19.04.2024 |
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PEDRO GUTIÉRREZ

«Ganar la Liga son palabras mayores»

«Tenemos un buen equipo y si hacemos las cosas bien lucharemos por todo. Andros aspira a estar arriba en todas las competiciones, pero lo favoritos son otros, por lo tanto la presión es para ellos», asegura el corraliego, que dice estar entrenando muy bien, porque el día que no tenga «ilusión, ganas y ambición diré adiós para siempre»

Pedro Gutierrez bolos
Pedro Gutierrez. / ALERTA
«Ganar la Liga son palabras mayores»

La bolera de Nueva Ciudad estaba frente a su ventana y muy pronto comenzó a despertarse en él la inquietud por conocer los entresijos de los bolos, sin embargo no le dejaban jugar, y en compañía de otros niños de su edad, utilizaban unos terrenos aledaños a la bolera para hacerlo, a veces con piedras, y las menos con bolas.

Conocedor su padre de su interés por los bolos, ni corto ni perezoso se presentó en Torres, para inscribir a su hijo, y así comenzó la andadura bolística Pedro Gutiérrez Gutiérrez (Los Corrales de Buelna, 20 de marzo de 1976), que recibe a ALERTA tras uno de los primeros entrenamientos de la temporada en una tarde invernal nada propicia para jugar a nuestro deporte.

PREGUNTA: Un caso raro el tuyo, sin antecedentes familiares como suele ser habitual.

RESPUESTA: Ya lo creo que sí. Me gustaba el sonido de los bolos, la música que identificaba los prolegómenos de los partidos, me asomaba a la ventana y tenía curiosidad por saber el reglamento, y veía colocar el emboque sin tener ni idea de lo que significaba. Allí comenzó todo. Como no nos dejaban jugar, nos las arreglábamos para jugar fuera de la bolera, nos dejaban unos bolos viejos, y muchas veces jugamos con piedras, al carecer de bolas.

P: Y tu padre, conocedor de tu afición, un buen día te lleva a Torres.

R: Eso es. Cuando aquello, creo recordar que sólo existía la Escuela de Toño Gómez en Campogiro y recalé como dices en Torres, con la idea de aprender a jugar, tenía nueve años.

P: Háblame de tus comienzos en Virgen del Milagro.

R: Allí coincidí con Vicente Sámano, el cual junto a tres amigos más, nos llevaban por todas las boleras a jugar. Nos dieron uniformes, que entonces no los llevaba nadie, y un poco más tarde apareció en mi vida deportiva José Luis Trápaga, gracias al cual comencé a dar un salto de calidad. Iba todos los días a entrenar en bicicleta de Nueva Ciudad a Torres y para cuando llegaba Trápaga a las 10 de la mañana, ya había tirado dos concursos. En un año pasé de hacer concursos de 90 bolos a 140, la verdad es que progresé muy rápido.

P: Nueva Ciudad a continuación, quién te lo iba a decir a ti, cuando no te dejaban jugar.

R: Verdaderamente. Me llamaron para jugar una promoción cuando la peña estaba en Primera categoría, estuve solamente dos semanas. Al año siguiente ya jugué con ellos toda la temporada, estaban entonces los hermanos Rodríguez, Nacho Castillo y yo, y como quinto Joaquín Carral.

P: Siguiente parada en la Peña Textil Santanderina.

R: Textil ha sido clave en mi carrera bolística, sin lugar a dudas. Allí conocí al que ha sido mi segundo padre como es Jaime Blanco. Llevaba tres años estancado, no progresaba, los hermanos Rodríguez ya estaban en Casa Sampedro, y estaba muy preocupado. Jaime me cambió muchos aspectos del juego por los que no mejoraba y en un año pasé del anonimato a clasificarme entre los 16 primeros de cara al Regional. Todo esto en una pretemporada y al año siguiente ya estuve entre los ocho primeros, eso ocurría en el año 1999, un año muy bonito por muchas cosas buenas que me pasaron. Te repito, que Jaime Blanco ha sido fundamental en mi trayectoria deportiva indudablemente, y nunca podría haber llegado a ser un buen jugador sin él.

