El Sinfín ha enlazado cinco victorias consecutivas. No sólo eso, sino que de los diez últimos partidos que ha disputado, sólo ha perdido dos: el lógico ante el Barça y otro más ante Cangas. Los otros tres resultados han sido empates. Esto es importante. Habla de un equipo que se resistió en el momento oportuno a acostumbrarse a perder, que ha encontrado su mejor versión a tiempo de escapar del pozo y que está sumido en una buena dinámica a la que no quiere poner fin. Quiere experimentar hasta dónde puede llegar y, en ese sentido, no parece tener motivos para renunciar a nada esta tarde (20 h.) en Granollers. Por lo menos, va a intentarlo.

Será a las ocho de la tarde cuando el equipo santanderino dispute el partido de vuelta de la eliminatoria copera que comenzó hace seis días en La Albericia. Aquel primer episodio lo ganó el conjunto cántabro por un solo gol de diferencia (24-23), que, de partida, se antoja escaso botín para saltar a jugar en una de las canchas más complicadas ante uno de los mejores y más solventes equipos de la Asobal. De hecho, va a recibir el equipo catalán al cántabro después de haber ganado en su cancha el pasado fin de semana 33-29 a un gran equipo como Benidorm. Eso da más mérito todavía a lo conseguido el pasado miércoles en la capital cántabra.

Hubo un momento en dicho encuentro de ida, con el Granollers herido y desorientado y el Sinfín afilando el cuchillo, en el que dio la sensación de que el equipo cántabro podía dar un gran golpe a la eliminatoria. No lo hizo y al final se tuvo que conformar con una renta mínima, que será la que deberá defender hoy. Le vale empatar para superar esta tercera ronda del campeonato y plantarse en la fase final, pero es que empatar en Granollers nunca ha sido sencillo. Va a haber que hacer muy bien las cosas, dar continuidad al gran trabajo defensivo que vienen haciendo los hombres de Víctor Montesinos desde que se reanudó la temporada hace apenas un par de semanas y reducir al máximo el número de errores y pérdidas en campo rival.

No puede correr el equipo catalán. De hecho, a los hombres de negro les conviene volver a jugar de manera pausada, buscar un resultado corto en el que se pueda mover bien. Debe contagiar a su poderoso oponente aunque deberá conseguirlo con dos bajas importantes, de las que se notarían en muchos equipos y más aún en una plantilla corta como la que tiene el Sinfín. De partida, Diego Muñiz no podrá estar con sus compañeros porque nunca puede viajar para jugar entre semana. Obviamente, se trata de una ausencia capital cuando, además, se está hablando de la importancia de mantener el bagaje defensivo de sus últimos encuentros. Quien también tendrá que esperar es Dija, que se perdió el partido de ida y la enorme victoria de su equipo en León el pasado sábado por culpa de un fuerte golpe recibido ante Puente Genil del que confía estar recuperado ya mismo.

El partido se ha adelantado al martes porque al Sinfín también le convenía, ya que prefiere contar con un día más de descanso y de recuperación antes de afrontar el partido liguero del próximo fin de semana. Es ahí donde el equipo se la juega y es principalmente de ahí de donde verdaderamente quiere sacar partido a su buen momento. De nuevo le tocará jugar en domingo contra otro gran rival como Logroño al que intentará sorprender. Con todo, tampoco renuncian los hombres de negro a lo que significaría superar la eliminatoria copera. Les permitiría jugar la Final a 8 de la Copa del Rey y eso ya sería un logro histórico. Y quiere disfrutar de ello.

Y lo quiere hacer sin hipotecarse y sin hacer que el largo viaje y la acumulación de partidos (el de hoy será el cuarto en nueve días) le pasen factura. Para conseguirlo, en el partido de ida ya movió mucho y bien su banquillo Víctor Montesinos. Nada que ver con lo que hizo en León el pasado sábado. Echó mano de toda su rotación y más aún lo hará hoy. Con todo, la baja de Muñiz hará que Basualdo se tenga que multiplicar y también será fundamental la labor de contención que pueda aportar Perbela. Si, además, le entra el primer lanzamiento y a partir de ahí puede iniciar una de sus buenas rachas, bienvenida sea.