En un intento fallido de atraer socios nacionales para su entrada en el capital de Telefónica, la Moncloa enfrenta la falta de confianza de las grandes empresas locales. Fuentes indican que los contactos con empresarios han fracasado, llevando a la Sociedad Española de Participaciones Industriales (SEPI) y el Ministerio de Hacienda a planificar su entrada en solitario.

Este desafío revela la reticencia de las empresas a vincularse políticamente con el gobierno, especialmente en un momento de descontento sectorial. Con la SEPI ingresando sola en Telefónica, se necesitan acuerdos complejos de no agresión con accionistas españoles y saudíes, como BBVA, Caixa y STC.

En cuanto a la financiación, se busca adquirir entre 1.000 y 1.200 millones para obtener un 5% de Telefónica, permitiendo la participación en el consejo. La posibilidad de endeudamiento se descarta en gran medida debido a los requisitos bancarios. La SEPI, con recursos limitados, podría depender de una transferencia aprobada por Hacienda e incluida en los Presupuestos Generales del Estado de 2024.

Los plazos se acelerarán a finales de este año, coincidiendo con la solicitud de Saudi Telecom para adquirir hasta el 9,9% de Telefónica. La SEPI busca coordinar su entrada con los socios saudíes para establecer un contrapeso accionarial. A pesar de negociaciones, STC mantiene su plan inalterable de poseer el 9,9% de Telefónica, sin intervención política.

La SEPI enfrenta desafíos en el Consejo de Administración de Telefónica, ya que la entrada del gobierno carece del respaldo esperado de accionistas como Caixa y BBVA. Las alianzas propuestas se centran en la protección ante STC, ignorando las posibles sinergias con la operadora asiática.

El antecedente de la gestión de la SEPI en Indra genera reticencias entre los accionistas históricos de Telefónica. La entrada de STC y los riesgos en los contratos con Defensa se utilizan como excusa para la entrada del gobierno en la empresa considerada estratégica.

El gobierno busca fórmulas para blindar contratos con Defensa al aprobar la entrada de STC en Telefónica. La SEPI podría sentarse en el Consejo con STC, pero la clave está en la tramitación del expediente asiático. Bloquear la inversión podría aumentar la incertidumbre para futuros inversores en España.