P: Y llegas a La Carmencita, tu primera temporada en la máxima categoría.

R: Muy cierto. Era la primera vez que jugaba en Liga Nacional, tengo grandes recuerdos y tuve muy buenos compañeros. Ese primer año jugaban Juan Carlos Villaba, Gelín Castillo, José Manuel Ortiz, José Antonio García y yo, y tanto a nivel deportivo como humano tengo muy buenos recuerdos como te acabo de decir. Yo llegué a El Verdoso para suplir a Alfonso González y en las dos temporadas que allí jugué quedamos quintos, un buen puesto a tenor de las peñas que había en aquellos momentos.

P: En aquellos años, los bolos se cotizaban al alza, y recibes una oferta tentadora de Pontejos.

R: Sí, y no podía rechazarla. Era sinónimo de jugar bien hasta entonces. Allí estuve tres temporadas, con buenos compañeros, y realizando tres buenas campañas. Terceros, cuartos y quintos, muy buenas temporadas por cierto. Siempre estaré agradecido al trato que me dispensaron.

P: Vuelves a Torres, pero en este caso para jugar con Casa Sampedro.

R: Eso es. Cinco años muy buenos y en los que establecí una relación personal muy buena con la directiva y el Presidente. Pero mi salida de Casa Sampedro ha sido el momento más triste de mi vida deportiva hasta el momento. Mi marcha de Torres no fue la más idónea, había rumores que iban a fichar a un jugador, y le pregunté al Presidente si contaba conmigo o no. Me dijo que sí y a finales del mes de julio me comunicó lo contrario, cuando todas las peñas tenían cerradas sus plantillas. Sólo quedaban dos opciones, irme a Velo o a La Rasilla, y en su día me causó una tristeza inmensa pero no porque llegara un nuevo jugador a la peña, sino porque las formas no fueron demasiado ortodoxas. Tras cinco años en Torres no me merecía un final así.

P: Y te decantas por la peña de tu pueblo.

R: Sí. Era por jugar al lado de mi casa, había llegado Agustín Fernández, teníamos un equipo modesto, pero conseguimos mantener la categoría aquella temporada, jugando bastante bien.

P: Año sabático a continuación.

R: Eso es. Básicamente me pasé el año sin jugar en peña, porque tanto la oferta deportiva como la económica que me hicieron en aquel momento, no me convenció, y preferí jugar tan sólo los concursos, que por cierto, me salieron muy bien para abrirme alguna puerta más.

P: Siguiente capítulo, siete temporadas en Peñacastillo, y tu primera Liga por fin.

R: Siete muy buenos años sí. Fiché por Peñacastillo al día siguiente de nacer mi hija y lo que son las cosas, era una peña nueva, y comenzaron a llegar los buenos resultados pronto. En mi primer temporada quedamos segundos en la Liga y en la temporada del 2014, la ganamos con un buen juego, y anotando 43 puntos que dice bien a las claras de nuestro potencial. Verdaderamente inolvidable aquella temporada junto a Víctor González, Ico Núñez, Jaime Ríos y Senén Castilllo.

P: Un jueves durante la cena, el presidente de la Peña Peñacastillo, te comunica que no cuenta contigo para la siguiente temporada. Segundo momento malo en tu trayectoria.

R: No te equivocas en nada. Durante la cena como bien dices, nos comunicó que iba a llegar Jesús Salmón y enseguida pensamos que un descarte iba a haber. Para mí resultó ser una desilusión y una gran decepción, ya que llevaba en la peña siete años y estaba plenamente integrado con los compañeros, y con los aficionados. Al menos nos lo dijo con tiempo para ir barajando otras opciones posibles que indudablemente las íbamos a tener. Dos días más tarde estalló la bomba, y teníamos que salir tres jugadores. Lo pasé mal evidentemente.

