Faltan días para que se cierre el mercado que van a ser diez días frenéticos. Buena parte de los equipos de Segunda División tienen deberes pendientes y, entre ellos, está el Racing, que es una obra aún por terminar. Le falta el acabado, que es donde suele estar la diferencia. Durante la pretemporada cerró tres incorporaciones y la última de ellas fue hace ya un mes. Todo ha ido despacio porque, por encima de todo, Mikel Martija estaba esperando a la recta final del plazo abierto para cerrar fichajes, que concluye el próximo día 31. Y ese momento ha llegado ya.

Suele suceder en el fútbol: una victoria lo cambia todo. Una plantilla a la que se le intuyen carencias puede pasar a ser suficiente para luchar por todo tras, por ejemplo, comenzar la liga ganando 4-0 al Eibar. Una derrota en el campo del Espanyol, en cambio, provoca todo lo contrario. Al equipo se le empiezan a ver las costuras y pasa a necesitar un buen puñado de fichajes. Lo bueno es que quienes están al mando tenían las ideas claras desde el principio y no las cambiaron tras la primera jornada ni lo han hecho tras la segunda. Son conscientes de que el plantel ha de reforzarse con, probablemente, tres futbolistas.

Al menos uno de ellos va a ser delantero. No hay duda. El favorito de Mikel Martija es Karrikaburu pero ya sabe que para optar a su cesión va a tener que esperar mucho. En el Racing le esperan pero manejan alternativas porque el director deportivo es consciente de que José Alberto apenas tiene fe en Cedric y en Matheus. El sábado ante el Espanyol, sólo les puso en el campo a última hora, cuando sólo quedaba tocar la corneta y jugársela. Fue su último recurso. Antes, había preferido colocar como hombre más adelantado a un extremo puro como Lago Junior, cuyas prestaciones bajan mucho cuando se le pone como delantero centro.

“Lago puede jugar ahí perfectamente”, se excusó el entrenador asturiano. Es cierto. Otra cosa es cómo lo haga. Pasa de ser un futbolista desequilibrante y decisivo pegado a la cal a ser un delantero mediocre. Según explicó, al apostar por él antes que por los dos ‘nueve’ que tenía en el banquillo buscó “dar más continuidad al juego y atacar al espacio”. En el fondo, le puso porque no tenía más. Se intuye por sus propias palabras: “Era una buena solución dentro de los recursos que tenemos para ayudar al equipo”.

En Cedric ya demostró el curso pasado no creer demasiado y su falta de fe en Matheus parece ser nueva, ya que la campaña pasada sí echó mano de él en primer término cuando sentaba a Baturina. Es probable que el club esté buscando acomodo a uno de los dos antes de que se cierre el mercado porque no sólo está activada la operación llegada, sino también la salida. La de Marco Camus está prácticamente acordada con el Valencia y falta colocar a otros jugadores como Juan Gutiérrez y Mirapeix.

Explicó José Alberto que el partido del sábado, que entendió que había sido “muy igualado”, se decidió por la enorme calidad de los jugadores del Espanyol. “La diferencia la marca que tienen gente muy determinante que a la mínima que puede o con que le des medio centímetro, te ganan por sí solos un partido”, explicó. De esta manera, subió al avión de vuelta “con la sensación de haber perdido por la calidad individual de sus jugadores, que es lo que ha marcado la diferencia en un partido en el que se han hecho las cosas bien”.

Es lo que reclama él, una mayor calidad para aprovechar mejor las ocasiones que el equipo es capaz de construir. “No fuimos capaces de marcar y de ser efectivos”, destacó. En los dos partidos disputados por el Racing ha apostado por Ekain como hombre más adelantado mostrando éste una tremenda productividad, asistiendo y con una gran capacidad de presión y de robo, pero también da la sensación de que le falta un ‘nueve’ al lado. Es el que tratará de fichar el Racing en los próximos días.

A José Alberto no le desagradó lo que vio en el campo del Espanyol y, sobre todo, lo sucedido en los veinte minutos previos al descanso. “Estuvimos bien pero no nos llega con sólo hacer las cosas bien, sino que tenemos que ser más agresivos, tener más mala leche y más picante para poder marcar diferencias”, apuntó. “Por momentos fuimos mejores, pero con sólo eso no llega, sino que tenemos que tener efectividad y ser contundentes en el área rival”, añadió. Echó de menos, en definitiva, que su equipo fuera “más competitivo, que interprete mejor los momentos del partido y tener acierto” cuando toca mirar a la portería. Es algo que, en definitiva, saldrá a buscar en estos últimos días de mercado.