07.05.2024 |
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Efectos adversos del populismo que postula el PSOE regional: Todo por el líder supremo

A pesar de alabar los logros del gobierno, Zuloaga ignora las críticas válidas y los desafíos internos, lo que plantea dudas sobre su compromiso con el análisis crítico y la rendición de cuentas

El secretario general del Partido Socialista de Cantabria, Pablo Zuloaga, durante un discurso. / Twitter
El secretario general del Partido Socialista de Cantabria, Pablo Zuloaga, durante un discurso. / Twitter
Efectos adversos del populismo que postula el PSOE regional: Todo por el líder supremo

En un reciente acto público en Santander, el secretario general del PSC-PSOE, Pablo Zuloaga, proclamó con vehemencia su apoyo incondicional a Pedro Sánchez, alentando a la militancia a una defensa ciega ante las críticas y acusaciones que pesan sobre el gobierno. La lealtad de Zuloaga, si bien puede ser admirada por algunos, parece desviar la atención de los problemas reales que enfrenta el gobierno y la propia Cantabria.

Zuloaga afirmó que "la derecha y la extrema derecha pretenden derribar un gobierno que no han podido derribar y a un presidente que no han podido derribar, atacando a lo que más duele que es la familia". Esta declaración, aunque emotiva, podría interpretarse como un intento de victimización para ocultar deficiencias de gestión y posibles actos ilícitos.

El líder del PSC-PSOE también hizo énfasis en los logros del gobierno en áreas como empleo, economía y derechos sociales. Sin embargo, omite mencionar las críticas válidas relacionadas con la gestión de su partido, como el aumento de la deuda pública, la polarización política y los desafíos de integridad que se centran en el escándalo de Begoña Gómez.

Zuloaga señaló que las críticas hacia el presidente provienen de una derecha que busca desestabilizar, pero ignora los señalamientos legítimos que surgen incluso desde dentro de su propio espectro ideológico. Las investigaciones en curso y las acusaciones de corrupción no son meras fabricaciones de la oposición, sino preocupaciones serias que deben ser abordadas con transparencia, no con apelaciones emocionales.

Evidencia contradictoria muestra que, mientras el secretario general alaba la gestión gubernamental, informes de varios organismos independientes señalan deterioros en indicadores claves de desarrollo y bienestar en Cantabria. Además, la caída de la licitación pública mencionada por Zuloaga podría interpretarse como un reflejo de una gestión gubernamental errática más que como un complot de la oposición.

En resumen, el fervor mostrado por Zuloaga en el Comité Regional parece estar más alineado con una estrategia de preservación política que con un compromiso genuino por el análisis crítico y la rendición de cuentas. Esta tendencia no solo desacredita el proceso democrático, sino que también minimiza los problemas reales que afectan tanto a Cantabria como a España, sugiriendo que el liderazgo actual podría estar más interesado en la supervivencia política que en el progreso tangible y sostenible de la comunidad a la que sirve.

PELIGRO SOBRE LA LLAMADA A LAS MOVILIZACIONES

Mientras Pablo Zuloaga, secretario general del PSC-PSOE, canaliza su energía en movilizar apoyo inquebrantable para Pedro Sánchez, Jorge Bustos, reconocido periodista y analista político, advierte sobre los riesgos inherentes de tales manifestaciones. La convocatoria a un "grito unánime" por parte de Zuloaga no solo refleja un intento de silenciar las críticas legítimas, sino que también puede estar alimentando una polarización que es profundamente dañina para la democracia española.

Bustos critica esta tendencia a la demonización de la oposición, donde cualquier disidencia es etiquetada como un ataque a la democracia misma. Según Bustos, esta manipulación de la pasión popular puede tener consecuencias a largo plazo, desviando la atención de los verdaderos problemas de gobernabilidad y corrupción que afectan al gobierno actual. La movilización en Ferraz, si bien muestra una unidad superficial, podría estar ocultando una falta de respuesta a las necesidades reales del país.

El peligro de tales movimientos, como destaca Bustos, reside en su capacidad para transformar el debate político en un espectáculo de lealtades ciegas, donde las políticas y sus impactos reales quedan eclipsados por la narrativa construida por el partido en el poder. Esto no solo distrae del escrutinio necesario sino que también amplifica las divisiones, creando un ambiente donde la oposición y la crítica constructiva son vistas como amenazas en lugar de elementos esenciales de un sistema democrático saludable.

Además, Bustos señala que la apelación al populismo y la invocación de amenazas fascistas son tácticas que pueden tener el efecto adverso de entorpecer el diálogo necesario para abordar los problemas sistémicos de España. En lugar de unir, estas estrategias exacerban las fisuras sociales y políticas, potencialmente llevando al país a un conflicto prolongado que trascenderá este gobierno.

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