En un contundente comunicado conjunto, las organizaciones empresariales CEOE y Cepyme expresaron su descontento por la reciente decisión de incrementar el salario mínimo interprofesional (SMI) para el año 2024. En sus declaraciones, cuestionaron la "arbitrariedad" con la que, según ellos, se tomó esta determinación, señalando la falta de atención a "criterios técnicos" por parte del Gobierno.

Ambas entidades lamentaron de manera enfática lo que describieron como el "escaso" esfuerzo del Gobierno para involucrar a los empresarios en el proceso de acuerdo salarial. En su análisis crítico, destacaron que la subida del SMI se llevó a cabo sin considerar los mencionados "criterios técnicos", generando, según ellas, incertidumbre y minando la confianza en la economía, los mercados e inversores.

Durante las negociaciones con el Gobierno y los sindicatos, CEOE y Cepyme subrayaron lo que calificaron como un "hecho insólito": la tentativa de plantear la subida del SMI "en términos de premio o castigo a la adhesión o rechazo de los empresarios al acuerdo", alejándose de la aplicación de criterios técnicos, como lo establece la ley.

Advirtiendo sobre las consecuencias de esta supuesta arbitrariedad, las organizaciones empresariales destacaron que la incertidumbre resultante afecta negativamente a los indicadores de inversión, argumentando que la confianza disminuida está deteriorando dichos indicadores. Enfatizaron que la inversión es crucial como "la palanca de la productividad, la actividad, el empleo y las alzas salariales del futuro".

Con preocupación, CEOE y Cepyme expresaron su esperanza de que la subida del SMI acordada no genere efectos de segunda ronda, trasladándose a la inflación y agregando un nuevo factor de riesgo a la ya patente ralentización de la economía y el empleo. En este contexto, instaron a un enfoque más técnico y reflexivo en futuras decisiones relacionadas con políticas salariales.