Podemos utilizar muchos adjetivos, pero el que mejor define lo que ayer se vivió en la bolera Mateo Grijuela es espectacular en letras mayúsculas y en toda su grandeza. No pudo ser mejor la primera presencia del Campeonato de España femenino en el programa de la Semana Bolística, porque todo el que tuvo el placer de presenciar esta competición -el que no lo haya hecho que no se lo pierda- podrá decir ‘yo estuvo allí y viví algo histórico’. Los bolos en su máxima expresión de grandeza.

Las chicas llevan mucho años dando pasos importantes y la oportunidad de esta temporada no la iban a dejar pasar. Dieron un golpe encima de la mesa. Dijeron ‘aquí estamos nosotras, que sabemos jugar, y muy bien, a los bolos y lo vamos a demostrar’ y de verdad que lo demostraron, hasta los que llevan muchísimos años disfrutando del vernáculo deporte estaban alucinados con lo que estaban presenciando. Los bolos caían como si no hubiese mañana -los pinches merecen paga extra-. Daba igual la posición de las bolas en el birle -eso no es cuestión de los metros del tiro-, ni que estuviesen a la mano o al pulgar. Desde cualquier lugar era, repetimos, un espectáculo.

Y no nos estamos refiriendo solo a la final, que tuvo que ser interrumpida en varias ocasiones, porque los récords caían y caían, sino que todo el campeonato en general ha sido de un nivel altísimo, pero de forma especial las semifinales, con cuatro jugadoras ‘enchufadísimas’, que cualquiera de ellas se hubiera merecido ganar.

Sin embargo, solo gana una, aunque en esta ocasión hubiera estado bien un ‘ex aequo’, y esa fue la de casi siempre. Judit Bueno tiene un idilio con el Campeonato de España y ayer volvió a demostrarlo. Pero en esta ocasión, no solo consiguió su octavo entorchado nacional, colgándose de nuevo la medalla de oro, sino que lo hizo estableciendo un nuevo récord español de la categoría (superando los 733 del año pasado de Andrea Gómez), sino que acabó con la plusmarca de todas las categorías, que tenía con 755 Víctor González y que ahora lleva el nombre de la jugadora de la Peña Peñacastillo con 773, cifra con la que conquistó el título frente a una excepcional Marta Castillo, que solo en la final (131 con una queda) bajó de los 150 bolos. La jugadora de la Peña Campoo de Yuso lo intentó de todas las formas posibles, incluso buscando un emboque que pocas veces se le resiste, pero la cabezonense no dio tregua.

Acompañando en el podio a Judit Bueno y Marta Castillo estuvieron las representantes de la Peña Torrelavega, Iris Cagigas y la asturiana Miriam Velarde, que a pesar de entrar con una notable desventaja en semifinales lucharon cada bola como si de hacerse con el triunfo se tratara, no dándose nunca por vencidas, pero la de Cabezón y la de Los Corrales, a pesar de la exigencia, no estaban dispuestas a abrir la puerta de la final.

En definitiva, sobresaliente para todas y hoy, a por el Torneo del K.O., que comenzará a las nueve de la mañana.