29.04.2024 |
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Los cántabros, de protagonistas a desaparecidos en 20 años de ACT

La asociación que, como dice su presidente, «regularizó y dio un aspecto más homogéneo» al mundo de las traineras cumple dos décadas de vida | Ha visto a los equipos de Cantabria pasar de dominar la liga en la primera a no tener sitio en la segunda

Pedreña fue el último equipo cántabro en ganar una bandera de la ACT el 18 de julio del 2010. / EUSKOLABEL LIGA
Pedreña fue el último equipo cántabro en ganar una bandera de la ACT el 18 de julio del 2010. / EUSKOLABEL LIGA
Los cántabros, de protagonistas a desaparecidos en 20 años de ACT

La ACT ha cumplido esta semana veinte años desde su formalización. Mañana se cumplirán de su primera regata, que fue la organizada en Castro bajo la denominación de Bandera Ono, y el próximo día doce de la primera jornada puntuable, que se disputó en territorio gallego. Eran años de vino y rosas, los felices años cero. Tanto es así, que los equipos e incluso los medios de comunicación viajaban en avión. Llegó a inflarse una burbuja, a moverse dinero, a pagar cantidades importantes a los deportistas y a contratar médicos capaces de conseguir milagros, pero el globo fue poco a poco adquiriendo un tamaño más adecuado a la realidad. Hoy quizá no haya tanto confeti pero el circo es un poco más real. Lo importante es que las ligas están más que asentadas.

Todos los que formaron parte de aquella aventura eran conscientes de que estaban cambiando la historia del remo, de que estaban poniendo un poco de orden para mantener un cierto criterio durante todo el verano y poder ver a los mejores contra los mejores cada fin de semana. «Había una necesidad de mejorar, regularizar y dar un aspecto más homogéneo al remo de banco fijo en todo el Cantábrico y crear la ACT fue un paso fundamental para haber logrado lo que hoy, 21 temporadas después, se ve que se ha conseguido», afirma Borja Rodrigo, actual presidente de la asociación. Es obvio que lo ha logrado tanto en el apartado masculino como en el femenino, que este año incluso ha dado un paso más en su evolución al contar, por vez primera, con ocho traineras y dos tandas.

De esos primeros pasos que dieron los clubes más potentes del momento fueron protagonistas los cántabros. De hecho, la historia de la ACT se puede dividir perfectamente en dos: una primera mitad en la que las traineras de Cantabria llegaron a marcar el ritmo y a batir récords y una segunda en la que desaparecieron. Hoy en día, se ve lejana la posibilidad de volver a tener una embarcación cántabra en la máxima categoría, ya sea masculina o femenina. Toca ‘fabricar’ muchos remeros, tener paciencia, intentar retener el talento y encontrar la manera de compensar los mayores respaldos económicos que encuentran clubes de otras comunidades. No es fácil. De ahí la situación actual.

La trainera que comenzó marcando el ritmo de la ACT fue la ‘San José’ de Astillero. Ganó la primera regata puntuable de la historia de la máxima categoría y ganaría otras ocho ese mismo verano para terminar proclamándose campeón de la primera liga con autoridad. Ese mérito ya no se lo quitará nadie. Terminó con 162 puntos mientras que Mecos, que fue segundo, se quedó en 143. La primera trainera vasca fue San Juan, con 131, que fue tercera. De hecho, de los seis primeros clasificados, sólo dos eran del País Vasco. Otros dos eran gallegos y otros tantos cántabros, ya que Castro fue quinto. Hay que ver cómo han cambiado los tiempos.

Hoy el dominio de la comunidad vecina es absoluta. No hay nadie que no esté entre Hondarribia y Zierbena que opte ni tan siquiera a ganar una bandera de la máxima categoría. Los únicos aspirantes a arrebatar esa hegemonía procederían de Galicia porque ya no hay cántabros en la élite. Durante los primeros diez años de existencia de la ACT hubo continuamente al menos tres representantes cántabros pero entre el 2017 y el 2023 sólo ha habido uno en el 2019.

Astillero ganó dos de las tres primeras ligas. A partir de ahí, llegaron los problemas, acusaciones, sospechas, Eufemiano Fuentes, polémicas, inspecciones y, al final, una expulsión en forma de traba burocrática. El club azul se quedó sin la posibilidad de competir con los mejores de manera regular, primero limitándose a la disputa de campeonatos y banderas privadas y después a comenzar desde cero, compitiendo en ARC 2 y ARC 1 hasta ganarse otra vez el derecho de disputar la ACT. Volvió en 2009. Lo hizo de manera más humilde (con menos potencial) que en el pasado pero, aún así, ganó una bandera. Fue la organizada por Kaiku en Portugalete.

Ese 2009 fue el año en el que arrasó ‘La Marinera’ ganando trece de las 17 banderas puestas en juego y batiendo un buen número de récords de los campos de regatas. La trainera roja fue protagonista de la primera mitad de la ACT siendo habitual su presencia en la tanda de honor y con dos segundos puestos en la general antes de ganarla aquel glorioso año. Sin embargo, a partir de ahí comenzó su constante devaluación siendo cuarta en 2010, novena en 2011, octava en 2012 y, por último, duodécima en 2013, lo que le costó el descenso.

Fueron malos años. En el 2011 llegó a haber cuatro traineras cántabras en competición. Una cuarta parte de los participantes en la ACT eran de Cantabria pero apenas un lustro después ya no quedaba apenas nadie. Ese mismo año descendió la ‘Virgen del Carmen’ en el playoff tras un glorioso mes de agosto en el que libró el descenso directo, en el 13 perdió la categoría Castro y en el 14 Pedreña. Ese año no bajó también Astillero porque entonces seguía vigente un artículo de la normativa que exigía que siempre hubiera un representante de cada territorio. Se libró así la ‘San José’ de tener que disputar un playoff que, viendo la dinámica que llevaba, le habría llevado al pozo.

Antes de toda esta colección de descensos se produjo el de Laredo, que había ocupado la plaza de Astillero en 2006.

Duró tres veranos en la élite. La ‘San José’ interrumpiría su proceso de descenso a los infiernos con la presencia de Dani Pérez, el hoy entrenador de Zierbena, a los mandos, pero su marcha dejó en mínimos la plantilla, que en el 2017 quedaría última. En el 18 volvería a ascender pero en el 19 volvería a caer definitivamente. El año pasado y el actual ha remado en ARC 2. Corren malos tiempos. Lejos queda el protagonismo cántabro en la máxima categoría, la garantía que daban equipos como Pedreña, Castro y Astillero. Nadie pensaba que pudieran quedar descabalgados de ahí, pero dos décadas después han cambiado mucho las cosas.

Los cántabros, de protagonistas a desaparecidos en 20 años de ACT
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