P: Y llegas en 48 horas, a la velocidad del rayo, a Maliaño, para jugar en Puertas Roper de forma sorpresiva, una vez que os comunican la salida de tres jugadores de Peñacastillo.

R: Efectivamente. Dos días más tarde tanto Rubén Rodríguez como Carlos García, ya me dijeron que me iba a llamar Gerardo Castanedo para ficharme. Y efectivamente me llamó y no tardamos nada en ponernos de acuerdo, y el disgusto a partir de ese día empezó a ser menor. Luego junto a Fernando Ocejo y Carlos Gandarillas, arrancamos muy bien la Liga. Fueron saliendo los resultados, y estuvimos a punto de liarla, porque estuvimos de líderes 18 jornadas. Una pena que al final nos desinflamos para ceder el liderato a Peñacastillo. Pero sin duda que la temporada resultó ser muy buena.

P: Y vamos de sorpresa en sorpresa. Si la salida de Peñacastillo resultó ser una sorpresa, ni te cuento la oferta de Andros. Muy buena, pero sin embargo, te lo piensas muchos días y semanas.

R: Ya lo creo. En pocos meses cambió mi vida por completo sin esperarlo, tanto una cosa como la otra. Pero lo tuve que pensar muy mucho porque la oferta de Andros en aquellos momentos era incompatible con mi vida personal y familiar. Esa y no otra era la realidad. Afortunadamente ahora mismo he podido solucionar aquellos problemas y estoy encantado.

P: Hemos llegado a tu actual peña. Muy buenos jugadores y las expectativas que se hacen en el Valle de Iguña hablan incluso de intentar ganar la Liga.

R: Eso son palabras mayores. Sabemos de las dificultades que nos vamos a encontrar, hoy en día no hay enemigo pequeño y todo el mundo juega muy bien a los bolos. Las peñas de menor enjundia te juegan descaradamente con el emboque en medio de la bolera y como tengan un buen día te la arman. Pero estamos preparados, vamos a ir paso a paso, sin ponernos metas de momento. Yo voy a ser más prudente, Andros aspira a estar arriba en todas las competiciones, los favoritos son otros, por tanto la presión es para ellos. Sólo puedo decir que tenemos un buen equipo, y que si hacemos las cosas bien, lucharemos por todo.

P: Por cierto, que se ha sufrido en exceso para conseguir ascender.

R: Ya lo creo, pero sabíamos de antemano a lo que nos enfrentábamos. Y si a ello le añades que era una Liga muy corta, cualquier tropiezo lo podías pagar caro.

P: Derrota en casa ante Casar, boleada impensable en Gajano, los nervios a flor de piel.

R: No eran los nervios. Era la excesiva presión que teníamos por ganar, por eso el partido que ganamos en Renedo significó una explosión de sentimientos y a partir de ese día comenzamos a remontar. Ganar en Renedo significó la liberación y tú que estuviste allí lo pudiste comprobar como celebramos el triunfo. Yo sabía, puesto que había jugado en Primera, que es una Liga complicada, y si a ello le añades que todas las peñas nos han jugado a cara de perro con el emboque en medio de la bolera ya está todo dicho. Además, otra cosa que nos perjudicó mucho era el que no hubiese descensos, todo el mundo jugaba relajado a divertirse, y nosotros en cambio teníamos un objetivo claro como era el ascenso.

P: Sin duda que la afición de Las Fraguas ha respondido.

R: Ya lo creo que sí. Es entendida y ha sufrido cuando las cosas se torcieron. Nos apoya mucho, y estamos muy contentos, esta temporada esperamos hacerles disfrutar porque llegan bolos de mucha categoría a la comarca que estaba necesitada de ello.

P: ¿El techo de Pedro Gutierrez quedó atrás hace rato?

