Miles de cántabros peregrinan este viernes hasta el santuario de Marrón, en Ampuero, para arropar a su patrona, la Virgen de la Bien Aparecida, en una jornada festiva en la que el folclore regional ha lucido desde primera hora de la mañana.

A pie, descalzos, corriendo, en bicicleta o vehículos, fieles de distintas edades y procedencias han partido de madrugada para ascender por las 15 estaciones de penitencia hasta el santuario y confiar, así, sus peticiones a la virgen o cumplir promesas.

También para disfrutar, con familiares o amigos, de una comida campestre amenizada por la música, los bailes y las tradiciones de la 'tierruca' cántabra.

Desde las seis de la mañana sacerdotes y padres trinitarios, quienes custodian durante el año la imagen de la patrona cántabra, han oficiado actos litúrgicos y han atendido espiritualmente a los peregrinos.

El obispo de Santander, Manuel Sánchez Monge, ha presidido a mediodía la misa mayor en la que ha presentado a la Bien Aparecida la programación pastoral prevista para esta temporada en la diócesis de Santander.

A la campa de Marrón han acudido personalidades de la cultura, el deporte y la política de Cantabria, encabezadas por su presidenta, María José Sáenz de Buruaga, así como el expresidente regional, Miguel Ángel Revilla, consejeros, parlamentarios y alcaldes.

También se ha procesionado la Virgen por el exterior del santuario, donde se han instalado puestos con productos gastronómicos y se han celebrado bailes regionales.

Los primeros actos en honor a la patrona de Cantabria comenzaron el pasado jueves, con la tradicional ofrenda floral realizada por vecinos de Laredo y de la comarca del Asón.

Además, en la víspera, tuvo lugar el rezo solemne del conocido como "Rosario de las Antorchas", una antigua costumbre piadosa que acoge la ermita de San Marcos, ubicada a unos 200 metros del santuario de Marrón.

Desde 1905, la Virgen Bien Aparecida es patrona de Cantabria y de la diócesis de Santander tras la aprobación del papa Pío X.

La imagen que se venera, de tan solo 21 centímetros, fue encontrada a principios del siglo XVII por unos niños pastores en una ventana de la ermita de San Marcos.

Un hito de gran repercusión en toda la región y desde entonces se celebran peregrinaciones a la montaña de Somahoz, naciendo así el santuario mariano