La llegada en alto más clásica, la de los Lagos de Covadonga, abre este fin de semana el menú final de la 76 Vuelta a España para decidir quién se hará con el maillot rojo final en Santiago de Compostela el próximo domingo. Las cinco últimas etapas de la Vuelta se presentan como un completo menú en el que no va a faltar de nada y los dos primeros platos serán los más pesados de digerir.

Dos etapas de alta montaña en territorio asturiano con final junto a los lagos Enol y Ercina, el primero, y uno con un ingrediente desconocido, el más que temible Altu d’El Gamoniteiru.

A ellas les seguirá el sorbete de Monforte de Lemos, una etapa que debería ayudar a digerir lo acontecido los dos días previos antes de acometer otro plato fuerte en Mos-Castro de Herville, no de alta montaña pero si de perfil típico de gran clásica del norte, y el postre final en Santiago de la contrarreloj para terminar de resolver la clasificación general.

De las dos próximas etapas, el paraje encuadrado en la localidad de Cangas de Onís es sobradamente conocido, sobre todo sus dos zonas más empinadas, La Huesera y el Mirador de la Reina, desde que en 1983 inauguró su palmarés el español Marino Lejarreta, mientras que la del Gamoniteiru debuta en la Vuelta.

La expectación creada a su alrededor es mucha. Los 15 kilómetros de ascensión al Gamoniteiru no presentan rampas de un inusitado porcentaje, pero su desnivel medio es del 9,8 % y se mueve casi constantemente por encima de los dos dígitos.

La aparente tranquilidad con la que han ido completando las etapas los aspirantes al maillot rojo final en el segundo tercio de la Vuelta empieza a llegar a su fin. La roja lleva descansando sobre las espaldas del noruego Odd Christian Eiking (Intermarché-Wanty) casi la mitad de la Vuelta, siete etapas, a la que llegó en aparente calidad de interino tras una escapada consentida en la décima etapa que finalizó en el malagueño Rincón de la Victoria.

Tras él se instaló el francés Guillaume Martin (Cofidis) en la segunda posición y desde entonces nadie les ha movido de ahí. Únicamente han visto reducirse algo la diferencia que conquistaron sobre los mejores. Esa ha sido la única variación sustancial en unas jornadas en las que los favoritos han eludido su responsabilidad y no han querido tomar el testigo de atacar.

Bien parece que prefieren, por el momento, amarrar antes que arriesgar lo conseguido. Ahora la posibilidad de esconderse tras otros no existe y los que quieran sobresalir deberán mostrar hasta dónde pueden llevarles sus fuerzas que, según afirman casi todos, están muy justas. A priori, el esloveno Primoz Roglic (Jumbo) y sus movimientos son los que vigilan el resto de favoritos para saber si van a disponer de alguna oportunidad de cercenar su objetivo de sumar su tercer triunfo consecutivo en la carrera española. Antes, unos y otros, deberán desalojar de los dos primeros puestos a Eiking y Martin, algo que todos dan por hecho pero que todavía está pendiente de hacer.

El español Enric Mas y el colombiano Miguel Ángel López, ambos de Movistar, son los mejor situados para tratar de poner contra las cuerdas al ex saltador de esquí, y tras ellos el australiano Jack Haig (Bahrain Victorius) y dos Ineos Grenadiers, el colombiano Egan Bernal y el británico Adam Yates. La Vuelta todavía tiene mucho por decidir y terreno para intentarlo van a tener todos los que hayan conservado un mínimo de fuerzas. La localidad cántabra de Unquera será el escenario hoy de la salida de la decimoséptima etapa. Los aficionados podrán ver de cerca a los ciclistas, pero por un corto período, ya que enseguida entrarán en tierras asturianas.