R: Claro que pasó. Mi intención es alargar lo más posible mi trayectoria, ahora mismo estoy pletórico ya que he empezado a entrenar en diciembre. Si se retrasara el comienzo de la Liga me perjudicaría muchísimo porque estoy entrenando perfectamente. Tengo ilusión y ganas y mantengo la ambición, el día que no la tenga diré adiós para siempre.

P: Tienes dos momentos importantes en tu vida deportiva.

R: En lo colectivo, sin duda la Liga que ganamos en el año 2014 dando la gran sorpresa, y en lo individual el Campeonato de España del año 2003 donde quedé tercero, y lo pude ganar, y me explico, había entrado en cuartos de final el último con 258 bolos, hice 135 bolos en cuartos con dos bolas quedas de cuatro cada una, y jugué las semifinales con Jesús Salmón. Para jugar la final Jesús tenía que superarme a mí y recuerdo que en la séptima mano subí tan solo tres bolos y con las bolas en el tablón de fondo birlé 16 bolos salvando la jugada. De entrar el último en cuartos, a obligar a Óscar González y a Rubén Haya a 135 y 137 bolos para poder jugar la final, y los hicieron. Aquella tarde fui el mejor y el público de El Malecón me lo premió con una gran ovación, hasta el propio Tete Rodríguez, allí presente, me lo dijo.

P: Siempre pensé que Pedro Gutierrez tenía prisas por acabar, llegaste tarde a Llanes.

R: (Ríe) Que malo eres. Esa noche me hacían mis amigos la despedida de soltero y llegué casi dos horas más tarde de lo concertado, pero estaban enterados de como me iban las cosas en Torrelavega y me recibieron a lo grande. Un día y una noche para recordar, menos mal que al día siguiente no tenía que jugar, porque apenas podía tenerme en pie.

P: Hablando de ovaciones, en un Memorial Manuel Escalante, y en Pesquera, casi sales a hombros.

R: Un poco exageras, pero bueno. En ese Memorial al que te refieres conseguí el que hasta el momento es mi mejor registro a bolos con 154. Era una final tripartita y se la gané a dos colosos como Jesús Salmón y Óscar González. Y de Pesquera tengo un gran recuerdo del año 2016, cuando hice  las siete mejores tiradas de mi vida. Había comenzado mal con dos tiradas de 15 bolos y llevaba 37 bolos en tres tiradas puesto que en la tercera sólo anoté siete bolos. Pero a partir de ese momento, jugué de cine, con 23 bolos en la cuarta tirada para cerrar la raya alta con 60 bolos. Y luego de atrás hice 89 bolos, con tiradas de 24, 22, 24 y 19 bolos, para totalizar 149 bolos. Esas han sido las siete mejores tiradas de mi historial.

P: Si te pregunto por la peña donde te has sentido más feliz, sin duda que me vas a contestar que Peñacastillo ¿no?

R: Seguro que sí, a pesar de mi salida inesperada. Lo puedo resumir en pocas palabras, muy buenos compañeros, y luego ganar mi primera Liga. Momentos muy buenos y felicidad completa, lo que no es obstáculo para que opine que lo pasé mal en mi despedida, puesto que estaba jugando bien.

P: ¿El mejor compañero?

R: En lugar de uno, te voy a nombrar cuatro. He tenido y tengo muy buena relación con Gelín Castillo, Ico Núñez, Carlos Gandarillas y Rubén Tuñez, sin que el orden en el que te los cito quiera decir nada. Son todos excepcionales como personas y como compañeros.

P: Muchos  compañeros en los concursos por parejas, pero puestos a elegir ¿con quién te quedas?

R: Con Carlos Gandarillas, porque llegamos a quedar terceros en un Regional y cuartos en un Campeonato de España, aparte de ganar el Circuito de Bolos. La verdad es que es un jugador muy bueno, que cuando le salen las cosas bien es imparable. Birla muy bien al pulgar, sobre todo desde atrás, como muy pocos la verdad. Ese año jugamos muy bien los dos y nos compenetramos de forma excelente.

