan posibles manipulaciones que podrían tener repercusiones en decisiones gubernamentales, como los ajustes salariales para empleados públicos y pensiones.

Distorsión de la Realidad Económica. En un análisis detallado de las cifras de inflación, se revela que solo dos sectores, vestimenta y calzado, con un crecimiento del 1.2%, y sanidad, con un aumento del 2.1%, se mantienen por debajo del 3.5%. Sin embargo, se pronostica que el sector de vestimenta y calzado pronto entrará en terreno negativo debido a la crisis que afecta el consumo de estos productos, provocando una disminución en los precios. Este fenómeno es consecuencia directa de la falta de demanda, lo que conduce a la reducción de los precios de la oferta. Otros sectores muestran cifras de inflación superiores al 3.5%. Entre ellos se encuentran alimentos, con un sorprendente aumento del 10.5%, seguido de bebidas alcohólicas y tabaco con un 7.7%, restaurantes y hoteles con un 6.3%, ocio y cultura con un incremento del 5.0%.