04.05.2024 |
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DÍA DE LA MUJER RURAL

De bibliotecaria en Alemania a cuidadora de alpacas en Cantabria

Tina, trotamundos y de profesión bibliotecaria, quedó seducida por su simpatía y se propuso criarlos pese a carecer de experiencia previa
Tina Kirchhoff y Verena Christmann son una pareja de amigas de origen alemán que, después de dos décadas residiendo en España y justo antes de la pandemia, iniciaron la aventura de asentar una granja de alpacas en Laredo (Cantabria) para comercializar la lana y confeccionar abrigadas prendas para el invierno. Tras descubrir por primera vez en un viaje a Nueva Zelanda a estos domésticos mamíferos de ascendencia americana, Tina, trotamundos y de profesión bibliotecaria, quedó seducida por su simpatía y se propuso criarlos pese a carecer de experiencia previa. EFE/Miguel Ramos
Verena Christmann en Laredo (Cantabria) donde comercializa la lana y confeccionar abrigadas prendas para el invierno. Miguel Ramos
De bibliotecaria en Alemania a cuidadora de alpacas en Cantabria

Tina Kirchhoff y Verena Christmann son una pareja de amigas de origen alemán que, después de dos décadas residiendo en España y justo antes de la pandemia, iniciaron la aventura de asentar una granja de alpacas en Laredo (Cantabria) para comercializar la lana y confeccionar abrigadas prendas para el invierno.

Tras descubrir por primera vez en un viaje a Nueva Zelanda a estos domésticos mamíferos de ascendencia americana, Tina, trotamundos y de profesión bibliotecaria, quedó seducida por su simpatía y se propuso criarlos pese a carecer de experiencia previa.

Como punto de partida, visitaron otras granjas con la idea de conocer in situ los quehaceres que debían desempeñar y luego reforzaron los conocimientos en seminarios formativos, aunque reconocen que es la "experiencia del día a día" lo que está marcando el aprendizaje.

Tina Kirchhoff y Verena Christmann son una pareja de amigas de origen alemán que, después de dos décadas residiendo en España y justo antes de la pandemia, iniciaron la aventura de asentar una granja de alpacas en Laredo (Cantabria) para comercializar la lana y confeccionar abrigadas prendas para el invierno. Tras descubrir por primera vez en un viaje a Nueva Zelanda a estos domésticos mamíferos de ascendencia americana, Tina, trotamundos y de profesión bibliotecaria, quedó seducida por su simpatía y se propuso criarlos pese a carecer de experiencia previa. EFE/Miguel Ramos
Tras descubrir por primera vez en un viaje a Nueva Zelanda a estos domésticos mamíferos de ascendencia americana. EFE/Miguel Ramos



"Todo ha ido muy deprisa", explica Tina en una entrevista a EFE, porque en poco tiempo se pusieron manos a la obra con el proyecto de "Alpacas de la Vida" y consiguieron un terreno donde, a día de hoy, conviven 23 ejemplares que les proporcionan "unos cuatro kilos de lana" cada uno, dependiendo de la edad y el sexo.

Ellas se encargan de alimentar y asistir durante todo el año a los animales y, en primavera, esquilan y limpian pacientemente a mano las fibras de pelo que, dadas sus excelentes cualidades aislantes, térmicas o de versatilidad, se emplean como materia prima de cara a elaborar artículos de ropa o, incluso, fertilizantes para el crecimiento de las plantas.

"Dividimos la lana por el tipo de calidad. La mejor, la mandamos a una especialista que lava, peina y nos la devuelve ya lista para tejer", ha relatado Tina, quien añade que otra partida también se destina a la fabricación de edredones al tratarse de un material que "pesa poco y calienta mucho".

Tina Kirchhoff y Verena Christmann son una pareja de amigas de origen alemán que, después de dos décadas residiendo en España y justo antes de la pandemia, iniciaron la aventura de asentar una granja de alpacas en Laredo (Cantabria) para comercializar la lana y confeccionar abrigadas prendas para el invierno. Tras descubrir por primera vez en un viaje a Nueva Zelanda a estos domésticos mamíferos de ascendencia americana, Tina, trotamundos y de profesión bibliotecaria, quedó seducida por su simpatía y se propuso criarlos pese a carecer de experiencia previa. EFE/Miguel Ramos
Tina Kirchhoff y Verena Christmann iniciaron la aventura de asentar una granja de alpacas en Laredo (Cantabria) para comercializar la lana y confeccionar abrigadas prendas para el invierno. EFE/Miguel Ramos



Todo ello fuera de España, porque sostienen que en otros países europeos, como Alemania, el mundo de la alpaca se encuentra más maduro. De hecho, allí compraron las primeras cabezas debido a la "variedad" de ejemplares.

"En Perú puedes encontrar alpacas por 600 dólares la unidad, pero aquí los precios son mayores dependiendo de la calidad de la lana", apunta Tina.

Tanto los artículos propios de fibras para tejer y edredones, como otras prendas de vestir o mantas importadas hechas 100 % con lana de alpaca, conforman el género de la tienda que han abierto al público para los amantes y curiosos de este tipo de material, además de vender fertilizantes o incluso jabones.

La granja se ha convertido, asimismo, en lugar de peregrinaje para gente de todas las edades, no solo de Cantabria, sino también de Madrid, Barcelona o países europeos, atraída por la curiosidad de poder disfrutar una jornada con las alpacas y comprobar su modo de vida.

Ahora, el objetivo de Tina y Verena pasa por contar con los permisos burocráticos necesarios para fusionar de nuevo la tienda junto a granja y que, de esta manera, el visitante "compruebe allí el resultado de todo el proceso" que da lugar a los productos.

También porfían para adecuar una nave sobre el terreno que sirva de salvaguarda a los animales en temporadas de meteorología adversa.

No ocultan su ilusión sobre el resultado de un proyecto en el que se embarcaron hace casi tres años y que, a pesar del sacrificio personal, esperan proseguir simplemente por su cariño a las alpacas. 

De bibliotecaria en Alemania a cuidadora de alpacas en Cantabria
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