P: Dos Ligas ganadas, y sin embargo ninguna Copa.

R: Es una espina clavada que tengo sin lugar a dudas. Para llegar a una final tienes que tener un poco de suerte con el sorteo de las eliminatorias previas y en ese aspecto no la hemos tenido. Siempre nos tocaba medirnos a una peña de las de campanillas de las que luego se convierten en campeonas. A semifinales sí que llegábamos, pero nada más. No pierdo las esperanzas aún, a ver si esta temporada con Andros cae alguna.

P: Me consta que un gran compañero que tuviste en Casa Sampedro llamado Chuchi Ruiz, recibió una llamada intempestiva a las 6 de la mañana en el Puerto de Santa María.

R: Calla calla, estaba dormido como un tronco. Estaba mi esposa embarazada del niño y era cuando se jugaba en Sevilla y en Cádiz. Yo me quedaba en Sevilla y Chuchi en el Puerto de Santa María. En Sevilla no me había clasificado y en Cádiz debía desempatar con otros tres jugadores, para lo cual tuve que madrugar a las cinco de la mañana, si quería llegar a tiempo. A mitad de camino me percaté de que me había dejado las bolas en un Polideportivo y ni corto ni perezoso llamé a esas horas a Chuchi para que me dejó sus bolas y con ellas quedé el primero del desempate. Te puedes imaginar el susto que se llevó al recibir esa llamada a esas horas.

P: Hablando de embarazos, una tarde jugando el Concurso Ciudad de Santander, recibes una llamada de tu esposa y te comunica que ya está ingresada para dar a luz. Menos mal que los 140 bolos de Fran Rucandio te eliminaron y llegaste a tiempo a la clínica  para poder acompañarla.

R: Muy cierto. Pude llegar a tiempo menos mal, lo que no me he planteado nunca es que hubiese hecho en el caso de pasar a jugar la final, ahora que ella no lo va a leer (risas). Y lo que son las cosas, al día siguiente de nacer mi hija firmé con Peñacastillo.

P: Me voy con una jornada histórica en la Mateo Grijuela. Día de San Fermín para más señas, a falta de seis jornadas se juega un Peñacastillo-Los Remedios. En aquellos momentos, los de Muslera se encontraban situados en la tabla a un solo punto, y ganaban 1-2 ¿qué pasó?

R: Uff, lo que pasó es que hicimos la jugada de la Liga sin duda ninguna. Yo al menos no lo he visto nunca. En el cuarto chico Los Remedios puso 14 metros, y nosotros raya al medio a la mano. Nos mandaron a ganar a 57 bolos que ya son bolos y nosotros hicimos 60 sin emboque. Como digo, probablemente era la jugada de la Liga, empatamos el partido en ese momento y a partir del empate jugamos muy bien, y conseguimos ganar el partido. Esa temporada (2018) Los Remedios quedó segunda en la Liga y jugó de cine.

P: Pedro Gutierrez tiene fama de despistadillo a veces, y una tarde en compañía de Gelín Castillo aterriza en Ontaneda, cuando su punto de destino era Puente Viesgo.

C: Calla, calla, esa fue gorda. Habíamos salido de Los Corrales con la hora justa, y al llegar al cruce de Aés, en lugar de girar a la izquierda, lo hicimos a la derecha, hasta llegar a Ontaneda. En aquella bolera no había nadie y enseguida nos percatamos que nos habíamos equivocado. Cuando llegamos a Puente Viesgo ya nos estaban esperando hacían rato, nos echaron una buena reprimenda, pero pudimos jugar, y además nos salió un buen concurso.

P: Y la última, háblame de Marco, que va a jugar con Sobarzo esta temporada.

R: Tiene grandes facultades y afición por el momento. Hay muchas cosas que corregir todavía y me gustaría que siguiese por esa senda y que llegara a jugar en primera, aunque sea difícil el camino.

«Ganar la Liga son palabras mayores»
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