Hay que reconocer que da gusto acudir a Oviedo con la permanencia en el bolsillo. Los dramas son mucho más hermosos pero renta desplazarse sin agobios. Ese hormigueo de las grandes ocasiones que resulta tan futbolístico da vida a todo aficionado pero es mejor reservarlo para cuando se lucha por algo bonito, no por algo tan trágico como un descenso. El Racing ya lo ha vivido demasiadas veces y prefiere dejárselo a otro. Ya ha comido demasiada tierra, así que está tarde (16.15 h.) se dispone a completar el partido más digno posible teniendo en cuenta que todavía quedan cosas en juego. Son cosas que tienen que ver con el próximo curso. Hoy, de hecho, puede ser el primer partido de la próxima temporada.

Por lo que van a jugar tanto el conjunto cántabro como el asturiano en las dos jornadas que quedan es por terminar lo más arriba posible, lo que se traduce en una mayor compensación económica. Cuanto más alto termines la temporada, más cobras. Así funciona. Teniendo en cuenta cómo empezó la jornada y las estrecheces que se viven en la clase media de la categoría, el Racing todavía podría terminar entre la décimo octava y la octava plaza. Y eso es mucho dinero, un dinero que se reflejaría en la plantilla del curso 23-24. De ahí que, en el fondo, al Racing le toque jugar ya por intereses futuros.

La situación es similar a cuando, hace dos años, también tras haber cumplido el objetivo mínimo, al equipo le tocó jugar por clasificarse para la siguiente Copa del Rey. Pasó de todo. Se dejó llevar y condenó a los siguientes en llegar a diputar la Copa Federación. Lo bueno es que, al contrario de lo que sucedió entonces, buena parte de los que están hoy serán los que estén el próximo curso, comenzando por el propio cuerpo técnico, que es el primer interesado en contar con cuanto más dinero mejor para construir la próxima plantilla.

José Alberto ha reconocido que su objetivo es encontrar el equilibrio entre ese interés de quedar lo más arriba posible en la tabla y su deseo de dar minutos a todos, sobre todo a los que menos han jugado. No se ha cansado el entrenador asturiano de destacar el comportamiento de la totalidad de la plantilla, la cual le ha respondido cuando ha necesitado de ella. De hecho, la obra la finiquitaron jugadores que apenas habían participado en la segunda vuelta como Mantilla, Pol Moreno, Ezkieta, Unai Medina e incluso Peque y Satrústegui. Y todos cumplieron bien.

He ahí la mayor garantía con la que cuenta el cuerpo técnico del Racing, ya que esa buena intención de poner a jugar a los que menos lo han venido haciendo es peligrosa y, a menudo, contraproducente para aquellos supuestos beneficiados. Meter a la vez a muchos futbolistas sin ritmo de competición se acaba notando y les hace parecer que, evidentemente, se merecían no jugar. Es lo que sucede en muchas eliminatorias coperas repletas de rotaciones o lo que, por ejemplo, le pasó al conjunto cántabro en los dos últimos desplazamientos que tuvo que afrontar tras conseguir el ascenso.

De partida, José Alberto no contará con Íñigo y Germán porque ya han dado su temporada por terminada. También reconoció el viernes que Bobadilla no está para jugar de inicio porque, además, sería tirarle a los caballos después de un año sin jugar un partido de fútbol oficial. Lógico. De ahí que sea fácil intuir que van a jugar Pol Moreno y Mantilla como centrales titulares después de la exhibición que dieron hace siete días contra el Eibar. Es posible que aparezca Unai Medina en el lateral derecho y que Satrústegui lo haga en el izquierdo. También es factible que Fausto Tienza dé descanso a Aldasoro y que Sangalli tenga la posibilidad de jugar en un campo donde se ganó el respeto de los aficionados. Arriba, debería ser momento para Cedric y Sekou.

Es posible que el Oviedo también afronte el encuentro de otro modo tras haber agotado sus opciones de disputar el playoff. La diferencia es que juega en casa y eso siempre ayuda a mantener una intensidad que ha permitido al equipo asturiano convertirse en el más en forma del campeonato en los últimos dos meses. De hecho, no pierde desde el 26 de marzo, cuando cayó 1-0 en Granada. Desde entonces, ha acumulado dos empates y cinco victorias, que fueron incluso consecutivas. Eso es muy difícil de conseguir. Estaba lanzado pero fue el uno a uno en el derbi asturiano del pasado fin de semana el que abortó sus ya complicadas opciones de pelear en el ascenso.

Álvaro Cervera lo ha vuelto a hacer. Ha levantado un proyecto que tenía mala pinta y ahora tiene a su equipo en octava posición. Lo importante es que el Racing lo ha hecho también tan bien que si hoy le da por ganar en el Carlos Tartiere, se quedará a sólo dos puntos del bando carbayón. El calendario asimétrico de Segunda División hace que haga mucho de la visita del Oviedo a Los Campos de Sport. De hecho, fue en la tercera jornada, cuando aún era agosto. Una pareja podría haber concebido a una criatura aquel día y ésta podría haber nacido ya. Nueve meses han pasado de aquello. No parece muy lógico pero así están las cosas. Aquel día fue lamentablemente recordado por los incidentes que se produjeron en Peña Herbosa, lo que ha ayudado a que el partido se haya declarado de alto riesgo. En este caso, es fácil entenderlo. En los últimos tiempos, a ambas hinchadas les ha dado por convertirse en enemigas íntimas.

Con todo, el desplazamiento a Oviedo no será masivo. En el caso de que aún estuviera la permanencia en juego, a nadie se le pasa por alto que cerca de dos mil racinguistas estarían en el Tartiere, pero apenas llegarán a 700, que no está nada mal. En las taquillas se vendieron más de quinientas localidades de las mil que envió el club asturiano. Desde la APR se negaron a organizar viajes a modo de protesta por los múltiples controles a los que son sometidos. Si se sintieron vejados en Miranda, donde todo es cordialidad con los de en frente, qué no se podría esperar de un partido de alto riesgo en el campo carbayón. Lo bueno es que el gran objetivo está conseguido. Y todo se ve de diferente manera con el premio gordo en el bolsillo.