20.04.2024 |
El tiempo

El adiós deseado de Montesinos

El técnico comunicó hace semanas al Sinfín que no continuaría la próxima temporada  ras dos años complicados y tras el partido del miércoles, está a un paso de dejar al equipo en la Asobal

Víctor Montesinos ha sido entrenador del Sinfín durante dos temporadas. / Hardy
Víctor Montesinos ha sido entrenador del Sinfín durante dos temporadas. / Hardy
El adiós deseado de Montesinos

Víctor Montesinos no se quería marchar de cualquier manera, dejando al equipo descendido y con el proyecto desnudo y con necesidad de un reciclaje casi total. Y durante varias semanas pareció que iba a tener que ser así, ya que resultó complicado confiar en que al Sinfín le quedara alguna bala en la recámara. Pareció condenado tras volver con derrota de Pamplona pero Nava insistió en darle vida. Tanto es así, que se sacrificó a sí mismo y permitió que el equipo santanderino se la jugara en un playoff en el que, según quedó reflejado en el encuentro del pasado miércoles, es muy superior a su rival. Al equipo santanderino ya sólo le queda culminar mañana el trabajo en casa, ante su gente y con una renta de siete goles. La permanencia ha pasado de ser imposible a estar encarrilada y todo apunta a que el entrenador va a dejar al conjunto cántabro al menos donde lo cogió, que es en la máxima categoría.

Porque Víctor Montesinos se marcha. El encuentro de vuelta contra el Eon Alicante será el último que dirija en La Albericia al frente del equipo local. Ya hace unas semanas que se lo ha comunicado al club porque necesitaba volver a casa después de dos temporadas completas al frente del Sinfín. Aceptó el reto de sustituir a Rodrigo Reñones al frente del equipo santanderino recién casado y eso pesa desde el punto de vista familiar. Ahora es esa familia, además de otros motivos laborales, lo que le han obligado a dar por terminada esta etapa.

Su destino será, en el fondo, un retorno al punto de partida, el Palma del Río. Allí Montesinos es una institución porque primero fue jugador y después entrenador. Es su casa. Y desde casa podrá combinar el balonmano con las empresas que tiene en marcha. Con todo, a pesar que desde hace meses está más fuera que dentro y que desde hace semanas ya comunicó que no iba a continuar, no ha dejado de trabajar en confeccionar el proyecto para la próxima temporada. De hecho, lo va a seguir haciendo más allá del partido de mañana, cuando se despedirá de la pista pero no del despacho. Tras estos dos intensos años, se siente parte de la familia que, en el fondo, es el Sinfín y continuará construyendo el próximo proyecto.

Tendrá mucho trabajo porque el plantel se va a reciclar mucho por la salida de buena parte de sus jugadores más importantes. En el último mes, la labor ha ido enfocada, sobre todo, a levantar un equipo para luchar por lo máximo en División de Honor Plata, que es la categoría a la que parecía abocado el equipo. Sin embargo, todo ha cambiado en poco tiempo y todo apunta a que, finalmente, los hombres de negro volverán a estar en la máxima categoría el próximo curso.

En Alicante pareció bastante despejado el camino. No sólo porque el Sinfín consiguió una renta de siete goles a falta de un último partido en La Albericia, sino porque la sensación fue en todo momento de clara superioridad. De hecho, a falta de diez minutos, la renta llegó a ser de doce goles, pero a partir de ese momento el entrenador cambió a prácticamente todos sus jugadores y el bando alicantino acortó las distancias en un arreón final. Montesinos terminó satisfecho: «El equipo hizo un partido muy serio, concentrado desde el primer minuto, con un arranque espectacular y una buena defensa y contraataque».

Cuando juega en Asobal, al Sinfín le suele convenir un ritmo pausado de juego. No es de los que corre, pero ante un rival de categoría inferior, sí buscó apretar el acelerador. «Era el ritmo que queríamos implantar», afirmó el entrenador cordobés, satisfecho porque todo apunta a que se podrá despedir con un partido tranquilo y dejando al equipo en Asobal. El miércoles incluso se gustaron sus hombres «en ataque posicional», algo que les había costado durante toda la segunda vuelta liguera. «Estuvimos muy acertados», se felicitó Montesinos. «Pudimos irnos doce arriba, pero esa renta de siete la hubiéramos firmado antes de viajar», añadió a la vez que recordaba que aún quedan sesenta minutos por jugar y que «no hay nada hecho».

Cabe siempre la posibilidad de un exceso de relajación pero no es previsible después de lo mal que lo llegó a ver el Sinfín. Tras mucho sufrir, ahora se han quitado un peso de encima, están disfrutando y mañana se podrá celebrar, en principio, una buena despedida. Porque se irá Víctor Montesinos después de dos campañas completas al frente del equipo santanderino. Tras la sorpresa que produjo la no renovación de Rodrigo Reñones tras la temporada 19-20, que fue interrumpida por la pandemia y que, en verdad, no pintaba demasiado bien, el club de La Albericia aún sorprendió más al confiar en un joven entrenador que estaba luchando por la permanencia en Plata. Vio en él algo más que resultados, la capacidad para trabajar con plantillas cortas, baratas y jóvenes y sacar máximo rendimiento de los jugadores. Y lo cierto es que le han tocado dos temporadas complicadas, la primera de ellas con cuatro descensos, lo que supuso todo un peligro, y la segunda con la permanencia más cara de los últimos tiempos. Tan cara, que pareció imposible, pero finalmente se dio la vuelta a la situación de manera espectacular.

El Sinfín necesitará entrenador en cuanto Víctor Montesinos acabe su trabajo en el banquillo mañana mismo y quien tiene todas las papeletas de serlo es Herrero Lon. Sin embargo, aún hay que evaluar si tiene cuerda para seguir jugando un año más o da ya mismo el salto al cuerpo técnico. Ahí estará la elección que tomarán entre todos la próxima semana, una vez que por fin el equipo consiga lo que hace nada parecía utópico.

Otra vez entrada libre vestido de negro

El Sinfín va a repetir la política de acceso al pabellón de La Albericia del pasado fin de semana. El domingo, cuando se jugaba la vida contra Antequera, el club tomó la decisión de permitir la entrada gratuita a todo aquel aficionado que acudiera con una camiseta negra. Eso ayudó a que se viviera un gran ambiente potenciado por la reacción del equipo de Víctor Montesinos en el segundo tiempo y por las noticias que llegaban de Nava. Con vistas al partido de vuelta contra el Eón Alicante, de nuevo podrá entrar sin necesidad de pasar por taquilla todo aquel que vista con el color típico del equipo santanderino. No era la idea que tenían en las oficinas a principios de semana porque, además, disputar el playoff suponía una vida extra para tratar de mantenerse en Asobal, pero también conllevaba un gasto extra. Entre el viaje, el hotel y los arbitrajes de mañana, la factura podía ascender a 10.000 euros. Con todo, han preferido arropar a sus hombres para certificar la permanencia y, además, generar un buen ambiente para despedir como se merece a Víctor Montesinos, Álex Barco, Xavi Castro y el resto de jugadores que no continuarán a bordo el próximo curso, que serán unos cuantos.

El adiós deseado de Montesinos
Comentarios