Alcalá de Henares (Madrid), 20 feb (EFE).- Con más de 320 ejemplares fabricados en España desde 1927, la exposición "Motos Made in Spain" es el fruto de un trabajo de recuperación de más de 30 años de varios coleccionistas, un repaso al siglo XX español a través de este medio de transporte y posiblemente el embrión de un futuro museo nacional de la motocicleta.

Desde una Patria de 1927 a uno de los últimos modelos de motos eléctricas, la muestra, expuesta en la antigua fábrica de Gal en Alcalá de Henares, reúne 70 de las más de 200 marcas fabricadas en España a lo largo del siglo XX.

Algunas, tan populares como Montesa, Ossa o Bultaco, se vendieron en los cinco continentes; otras, “únicas, muy originales, muy bonitas”, solo llegaron a fabricar un modelo, porque “fueron demasiado perfectas y demasiado raras para la época”, señala a Efe Ignacio Medina, uno de los coleccionistas de los que hace varias décadas surgió la idea de “hacer la historia de la motocicleta española”.

Junto a su amigo ya fallecido Álvaro Blanco, “el alma de la colección”, Ignacio recorrió España durante casi 40 años “yendo por los pueblos con un mono azul, buscando motos antiguas” que sus dueños guardaban “arrinconadas en el garaje o en un pajar” y que después Álvaro restauraba.

La gran mayoría de las 95 motos de entre 1940 y 1960 que su colección, Medinabi, aporta a la exposición son “muy rurales, irrompibles, de costo muy barato, de las que usábamos todos entonces y con las que en los pueblos transportaban las tinajas para el vino o el aceite o los productos de la huerta”.

En el caso de los hermanos Rafael y Luis Manuel Lozano, la chispa para iniciar su colección, que aporta 189 ejemplares a la muestra, fue su afición al motociclismo y “la nostalgia de las motos” que de pequeños habían visto “con la nariz pegada a un cristal, que era el escaparate de la tienda de motos”.

“Mi hermano corrió bastante tiempo en motocross, siempre fuimos muy aficionados a las motocicletas, y encontramos en una tienda una Bultaco Chispa, una motocicleta infantil que había sido la reiteración en mi carta de los Reyes Magos; cuando tuvimos ocasión, la compramos, empezamos a arreglarla y fue volver al pasado”, indica a Efe Rafael Lozano.

Desde entonces llevan “más de 30 años agotando todo el tiempo libre disponible para recuperar ese patrimonio arqueológico industrial que fue tan importante para España”, una colección en la que atesoran 675 motocicletas fabricadas a partir de la aparición de Bultaco, en 1959.

“La gente puede pensar que para reunir una colección así lo importante es lo económico, pero realmente es fruto de trabajar muchísimo durante 35 años, de limpiarlas, arreglarlas y montarlas”, cuenta Rafael Lozano.

La exposición "Motos Made in Spain" es, además, la consecución de la idea surgida en 2007 de crear un museo de la moto en Alcalá de Henares, “un proyecto muy apasionante” pero que se topó entonces con “la profunda crisis del pinchazo de la burbuja hipotecaria”, señala Lozano.

Quince años después, el resultado de unir en una muestra las dos colecciones y algunas aportaciones de otros coleccionistas es un recorrido no solo por las memorias de una industria que España lideró a nivel mundial en los años 60 y 70, sino por la propia historia política, social y económica de España.

“España se motorizó con la moto, no con el coche: en un país muy montañoso, en el que la distancia entre los pueblos era muy grande, con mucha distancia y mucho desnivel, en el que la gente se movía en mula y caballo, la moto se convirtió en el vehículo utilitario por excelencia, se iba a trabajar al campo en moto, se movían en la ciudad en moto y después se adoptó como deporte de ocio”, señala a Efe Fernando de Portugal, comisario de la exposición.

En sus primeros cuatro fines de semana la exposición recibió 4.200 visitantes. “Hay gente que te cuenta que se ha emocionado al ver la moto en la que le llevaba su padre al colegio, al recordar a un novio por la moto que tenía o al ver la Vespa en la que se fueron de viaje de novios”, indica De Portugal.

“Lo que ahora está ahí era lo que queríamos hacer al recuperar las motos”, dice Ignacio Medina. Para Rafael Lozano, “es una satisfacción que algo de estas características esté en la ciudad donde vives y donde has nacido, y en una joya arquitectónica e industrial como es la fábrica de Gal”.

La muestra estará abierta a lo largo de todo 2022, con la posibilidad de permanecer también en 2023, y con “la idea de que se convierta en el futuro museo nacional de la moto”, explica el comisario. EFE

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