La ARC 2 abrió un paréntesis tras las primeras seis jornadas ligueras que cerrará el próximo fin de semana para atacar las cuatro últimas. Se ha tomado un descanso de quince días en pleno verano, lo que supone un lujo desconocido para todo remero. La categoría de bronce se pasa en seguida y el parón llegó en un buen momento para que en la ‘San José’ reflexionaran sobre lo que había sucedido en las dos últimas regatas, en las que firmó una última y una quinta posición. Se le escaparon muchos puntos y por eso retomará la actividad liguera en una situación difícil y con sólo tres de renta sobre Hibaika y, sobre todo, Donostiarra B, que se ha convertido en la gran amenaza para las esperanzas de playoff de Astillero.

El verano comenzó vaticinando tranquilidad en el equipo azul, ya que en las tres primeras regatas firmó otros tantos segundos puestos estando cada día más cerca del líder (Orio B) y siempre con una distancia considerable respecto al tercero. Sin embargo, el castillo de naipes se vino abajo de repente. En las tres últimas pruebas, Portugalete ha quedado siempre por delante y en las dos últimas ha sido expulsado del vagón de cabeza. Todo va a ser más complicado de lo que se podía prever. En agosto van a saltar chispas.

A José Luis Cruces ‘Garru’ no le coge por sorpresa. Sabía lo que había. «El inicio de liga fue un poco engañoso porque sabíamos que, aunque este año había pocos equipos en la ARC 2, todos iban a partir con el mismo objetivo, que era meterse en el playoff para intentar ascender», recalca. Entiende que hubo «equipos que no comenzaron bien como Portugalete y Donostiarra B que ahora se han sumado a la fiesta». La ‘Jarrillera’, de hecho, le ha arrebatado la segunda plaza y la embarcación de la capital guipuzcoana le ha recortado siete puntos en dos regatas. Se ha encendido la luz de alarma.

Antes de que se abriera el telón, el entrenador de Astillero ya intuía que Donostiarra B iría «poco a poco dando un paso hacia delante viendo la línea que siguió el año pasado». Porque entonces también fue de menos a más hasta convertirse en el ganador del playoff. Sólo la alineación indebida de un remero que había participado con el equipo de la ACT le privó del ascenso, por lo que, deportivamente hablando, se trata de un plantel con el potencial de una categoría superior. Por eso todos le esperaban arriba, que es donde espera estar en este mes de agosto decisivo que, al menos, la ‘San José’ comenzará con ventaja.

Los últimos tropiezos de la trainera azul han dado alas a la joven tripulación donostiarra, lo que ha reforzado ese proceso de «crecimiento» al que viene dando forma. Sobre todo, le pegó un buen bocado a Astillero cuando terminó en última posición la Bandera de Portugalete. Sumar un solo punto en una regata es un lastre enorme para una embarcación con aspiraciones, por lo que en las cuatro últimas jornadas ligueras tocará minimizar daños. En la regularidad está el secreto de toda liga y la ‘San José’ no lo ha sido.

Cree ‘Garru’ que bajo el Puente Colgante sufrieron «demasiado castigo» para la regata que hicieron. De partida, la afrontaron «con muchas ganas de probarnos contra el líder cara a cara». Querían mantener un duelo al que tenían derecho tras haber sido ambos los grandes dominadores de la competición hasta ese momento, pero no salió bien. Astillero lanzó una apuesta y perdió. Intuyó que Orio B iba a tener otra respuesta diferente a la que tuvo y se produjo el encontronazo.

«Nos tocaron calles parejas y quizá pecamos de demasiada nobleza o pensamos que ellos se iban a comportar de manera más noble», apunta el técnico astillerense. En concreto, a Astillero le tocó la tres y a su gran rival de entonces la cuatro. «Con la marea subiendo, buscamos un poco su calle para salir de la corriente. Estuvimos parejos los primeros metros pero, a mitad de largo, poco a poco empezamos a superarles, por lo que, al verse superados, ellos defendieron su calle y se produjo el toque de palas», recuerda ‘Garru’. Pudo haber sido un incidente sin más pero aquello, como confiesa el entrenador de la ‘San José’, «desconcentró « a sus hombres y les «sacó de remada». Para colmo, en esa segunda tanda tuvieron «peores condiciones» que en la primera y de ahí se explica esa última posición que esperan que no pese demasiado.

A esa mala clasificación se sumó el quinto puesto en la regata de casa, lo que dibujó el rostro de preocupación en quien pensaba que iba a ser un verano para ser ambiciosos. Por eso el parón pudo llegar en un buen momento aunque, como recuerda ‘Garru’, apenas han parado porque han disputado las banderas El Corte Inglés y Ayuntamiento de Santander. Por eso no han hecho nada especial. En el día a día han mantenido la rutina y en las mencionadas regatas han «aprovechado para dar descanso a alguna gente que había remado bastante y oportunidades para los que menos han remado». Más allá de eso, han intentado «corregir errores y, sobre todo, recuperar».

La liga se retomará de manera abrupta, con dos regatas en otros tantos días que, para colmo, son en la mar. El próximo fin de semana toca competir en Ondarroa el sábado (11 h.) y en Hondarribia el domingo (15.30 h.). En Astillero no tienen miedo. «Aunque somos un equipo acostumbrado a la ría, la mar no se nos ha dado mal», destaca el entrenador del equipo azul. De hecho, en Mutriku y en San Sebastián, que han sido, por ahora, las únicas plazas marineras del calendario, firmaron dos segundos puestos y en la segunda de ellas se quedaron a sólo seis segundos del campeón. De ahí que retomar la competición sobre las olas pueda ser una buena idea. «La mar nos divierte y nos gusta. No son nuestras condiciones más óptimas pero, hasta el momento, nos estamos defendiendo bien en ella», concluye ‘Garru’.